Revela al aire que fue violada por su contratista, ahora lucha por los derechos de la mujer (primera)

domesLa violación y el abuso sexual es algo muy frecuente entre la trabajadoras inmigrantes en Estados Unidos, y hoy como parte de nuestra serie «Voy Contratado: Derechos del Migrante en Radio», comentamos sobre la explotación sexual que sufren cantidad de trabajadoras migrantes a lo largo del país. Muchas mujeres padecen la explotación sexual en silencio. Pero, ¿por qué se abstienen de reportar calladamente los abusos sexuales a los que se les somete? ¿Con qué derechos cuentan estas mujeres? ¿Qué se hace por ofrecer para brindarles mejores garantías a su integridad como mujer y como trabajadoras? En un programa reciente de Línea Abierta una trabajadora reveló por primera vez, al aire, cuando fue violada por su contratista, recién llegada a Estados Unidos, en Ohio, hace 25 años. La revelación de este secreto tan bien guardado por un cuarto de siglo está acompañada del trabajo que ahora realiza esta mujer como activista por los derechos de las trabajadoras inmigrantes, y de la ley que impulsa junto con su organización para brindar protección a este sector más vulnerable de la cadena del trabajo. La conductora de Línea Abierta, Chelis López platicó con Librada Paz, y a continuación reseñamos esta plática que forma parte de la serie: «Voy contratado: Derechos del Migrante en Radio».
 
 


Como se pudo apreciar escuchando la Línea Abierta del jueves sobre el ambiente laboral más que hostil para las mujeres trabajadoras y en particular para las del campo, hubo una denuncia al aire sobre la violación sexual a una de estas mujeres que son acosadas y maltratadas en el empleo, quien narró valientemente su tremenda experiencia porque para ella, dice, “es importantísimo que las mujeres, y en particular las trabajadoras agrícolas en el país, sepan que sí podemos salir de eso, y que la ayuda está por ahí”.

Luego de que el Southern Poverty Law Center y Human Rights Watch entrevistaran a muchas mujeres sobre el acoso sexual, descubrieron que casi todos y todas las trabajadoras entrevistados han experimentado algún tipo de acoso sexual en el sitio de trabajo, o bien conocen a alguien que lo ha sufrido por parte de un compañero de trabajo o un supervisor. Si bien es bastante común que las trabajadoras del campo vivan estos abusos, no es exclusivo del trabajo agrícola; este abuso se extiende a muchas otras industrias donde se da empleo a las mujeres migrantes.
Las formas de violencia sexual y de acoso pueden ir desde la agresión y violación sexual, hasta las burlas, caricias no deseadas, abuso verbal, salidas forzadas con supervisores, ofrecimientos de más horas de trabajo o más dinero a cambio de sexo, etcétera.

Tal es el caso de Librada Paz, quien como trabajadora fue víctima de una violación sexual por parte de su contratista. Sucedió en el estado de Ohio al llegar apenas a este país hace unos 25 años, cuenta, cuando seguramente había menos protecciones laborales para la mujer. Librada dice que no hubo el acoso convencional ni gradual, sino que se trató de una violación sexual a secas. “A mi este hombre nunca me dijo nada, simplemente me engañó, me dijo que iba a llevarme a comprar un refresco, o algo así, y pues yo le creí. Pero resulta que fuimos a la tienda y todo y después me lleva a un lugar muy escondido, y entonces empieza a violarme… Es una experiencia que nunca se te va a olvidar… al otro día yo sentí que todo mundo me miró… me daba mucha pena, me daba no sé qué. No quería mirarle la cara a nadie, no quería decirle esas cosas a nadie…”.

Librada no está sola en esto, al decir de la infinita cantidad de denuncias y testimonios de mujeres sobre el acoso y la violación física y a los derechos de las mujeres, en general, y de las campesinas en particular. “Te dicen cosillas como por ejemplo: ‘Eres muy bonita, quiero que estés conmigo, yo quiero estar contigo, me encantas, y algunas veces te tocan el cuerpo… y entonces son esas cosas que alguna vez piensas si estará bien, o estará mal, y hasta que punto es el límite. Yo creo que el límite muchas veces nos confunde…, cuáles son las palabras que no deberíamos permitir”.

Chelis López condujo este programa de línea Abierta del jueves pasado, y además de algunas invitadas especialistas en el tema, tuvo esta entrevista con Librada Paz, donde la mujer hizo pública por primera vez, al aire en Radio Bilingue, esta tremenda revelación de cuando fue violada por su contratista.

