Un grupo de poco más de una docena de senadores republicanos pergeñaron a escondidas y de carrerita un plan para repeler y reemplazar la Ley de Cuidados de Salud Costeable, ACA. Se apresuran a someterlo a votación antes del receso del 4 de julio para no enfurecer más a sus representados, impacientes ya porque Trump no ha cumplido su promesa de derogar la ley del ramo vigente. Y aunque nadie sabe con certeza lo que contiene el susodicho plan, ni los propios republicanos que votarán por él, según estimaciones previas de la Oficina de Presupuesto del Congreso se prevé que dejaría a unos 23 millones de estadunidenses sin seguro médico. Además, elevaría las primas e impediría a los pacientes con enfermedades crónicas el acceso a un seguro de salud; y por si fuera poco, terminaría las pólizas de los jóvenes cuando cumplan 19 años de edad y no como ahora que pueden permanecer en las pólizas de sus padres hasta los 26 años.
De la redacción
Así las cosas, los senadores demócratas, que carecen de los votos para detener la maniobra de su contraparte en el Senado, ocuparon este lunes el estrado de esa cámara para copar el tiempo en la tribuna y desacelerar la prisa de los republicanos por someter a votación su plan de salud, mientras que al mismo tiempo informan al electorado estadunidense sobre las “turbias” intenciones de los republicanos.
Por su parte, el senador independiente de Vermont, unido en este esfuerzo a los demócratas, Bernie Sanders declaró ayer a la cadena MSNBC que efectuarán “la mayor maniobra jamás vista -en esa cámara-, para impedir la jugada de los republicanos; y anunció que echarán mano de “todos los recursos legales a su alcance” para lograrlo.
Y es que si los republicanos no realizan una votación antes del 4 de julio, los demócratas esperan que la presión ante el inminente receso vacacional debilite el apoyo del electorado republicano, impaciente ya porque la actual administración no ha cumplido con la promesa de campaña del presidente Trump, de derogar ACA desde el primer día de su mandato.
Entonces los legisladores republicanos tendrían sólo tres semanas para aprobar un proyecto de ley del Senado, dice The New York Times, y resolver las diferencias con el proyecto aprobado por la Cámara de Representantes antes del previsto receso de agosto. La administración Trump también quiere que el Congreso aumente el límite estatal de endeudamiento del gobierno antes de dicha fecha, y es otra pelea, que brinda una oportunidad a los demócratas para colisionar esta discusión con el debate sobre la ley de salud.
Por su parte, el líder de la minoría en el Senado, el demócrata de Nueva York, Charles (Chuck) Schumer declaró ayer a la fuente: «Si los republicanos no ceden y discuten su proyecto de ley de salud al aire libre para que el pueblo estadunidense lo vea, entonces no deben esperar que las cosas sigan siendo como de costumbre en el Senado».
Los demócratas temen que los republicanos develen un proyecto de ley que tendría efectos radicales sobre la atención de la salud de millones de estadunidenses, en cuestión de apenas unos días para tratar de pasar dicho plan con un debate limitado, y luego pasarlo al escritorio de Trump para que con su firma lo promulgue como la nueva ley de salud, dice la cadena NBC.
El proyecto de ley del Senado daría entonces a los estados una nueva autoridad para retirarse de las normas federales establecidas por la Ley de Cuidados de Salud Asequible, que rige actualmente sobre a las compañías de seguro, dijeron asesores del Congreso.
De esta suerte la nueva ley iría más lejos que la ley aprobada por la Cámara de Representantes al dar a los estados la libertad de regular a su antojo sus mercados de seguros de salud, basándose en una sección de ACA que permite a los estados obtener exenciones para programas de salud innovadores. Pero eso relajaría muchos de los requisitos para esas exenciones que los demócratas escribieron en la ley, firmada por el ex presidente Obama en 2010.
Los senadores republicanos todavía están discutiendo exactamente qué estándares podrían ser derogados, aunque muchos dicen no estar muy seguros de que los estados deben permitir a las aseguradoras fijar las primas más altas para algunas personas con condiciones preexistentes. Analistas temen que de acuerdo a la experiencia de los últimos meses y semanas en diversos distritos los mismos constituyentes republicanos se han amotinado para rechazar la pérdida de su seguro de salud, amenazando a sus representantes de no votar por ellos en las próximas elecciones intermedias de 2018.
Forzados -tal vez- por la situación, los demócratas aceleran el paso encaminando sus esfuerzos hacia lo que pareciera ser un sistema de salud universal, o de pagador único, como han propuesta ya algunos, y de manera más relevante el senador Bernie Sanders■