De la redacción
Oficialmente, no hay evidencia de fraude electoral. A pesar de que Trump, el titular del Departamento de Justicia, William Barr y el Secretario de Estado, Mike Pompeo entreo otros digan sin fundamento que “el fraude electoral desenfrenado le robó la victoria al presidente”. Funcionarios de las juntas electorales de todos los estados impugnados dclaran que no hubo irregularidades que afectaran el resultado de la eleccion.
Desde las elecciones presidenciales que le dieron la Casa Blanca a Trump en 2016, aun habiendo ganado Trump comenzó a lanzar la falsa acusación de que más de 3 millones de votantes “ilegales” (léase, indocumentados) y personas ya fallecidas habían votado fraudulentamente en su contra. Desde entonces, ha sido su lema y aunque los funcionarios electorales de los estados impugnados; algunos de ellos, gobernados por republicanos, así como figuras del propio Partido Republicano han rechazado la existencia del presunto fraude y alentado discreta y abiertamente a Trump que deje atrás esa falsa acusación y continúe de frente.
Sin embargo, el temor infundido por Trump a los miembros de su Gabinete o círculo más cercano y a los aliados de la derecha, anteponiendo sus propios intereses personales a los de la nación, como juraron hacer cuando asumieron sus respectivos cargos, se han negado a aceptar los resultados que dieron abrumadoramente a Joe Biden el triunfo electoral en esta elecció presidencial de 2020.
No obstante, funcionarios electorales de todo el país dijeron en entrevistas y declaraciones a la prensa que el proceso había sido «un éxito notable a pesar de la participación récord y las complicaciones de una pandemia peligrosa», reporta hoy The New York Times.
Frank LaRose, un republicano que se desempeña como secretario de estado de Ohio, uno de los estados impugnados para realizar un recuento de los votos, ha dicho que “Las teorías de la conspiración y los rumores y todas esas cosas corren desenfrenadas. Por alguna razón, las elecciones engendran ese tipo de mitología… Hay una gran capacidad humana para inventar cosas que no son ciertas sobre las elecciones», dijo.
En Texas, un estado que estuvo a punto de cambiar de color, del rojo al azul demócrata, sus funcionarios estatales han guardado silencio acerca del tema del fraude. Algunos analistas afirman que es la manera de de los republicanos de conceder su derrota. Pero un portavoz del principal funcionario electoral en el condado de Harris, el condado más grande de Texas con una población mayor que muchos estados, dijo que sólo había algunos problemas menores: «tuvimos una elección muy fluida».
Y es que a juzgar por las declaraciones de los referidos funcionarios estatales, sólo algunos estados describieron pequeños problemas, por cierto comunes a todas las elecciones; y dijeron a la fuente estar abordándolos. Por ejemplo, algunos casos de votación ilegal o doble, algunos problemas técnicos y algunos errores menores en matemáticas. Pero dichos funcionarios “están llevando a cabo su propia revisión de la votación, un componente estándar del proceso de certificación”.
Con todo, la cantaleta de fraude por parte de Trump, o la orden del Fiscal General Barr, para que los secretarios de estado ordenen una investigación de la votación en sus estados antes de la certificación oficial, contraviniendo o mejor dicho cambiando la ley del ramo que permitía hasta antes de la acción de Barr que este tipo de investigaciones se realizaran hasta después de la certificación de la elección presidencial; o escuchar al Secretario de Estado Pompeo, declarar medio en serio y medio en broma que no hará transición suave sino continuación de este régimen, contrastan con el aplomo de Biden, quien ante las insistentes preguntas de la prensa sobre si esto no le quitaba el sueño, el presidente electo de Estados Unidos respondió que no, que nada detendrá su toma de posesión.
Como se sabrá tal vez, el senador republicano, Lindsey Graham había pedido al Departamento de Justicia que investigara los reclamos hechos en una declaración jurada por parte de un trabajador del Servicio Postal en Erie, Pensilvania. El trabajador había hecho acusaciones de irregularidad en la sucursal postal local, “basándose en gran parte en una conversación que dijo haber escuchado”.
Y ayer martes por la noche, la credibilidad de esa declaración jurada se puso en duda después de que el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes informara en Twitter que «el trabajador se retractó de su historia en conversaciones con la Oficina del Inspector General del Servicio Postal», aunque luego ese mismo trabajador negara en un video en línea haberse retractado.
Por último, Corey Stapleton, Secretario de Estado de Montana y quien por cierto va de salida, publicó un mensaje que aborda implícitamente las continuas denuncias de fraude del presidente. D dirigiéndose al mandatario, dijo: “Lo he apoyado, señor presidente… ¡@RealDonaldTrump logró cosas increíbles durante su tiempo en la oficina! ¡Pero ese tiempo ya pasó! Inclina tu sombrero, muerde tu labio y felicita a @JoeBiden».
Pero los republicanos no están dispuestos a ceder, y mucho menos a conceder la victoria de Biden, y se esperan más acciones legaloides de la administración Trump, por lo que todavía falta lo que falta■