Sequía espolea a vecinos a organizarse para conseguir agua

Residentes de East Porterville escuchan atentos sobre la importancia de conectarse al sistema municipal del agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.

Residentes de East Porterville escuchan atentos sobre la importancia de conectarse al sistema municipal del agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.

La histórica sequía que afecta a California causa graves estragos en el condado de Tulare, en el valle Central, donde comunidades enteras se han quedado sin agua potable al secarse centenares de pozos. En días recientes, una familia que desde hace tres años subsistía sin agua corriente, por fin pudo recibirla en la llave de su casa al ser conectada a la red de agua potable de una ciudad vecina. Esta obra fue gracias al intenso activismo de vecinos afectados y organizaciones comunitarias. Lo que falta ahora es convencer a cientos de indecisas familias trabajadoras hoy privadas de agua a que firmen y acepten el servicio público del agua. Nuestro reportero Rubén Tapia siguió a los promotores que fueron tocando puerta por puerta en el sediento poblado del Este de Porterville.


Se escucha ladrido de perros…

Es un caluroso domingo en este seco valle agrícola y Erasto Terán, uno de los promotores del Centro Comunitario por el Agua -CWC por sus siglas en Inglés- visita la casa de su amigo, Everardo Suárez.

-¿Hola cómo estás? –pregunta Erasto.
-Bien.

Erasto lee en voz alta para Everardo y su esposa la solicitud que iniciaría los trámites para conectar su propiedad al sistema municipal de agua potable:

“El propósito de este proyecto es proveer para la comunidad del Este de Porterville, un suministro permanente de agua segura y limpia en su hogar…”

Everardo Suárez  firma consentimiento para conectarse a la red de agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.

Everardo Suárez firma consentimiento para conectarse a la red de agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.

Everardo es un trabajador agrícola que ha vivido casi la mitad de sus 63 años en esta propiedad. Es uno de los cerca de dos mil jefes de familia, en su mayoría jornaleros agrícolas, que desde hace más de tres años se quedaron sin agua cuando a muchos se les secaron sus pozos. Suárez aceptó firmar.

-¿La tercera línea? –dice Everardo.

-Todas las líneas que están –responde Erasto.

Everardo:

“Oh, claro que sí que estoy contento, porque ya vamos a tener agua. Nos la van a conectar y eso es muy bueno”

Sin perder tiempo, Erasto Terán, veterano ex organizador de la Unión Campesina recibe una llamada de otro de los afectados por la sequía.

-¿Ya mandaron su forma?” –pregunta Erasto por el teléfono.

-No, apenas llegaron-, contesta el otro afectado.

-Mira, llena la forma de consentimiento y mañana me la das para entregarla a la ciudad y que empiecen el proceso de documentación.

-OK.

 Marisela Corona acaba de perforar un pozo por casi 30 mil dólares. Foto: Rubén Tapia.

Marisela Corona acaba de perforar un pozo por casi 30 mil dólares. Foto: Rubén Tapia.

Pero no todos los residentes aceptan así de fácil. De hecho, hasta la fecha sólo una de cada cinco familias ha iniciado los trámites. Una condición es que el jefe de familia dé permiso a las autoridades para que clausuren su pozo de manera permanente. Y aunque no habría costo para la familia, eso no le gusta a Marisela Corona, una joven trabajadora agrícola, casada y con tres hijos menores de diez años.

Marisela:

“Pues es que ahorita nosotros acabamos de hacer el pozo nuevo y gastamos mucho dinero”

¿Cuánto es lo que gastaron?

Marisela: “Cerca de 30 mil dólares”

Maricela reconoce que se arriesga a seguir dependiendo para sus necesidades del agua embotellada y para uso doméstico de lo que les da de emergencia el gobierno. Pero aun así se niega a firmar el consentimiento.

Marisela:

“Horita por lo pronto, no. Más adelante si fuera obligación, pues a ver si nos pudieran ayudar con el dinero que gastamos”

Asamblea informativa en East Porterville, moderada por Ryan Jensen del CWC. Foto: Rubén Tapia.

