De la redacción
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen renunció a su puesto, al parecer tras la creciente frustración del presidente Trump por su manejo de la política de inmigración, “incapaz” de disuadir al flujo migratorio hacia Estados Unidos. Ni la separación familiar, con su cauda de “quizás miles” de niños detenidos y «extraviados»; ni la deportación expedita de muchos de los padres de esos menores; ni la política de asilo, o el cierre de la frontera y el hacinamiento de estos migrantes bajo puentes o en albergues del lado mexicano; ni todas las redadas en lugares anteriormente restringidas para los agentes de Inmigración fueron medidas suficientemente duras contra la migración y aparentemente por eso Nielsen se halla fuera.
Como es su costumbre, este domingo Trump tuiteó diciendo que “La Secretaria Nielsen dejará su puesto y me gustaría agradecerle…”. También dijo que Kevin McAleenan, hasta antes del anuncio, comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), por lo pronto se convertirá en Secretario interino.
A su vez la Secretaria depuesta respondió a Trump, también vía tuit: “Ha sido un honor de toda una vida servir con los valientes hombres y mujeres de @DHSgov -Departamento de Seguridad Nacional. No podría estar más orgullosa ni humilde por su servicio, dedicación y compromiso para mantener a nuestro país a salvo de todas las amenazas y peligros”.
Acto seguido, en una carta que circuló en medios de comunicación Nielsen culpó al Congreso y al sistema de justicia por la falta de rudeza con los inmigrantes y los flujos migratorios que se dejaron venir en los últimos años:
«Espero que el próximo Secretario cuente con el apoyo del Congreso y de los tribunales para establecer las leyes que han impedido nuestra capacidad de asegurar totalmente las fronteras de Estados Unidos, y que hayan contribuido a la discordia en el discurso de nuestra nación”.
Algunos expertos en Washington, DC, atribuyen la salida de Nielsen a varios “conflictos de alto perfil”, que involucraron al DHS. Entre otros, la protesta pública que desató el año pasado la política de separación familiar del gobierno de Trump. Una política que según ha trascendido emana del ala más conservadora de la Casa Blanca, con claros vínculos a grupos supremacistas, y que encabeza, entre otros, el asesor del presidente en materia de inmigración, Stephen Miller.
Desde luego la ahora exSecretaria del DHS rechaza –en público y en privado- las acusaciones en contra de su gestión, y acerca de haber permitido a esos menores y sus padres cruzar la frontera sin documentos; o sobre la separación de los niños, de sus padres en la frontera, y el extravío de sus registros de ubicación, así como las órdenes judiciales para que el gobierno reunificara a estas familias y otros atropellos flagrantes a la migración. Para Nielsen, estas “No son políticas del DHS”.
Ya en un discurso ante la Asociación Nacional de Alguaciles a mediados del año pasado Nielsen había pedido disculpas “por el trabajo que hace la policía, por hacer el trabajo que los estadunidenses esperan que hagamos… Las acciones ilegales tienen y debe haber Consecuencias. No más pases gratis, no más tarjetas para salir de la cárcel», según habría dicho la exSecretaria en aquella oportunidad.
Como se recordará, hace unos días el presidente Trump visitó la frontera para continuar con su retórica del muro. En ese viaje, en el que Nielsen había solicitado la reunión para planificar «un camino a seguir» en la frontera, “en parte pensando que podría tener una conversación razonada con Trump sobre su papel, según tres personas familiarizadas con la reunión”, dice The New York Times, Nielsen revelaría una lista de cosas que debían cambiar para mejorar la relación con el presidente.
Pero los dados estaban marcados, y durante las últimas semanas el presidente Trump le había pedido ya a Nielsen que cerrara los puertos de entrada a lo largo de la frontera y que dejara de aceptar a los solicitantes de asilo, “lo que Nielsen consideró ineficaz e inapropiado. Si bien la reunión de 30 minutos -en la frontera- fue cordial, Trump estaba decidido a pedirle su renuncia. Después de la reunión, ella la presentó”.
Hay quienes afirman que el giro que está dando la administración Trump no busca en realidad solucionar el problema que él mismo creó, sino que está dirigido a su base de electores; para consolidar este tema en la plataforma de su campaña presidencial de cara al 2020. Y hasta afirman que en realidad no le interesa resolver el problema sino convertirlo en “mantra” electoral. Que cuando tuvo a su disposición las dos cámaras del Congreso y la presidencia, e incluso cuando se le asignaron de manera bipartita 25 mil millones de dólares para su muro fronterizo desechó la oferta porque prefirió seguir remachando con el tema de la presunta seguridad nacional para llevarlo hasta las elecciones del 2020.
Según The Huffington Post, el senador demócrata por Nueva York , Charles Schumer hizo la siguiente reflexión sobre la renuncia de Nielsen: «Cuando incluso las voces más radicales en la administración no son lo suficientemente radicales para el presidente Trump, sabes que estás completamente perdido en el contacto con el pueblo estadunidense».
El presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, congresista demócrata por Mississippi, Bennie Thompson afirmó que la gestión de Nielsen como secretaria, «fue un desastre desde el principio»;. Pro subrayó que Trump «es responsable de empeorar la situación en la frontera»■