Presionados por una nueva ley estatal para administrar más eficientemente el agua, la junta de supervisores del Condado de Tulare, en el valle central de California, acordó preparar una propuesta que limitaría los permisos para la perforación de nuevos pozos agrícolas. En el condado de Tulare, uno de los más impactados por la sequía, miles de personas se han quedado sin agua potable. Sin embargo, la perforación de nuevos pozos agrícolas ha continuado de manera desenfrenada. Con los detalles, nuestro corresponsal Rubén Tapia.
Se escucha el sonido de una llamada telefónica sobre la preparación de impuestos…
Jovita Castañeda prepara impuestos en Porterville, California, pequeña ciudad agrícola de mayoría latina en el condado de Tulare. Castañeda llegó a esta ciudad hace 27 años. Hace 14, compró una casa con un terreno de 20 acres sembrados de ciruela.
“Trabajaba yo en el día y en la tarde ya me iba a trabajar en el “fil” en mi propia casa. Yo encantada de la vida; subirme al tractor, hacer el riego, andar checando los sprinklers. Me llegaba las 11 las 12 de la noche y yo todavía allí andaba”, dice Jovita.
Pero hace tres años Jovita Castañeda no pudo mantener este ritmo de trabajo. Se le presentó la oportunidad de rentar la tierra a una compañía agrícola.
“Quise quitarme de mucho trabajo rentando la tierra”
Castañeda tenía en su propiedad dos pozos, uno para uso doméstico, y otro exclusivo para el riego. A este último, autorizó a la compañía que lo usara y perforara más hondo para suplir sus necesidades de agua. No se dio cuenta lo que le sucedería a su pozo doméstico.
“Toda el agua de mi pozo se la jaló, porque este estaba mucho más abajo del nivel del mío”
Entonces Castañeda experimentó en carne propia lo que muchos de sus clientes le habían contado.
“Es horrible estar sin agua. De no tener aguas ni para poder ir al baño ni bañarse. Si, fue tal el shock que dije, ¡¿Ahora qué hago?!
Este es el drama que han enfrentado miles de residentes del Condado de Tulare que dependían del agua de mil 500 pozos que se quedaron secos. También en agosto de este año, colapsó el sistema de agua potable del poblado de Woodville, forzando a que durante tres semanas los residentes hirvieran el agua y más de 30 familias se quedaron completamente sin el vital líquido.
Según datos oficiales, el año pasado el número gratuito 211 que establecieron para pedir asistencia relacionada con la sequía, que incluye agua embotellada, recibió más de 6 mil llamadas, lo doble que en 2015.
Lo que se preguntan activistas comunitarios es ¿por qué si hay sequía se sigue autorizando la perforación de nuevos pozos? Aseguran que en los últimos dos años ya fueron autorizados más de 5 mil 500 pozos; y no cualquier tipo de pozo, enfatiza Kristin Dobbin, del Centro Comunitario por el Agua:
“La mayoría de los nuevos pozos son industria, sabemos eso porque son muy muy caros. Hay nuevos pozos que están perforando que cuestan un millón de dólares”
Según datos del Departamento de Comercio sobre 2012 – 2014, las ganancias agrícolas de California aumentaron 2 mil, 600 millones de dólares. Es decir, de 16 mil millones que ganaron en 2012, a 18 mil 600 millones el 2014.
Una testiga presencial de este auge empresarial es Sandra García, presidenta de Campesinas Unidas del Valle de San Joaquín. Lleva más de cuatro décadas viviendo en esta área, dice:
“Desde que inició la sequía están llegando nuevas ‘nurserias’ de diferentes partes de Los Ángeles, hasta de Nuevo México; porque aquí el agua está muy barata y están agarrando permisos muy fáciles para la perforación de pozos privados. Entonces, ¿si no tenemos agua, cómo es que están dando permisos así nomás tan fácil?”
Para poner un freno a esto, activistas comunitarios llevan más de un año presionando a la Junta de Supervisores del Condado de Tulare para que declare una moratoria a la perforación de nuevos pozos hasta que estudios muestren que son sostenibles.
En California ya hay una ley estatal que exige planes para manejar el agua subterránea de manera eficiente. Algunos condados ya tomaron medidas, como Stanislaus, Madera, Kern, y Ventura. Por fin este pasado diciembre los supervisores del condado de Tulare discutieron el espinoso tema.
Sonido de la reunión..
Al Supervisor Phil Cox le molesta que se proponga una moratoria a la perforación de pozos:
“I’m not comfortable with doing any kind of moratoruim. We haven’t heard that nasty word yet”
(No me siento cómodo con la propuesta de una moratoria a la perforación de pozos. Hasta ahora todavía no se escuchaba esa palabra grosera).
La voz discordante es la de Mike Ennis, presidente de la Junta de Supervisores:
“We can’t continue to go out and develop farm land if we do not have the water now”
(No podemos continuar desarrollando tierras agrícolas si no tenemos el agua).
Después de escuchar a propietarios agrícolas, cabilderos y gente de la comunidad, los Supervisores acordaron preparar una ordenanza de emergencia para no autorizar nuevos pozos, pero sólo en terrenos que anteriormente no estaban dedicados a la producción agrícola.
Susana De Anda, co directora del Centro Comunitario por el Agua considera que no es suficiente, pero al menos es un paso en la dirección correcta, y dice que presionarán para que se apruebe.
“No queremos seguir viendo más pozos perforados mientras que la gente no tenga agua limpia o no tenga agua. Eso tiene que cambiar y esperamos trabajar con la Mesa del Condado para que esta ordenanza se lleve a cabo y se desarrolle de una manera también eficaz y rápidamente”
Se espera que en febrero la Mesa de Supervisores lo someta a votación .