De la redacción
El liderazgo republicano en el Congreso se moviliza ‘faltando 5 para las 12’, y se saca de la manga una última carta para intentar salvar su más reciente proyecto de “reforma” de salud, ‘Cassidy-Graham’, enviando más dinero a Alaska y Maine, los estados de las senadora republicanas Lisa Murkowsky y Susan Collins, quienes dicen no estar convencidas todavía con el contenido de este nuevo intento de revocar la actual Ley de Cuidados de Salud Costeable, ACA, ante la proximidad del 30 de septiembre que vence el trato de Trump con el Congreso para financiar el gasto público hasta septiembre.
El proyecto de salud de los republicanos quiere convencer de sus «noblezas» a los propios legisladores republicanos, ofreciendo más dinero a los estados con una propuesta legislativa que a todas luces socaba la estabilidad económica y social de esos estados.
Es quizás el último suspiro de este intento por revocar la ley de salud vigente durante este periodo legislativo que agoniza ante lo abultado de la agenda pendiente del gobierno federal; como la reforma al sistema tributario, el gran proyecto de infraestructura, o la negociación sobre el tope de la deuda y el gasto público nuevamente en diciembre, etcétera.
En apretada síntesis van aquí algunos de los puntos más controvertidos de esta nueva versión revisada -de último momento- que proponen hoy los republicanos con su proyecto de salud conocido como Cassidy-Graham por el nombre de sus autores, los senadores republicanos William Morgan Cassidy, de Luisiana, y Lindsey Graham, de Carolina del Sur:
- Revocar los Subsidios a los seguros
Terminar con la Expansión del Medicaid
Finalizar el Gasto a la Salud (ACA) Enviando Subsidios a los Estados
Poner Fin al Mercado de Intercambios
Permitir a los Estados Imponer Altas Primas a Pacientes con Condiciones de Salud Preexistente
Y Despojar de su Seguro de Salud a unos 32 Millones de Derechohabientes.
El envío de más ayuda a los estados, contemplado en la “nueva” versión Cassidy-Graham que dan a conocer hoy lunes ambos legisladores, tiene como objetivo principal enviar más dólares a los gastos de los estados clave: Alaska y Maine. Pero de entre ellos, sus referidas senadoras republicanas han expresado repetidamente no estar preparadas todavía para apoyar dicho proyecto Cassidy-Graham.
En un resumen de la legislación revisada obtenida ayer por The Washington Post, Cassidy y Graham afirman haber revisado la Ley del Cuidado de Salud Costeable (ACA) «combinando el gasto en subsidios y la expansión de Medicaid, así como su redistribución a los estados en forma de subvenciones en bloque. Alaska obtendría un 3 por ciento más de financiación entre 2020 y 2026, y Maine obtendría un 43 por ciento más de financiamiento durante ese mismo lapso.
The New York Times afirma por su parte que aunque los cálculos de dicha revisión de la Cassidy-Graham no pudieron ser confirmados independientemente, “Estimaciones similares preparadas por la oficina de Cassidy para la versión anterior del proyecto de ley difirieron significativamente de las estimaciones de la Fundación de la Familia Kaiser y otras firmas de consultoría de políticas de salud, que acusan un recortes a los presupuestos de la mayoría de los estados, que los que mantienen bajo la ley actual”.
Sin embargo, este nuevo asalto de los republicanos para intentar revocar ACA con una simple mayoría, enfrenta a los demócratas unidos en oposición y dos republicanos –hasta el momento- que se han pronunciado más que claramente y por distintos motivos en contra del proyecto Cassidy-Graham: John McCAin, de Arizona, y Rand Paul, de Kentucky, el primer republicano que se opuso a la medida y quien criticó de nuevo y de manera contundente el proyecto de ley de los republicanos “porque prácticamente deja intacto al Obamcare”, según dijo al programa Metet the Press (MSNBC), a pesar de la presión del presidente Trump para hacerlo repensar su oposición.
La senadora Collins sostuvo en el ‘Estado de la Unión’ (CNN), que sin embargo estaba casi segura de oponerse a la propuesta de los legisladores de su partido. Con su posible rechazo a la Cassidy-Graham estarían llegando a tres los republicanos que han expresado públicamente su oposición, una cantidad que sería suficiente para terminar con las aspiraciones de pasar este proyecto de ley de salud esta semana. «Es muy difícil para mí imaginar un escenario donde acabaría votando por este proyecto de ley… Tengo varias reservas serias al respecto», dijo.
En tanto, agoniza el tiempo que le resta a la última intentona de los republicanos para derogar la ley vigente de salud conocida también como Obamacare, por la batalla del presupuesto, que se les viene encima al gobierno y al Congreso.
Por si esto fuera poco el senador de Texas, Ted Cruz declaró a CNN que “aún no se ha ganado nada”, y sugirió que “el senador Mike Lee -de Utah- tiene la misma postura”, que él, de rechazo al proyecto.
De acuerdo con The Washington Post Cruz dijo que él y Lee se reunieron con Graham y Cassidy la semana pasada para proponer cambios que llevaría la medida, pero que esto no sucedió así. “Esos cambios no fueron incluidos en el último borrador”.
Y Conn Carroll, portavoz de Lee, dijo al Post este domingo: «Queremos algunos cambios técnicos. Estamos trabajando con Cassidy, pero todavía no nos hemos comprometido a nada».
La cascada de comentarios críticos a la Cassidy-Graham este fin de semana “dejaron a Trump y al liderazgo republicano en el precipicio del fracaso, en su intento de 11 horas por cumplir la promesa del Partido Republicano de desmantelar una piedra angular del legado del presidente Barack Obama”.
Para los republicanos del Senado, dice la fuente, “el primer asunto de su agenda esta semana será resolver el tema de la ley de salud, de una manera u otra”. Pero “incluso los campeones del proyecto de ley han comenzado a reflexionar sobre la perspectiva del fracaso”.
Cuando le preguntaron a Graham, ¿qué le diría a sus votantes si se su proyecto se quedara corto y fracasara? Graham respondió: «Que hice todo lo que pude para conseguir dinero y poder de Washington para darle una mejor atención médica y más cercana al lugar donde usted vive… no voy a dejar de pelear».
También sostuvo la posibilidad de usar el cuidado de la salud como una táctica de negociación en futuras conversaciones legislativas: «Estoy en el Comité de Presupuesto», dijo Graham, agregando: «no vamos a votar a favor de una resolución presupuestaria que no permita que el debate sobre el cuidado de la salud continúe», concluyó el Post■