Se prepara un ejército de expertos en intimidación de votantes

Miembros de Oath Keepers caminan en Ferguson, Missouri, durante una protesta. Foto: Washington Post.

Miembros de Oath Keepers caminan en Ferguson, Missouri, durante una protesta. Foto: Washington Post.

De la Redacción

A cinco días de la elección presidencial más importante de los últimos tiempos en Estados Unidos, que renueva también parte del Congreso, lo que era el fantasma del ‘vigilantismo’ toma cuerpo ya, y se yergue como una verdadera amenaza, formando parte también de las múltiples maneras de intimidación al votante, que oportunamente hemos reportado en este espacio.

Las habituales referencias a un fraude electoral que el candidato presidencial republicano hace en sus discursos de campaña, incluida su reiterada negación a aceptar los resultados de la elección si no le favorece, lo que resulta en algo sin precedente en la historia de los procesos electorales y de la democracia de este país, han venido forjando en la práctica a un ejército de seguidores del magnate, compuesto de fanáticos que lo apoyan, de ex militares y de ex policías expertos en tácticas de contra insurgencia y espionaje.

En el sitio web, www.oathkeepers.org (organización que recauda dinero para los candidatos), Steve Pieczenik, un ex Subsecretario de Estado Adjunto (de la división de contra insurgencia), afirma que «Hillary y Bill Clinton están intentando posesionarse de Estados Unidos”, y sostiene que “las presuntas intenciones de los Clinton se tratan de un golpe de Estado de tal magnitud, que nunca ha sido realizado de una manera tan sutilmente calculada».

Pieczenik advierte sin embargo que “los agentes patrióticos y oficiales dentro del FBI, la policía de Nueva York, NYPD, y las Agencias de Inteligencia están luchando para detener el asalto de los Clinton”.

El llamado que desde hace meses han venido haciendo los miembros de la referida organización Oath Keepers a los ex militares y ex policías principalmente, incluye un seminario en línea para contrarrestar el discutido o inexistente fraude electoral, e incluye también tácticas de filmación desde cercanas distancias, y a los miembros de estos ejércitos de vigilantes aconseja vestirse “como ellos”, usando camisetas del Che Guevara.

Como ha ocurrido en elecciones pasadas, especialmente cuando éstas son muy reñidas, los perdedores principal, si no es que exclusivamente republicanos, con frecuencia recurren a falsas acusaciones que comúnmente se refieren a difuntos que votan, inmigrantes indocumentados, o votantes autorizados pero que votan dos o ms veces a cambio de dinero. Y hablan de un fraude que en realidad nunca se ha configurado ni demostrado en la historia de los procesos electorales estadunidenses.

Una muestra, por ejemplo, es la elección de 1980, en la que se detectaron unas 30 irregularidades, de un padrón electoral de más de 100 millones de votantes. En la elección del 2012 fueron casi 130 millones de electores los que sufragaron, o poco menos de la tercera parte de la población del país, que en 2012 era de 312 millones, 780 mil 968 habitantes.

Citando un reporte (Pew Charitable Trust Report), Trump sostiene que “personas que murieron hace 10 años todavía votan”. Pero en el sitio web www.FactCheck.org se afirma que el referido reporte no halló evidencia de ningún procedimiento incorrecto, y que por el contrario, numerosos estudios han encontrado que el presunto fraude electoral “es virtualmente inexistente”.

Basándose en la opinión de algunos profesores (Old Dominion), Trump reclama que en 2008 un masivo número de inmigrantes indocumentados votaron para beneficiar a los demócratas. Pero fact check demuestra cómo “El profesor de Harvard que manejó los datos utilizados en el estudio de Old Dominion, dijo que los datos fueron mal utilizados y que las conclusiones del estudio son incorrectas”.

Además, Trump afirmó ampliamente que «el fraude electoral es muy, muy común», y ha pedido que los observadores de encuestas busquen a personas que se hacen pasar por votantes o votan en numerosas ocasiones. Sin embargo, “numerosos estudios académicos e investigaciones gubernamentales han encontrado que el fraude electoral en persona es muy poco frecuente” (Fact Check).

En su libro “The Myth of Voter Fraud”, Lorraine C. Minnite, científica política, experta en política y políticas urbanas, sostiene que “La afirmación de que las elecciones están siendo robadas por inmigrantes ‘ilegales’ y activistas de registro de votantes sin escrúpulos, así como por compradores de votos, que se ha utilizado para persuadir al público de que la malversación de votantes es de mayor preocupación… esas afirmaciones son un mito”.

Como hemos reportado ya en estas mismas páginas, habrá otras formas de intimidación del votante en algunos lugares donde las leyes estatales lo permiten, como personas armadas, y el trato en las casillas será rudo contras las personas de apariencia inmigrante y humilde.

Todo esto, sin contar las innumerables tácticas que los republicanos han utilizado para inhibir el voto de los inmigrantes y las minorías. Como recortar los días para votación temprana o el voto por ausencia, reducir el número de casillas o urnas para dificultar la votación, exigir una identificación oficial con fotografía, y hasta mover las líneas de distrito de manera amañada en cada Censo, para favorecer a candidatos, etcétera.

No obstante, organizaciones civiles defensoras de los derechos del votante y de los inmigrantes han respondido a estas amenazas movilizando brigadas cívicas de contra vigilancia y organizando recursos que pueden ser útiles para el elector que se vea intimidado o para quien le dificulten con artilugios o mañas su derecho a votar el próximo 8 de noviembre.

Existen ya coaliciones de voluntarios observadores entrenados para tal propósito, que estarán cerca de las urnas el día de la elección. También estarán las brigadas de los partidos políticos, y otras organizaciones internacionales. Por ejemplo la OEA (Organización de Estados Americanos), por primera vez en la historia de Estados Unidos estará presente en las urnas, aunque sólo observando y reportando.

Además, las organizaciones de la sociedad civil han establecido hasta el momento tres líneas telefónicas libres de costo para proteger al votante y reportar problemas a la hora de votar: Lawyer’s Committee, en español e inglés, que ya está funcionando: 866-687-8683. Esta línea ha estado ayudando ya a resolver problemas en La Florida, Virginia, Georgia y Texas. Naleo, también bilingüe: 888-839-8682. Y en distintos idiomas asiáticos: 888- 274-8683, donde habrá que dejar un mensaje y un voluntario regresará la llamada.

Una de las sugerencias que se ha repetido constantemente en Radio Bilingüe, para tratar de evitar problemas a la hora de votar es hacerlo ya en los lugares donde se puede hacer por adelantado todavía (Voter Registration Deadlines, State by State), y para mayor seguridad ir a las urnas el mismo 8 de noviembre próximo y asegurarse de votar, para que su voz se escuche■

Notas relacionadas (inglés):

How Charges of Voter Fraud Became a Political Strategy

Scary Dogs! Rigged Machines! Votes From the Grave! This Election, Paranoia Reigns

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