Asamblea informativa en East Porterville, moderada por Ryan Jensen del CWC. Foto: Rubén Tapia.

Sonido de gente llegando a junta comunitaria…

Tomás García:

“Pásele, pásele a lo barrido…”

Tomás García es un residente y activista que después de medio día de tocar puertas recibe a uno de los más de 200 vecinos que se animaron a llegar a esta asamblea informativa. Recuerda cómo cuando se secó su pozo cambió la vida de su familia.

Tomás:

“Para llegar a tu casa prender la llave y no encontrar agua es muy difícil y estresante… Después de 10 -11 horas de trabajo, llegar a tu casa y estar vaciando cubetas de agua a los tanques para tener agua para el otro día… Tus hijos diciéndote que el agua para bañarse no les alcanza, que no tiene agua para ‘flushar’ los ‘toilets’, ies muy estresante!”

Tomás afirma que así pasaron más de seis meses.

Tomás García, afectado y activista de EP4WJ. Foto: Rubén Tapia.

Tomás García, afectado y activista de EP4WJ. Foto: Rubén Tapia.

“Mi familia me dijo, hey Daddy, vamos a movernos a la ciudad. Y le digo: m’ija, si me muevo de aquí nos vamos, está bien, pero el problema se nos va a quedar atrás”

Se decidieron organizar y con otros vecinos afectados formaron el East Porterville for Water Justice, en febrero pasado. Como ayuda de emergencia, el gobierno destinó millones de dólares para suministrarles mensualmente agua de uso doméstico y agua embotellada. Pero ya que esta ayuda es temporal, los vecinos organizados y aliados suyos trabajaron con la ciudad de Porterville para extender su sistema de agua municipal, sin costo alguno, al desatendido poblado que queda en territorio del Condado de Tulare. Pero para abrir el agua al poblado, las familias tendrán antes que abrir cuenta de usuarios y aceptar que se clausuren sus pozos, la mayoría agotados.

Sonido de asamblea…

Ryan Jensen, del CWC: “Gracias a todos por venir…”

Después de meses de cabildeo, por fin las autoridades conectaron al sistema a una familia. Esto fue la semana pasada. Leonicio Ramírez es el jefe de la primera familia donde ya fluye el agua de la llave.

Leonicio:

“Pues contento de recibir el agua ya…”

Dionisio Ramírez, jefe de primer familia en conectarse al agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.

Leonicio Ramírez, jefe de primer familia en conectarse al agua de Porterville. Foto: Rubén Tapia.v

Los afectados, activistas y autoridades tienen prisa, el tiempo se les acaba para motivar a más vecinos, señala Julie Philips, funcionaria de Porterville, quien también desafío el inclemente calor para tocar puertas.

Julie Philips:

“The September 1st deadline is the deadline to get the consent forms sign. We are really hoping we can get folks to sign this consent form and know what sort of interest there is”

(El primero de septiembre es la fecha límite para que firmen los consentimientos. En realidad esperamos que la gente los firme para medir el nivel de interés que existe en la comunidad).

Phillips asegura que por medio de esta consulta se trata de conocer la cantidad de agua que demandarían los nuevos usuarios y asegurar suficientes fondos para todos. Espera que este próximo domingo, más vecinos asistan a la asamblea para seguir llenando los consentimientos.

Pero la sequía y la contaminación siguen afectando a otras comunidades, dice Terán:

“Por ejemplo; Manson, Seville, Sultana, Kettle, Orosi…”

Lleno de optimismo, Tomás García espera que sus residentes tomen nota de su experiencia:

Ryan Jensen de CWC da instrucciones… Foto: Rubén Tapia.

Ryan Jensen de CWC da instrucciones… Foto: Rubén Tapia.

“Para que otras comunidades se unan, y también sigan a delante con su lucha. ¡Si se puede!”

Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, Desde East Porterville, California, Rubén Tapia.

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