Marco Vinicio González
El 8 de noviembre se realizan las elecciones de medio término, en las que 76 millones 565 mil 504 votantes son elegibles para votar en la nación.
Pero los encuestadores han mostrado algo de frustración para dar con resultados precisos en su sondeos de opinión, porque los cambios en la participación de los votantes impulsan una importante fuente de error en las encuestas, dicen expertos.
Para examinar con precisión al electorado, la mayoría de los encuestadores tienen que calcular bien quién se presentará el día de las elecciones. Algunos usan listas de votantes, otros usan algoritmos, y otros aún calculan a las personas por su probabilidad de votar.
Pero si la participación electoral es mucho más alta, como sucedió en los años récord de 2018 y 2020, entonces hay una buena posibilidad de que las encuestas sean imprecisas; otro problema que enfrentan los encuestadores es llegar a los votantes.
La ironía es que aunque se vive en un mundo donde los datos personales parecen estar en línea por todas partes, en realidad ponerse en contacto con algunos grupos se ha vuelto mucho más difícil.
El enfoque estándar o ‘de oro’ ha sido “históricamente la marcación de números telefónicos marcados al azar. «Pero la gran cantidad de números no utilizados, como los números de teléfono celular, y la mayor renuencia de las personas a responder a sus teléfonos ha provocado tasas de respuesta imprecisas”, afirma Nate Cohn, jefe de análisis político electoral de The New York Times.
Cohn mencionó que tardó dos horas en marcar sólo para completar una entrevista. Como resultado, “los encuestadores están buscando otras formas de ponerse en contacto”, dijo. Algunos están enviando encuestas a las personas a través en un enlace provisto en un mensaje de texto. Otros confían en un sitio en línea, de personas a las que se les paga por hacer encuestas.
Y algunas encuestan a las personas se hacen a través de un sistema de mensajería de voz automatizado. Pero la mayoría admite que todavía están en las primeras etapas de descubrir qué tan bien funcionarán estos nuevos enfoques para las elecciones. Y algunos encuestadores no están convencidos de que ninguno de estos métodos sea el camino correcto a seguir.
Así que en estos momentos es difícil predecir con precisión el predominio que pueda tener un partido o un candidato sobre otro, para ganar el Congreso; porque además se desconoce para qué partido o candidato son las boletas que están siendo enviadas anticipadamente al 8 de noviembre.
Por eso, el carnaval de cifras que suelen difundir los medios puede propiciar una lectura equivocada e influir la percepción del votante o en su entusiasmo -también de forma errónea-, y posteriormente en su elección final.
Lo mejor es revisar con cuidado la plataforma de su candidato (a) y consultar en su respectiva Junta Electoral sobre los calendarios, los sitios de votación y leyes electorales locales, asi como las plataformas de los aspirantes a un puesto de elección popular; en las oficinas de los candidatos en las distintas demarcaciones, o bien en la mesa del comedor con su familia, antes de tomar una decisión final.
No se deje influir por las encuestas■