Ahora, 25 años después Librada Paz pertenece a la Mesa Directiva del Ministerio Rural del Migrante/Rural Migrant Ministry, en Brockport, Nueva York (http://ruralmigrantministry.org), que impulsa una ley estatal para dar protección a las mujeres que sufren el acoso o abuso sexual en el sitio de trabajo.

-¿Y usted lo denunció, Librada? -preguntó Chilis López a la ahora activista, invitada al programa..

-No, claro que no.

-¿Por qué?

“Porque como le digo, así como mucha gente, cuando a penas va llegando, yo apenitas iba llegando cuando sucedió eso; entonces no tenía ni la idea de lo que estaba pasando y mejor me quedé callada. Y estoy segura que a muchas gente le pasa eso. Y eso es lo que está pasando exactamente en esta área por donde yo estoy. Yo sé que hay muchas mujeres que están pasando eso pero no lo dicen por la misma razón de lo que yo pasé en aquel tiempo”. Y enumera los síntomas de este difícil proceso: “Uno dice que le da pena, te sientes avergonzada, y sientes que todo mundo sabe lo que pasó y prefiere no hablar… te sientes demasiado frustrada y decepcionada de que no tienes ni idea de qué hacer en esos casos”.

“Es una ley que la verdad Nueva York no tiene…, algo similar a lo que pasó en California. O sea, que César Chávez luchó y pasó una ley de derechos de igualdad en California”.

Librada asegura que las trabajadoras agrícolas en el estado de Nueva York están sufriendo condiciones muy similares de acoso, y que estos trabajadores agrícolas son los únicos que no tienen los derechos más básicos en todo el estado (de todo sector laboral). “Es algo muy triste, muy feo, porque no respetan ni las leyes más básicas. Por ejemplo, un día de descanso, cuando es tiempo de cosecha, mucha gente trabaja hasta dos, tres meses para poder tener un día de descanso”. Y afirma que algunas veces hay trabajadores que ni siquiera tienen días libres.

La ley que ahora Librada impulsa incluye el pago por tiempo extra, seguro de desempleo o por algún accidente, “y otra parte que es bien importante es el derecho de organizarse, o el derecho a tener una unión; para que puedas tener una voz y hablar”. Porque asegura que en muchos campos agrícolas del estado de Nueva York, “no tenemos ni siquiera una voz, ni podemos quejarnos. Porque si te expresas en una queja, prefieren despedirte… entonces no tenemos nada de esas protección, y esa protección le va a dar la ley, y la voz a la mujer, por lo menos para quejarse: ‘¿Sabe qué?, creo que esa persona no me cae; porque se está pasando de listo conmigo, o sea, me dice cosas que no debe… entonces, te puede proteger en algo… Y estamos en esa lucha, y tenemos esperanza de que pase. Estoy muy segura de que puede proteger a muchos trabajadores esa ley”.

Con respecto a las mujeres, López pregunta sobre los beneficios concretos que traería la referida ley a las mujeres que han sufrido violación y acoso en el trabajo.

Librada reitera que el derecho a tener voz, a poder poner una queja y no ser despedida, esa es la protección más grandes que pueden tener las mujeres, afirma. “O sea, tengo el derecho de quejarme, por lo menos, y que me protejan. Porque aquí si tú hablas, yo te puedo despedir, si tú hablas, yo puedo llamara a la migración… puedo echarte a la policía. Entonces, si la gente habla, pierde todo”.

Además, Librada sostiene que el hecho de que las mujeres no sólo sepan que tienen ese derecho, “sino que sepan que hay también servicios adicionales, que le pueden tender la mano, siempre y cuando ellas estén dispuestas a hablar”. La propia Librada valora el derecho a poder hablar, como algo que cuenta mucho en la agenda de las mujeres. “Porque yo estuve callada por más de 20 años. Nunca se lo había expresado a nadie más, excepto apenas horita que lo estoy expresando; porque dije, no pues son cosas que están pasando a cientos de mujeres, o a miles de mujeres en todo el país”. Y dijo que era lamentablemente triste permanecer callada.

En cuanto a las mujeres que se atreven a romper el silencio y denuncian, sobre todo aquellas que trabajan en el campo o en otros lugares, pero que al llevar su queja a la policía no sólo no hacen caso a su reclamo, sino que además se exponen a que la policía llame muchas veces al servicio de Inmigración, Librada relata algunos casos que ha documentado:

“En esa área donde yo me encuentro, por Rochester, Bufalo, Nueva York, abundan esos casos. La policía está jugando un juego muy feo contra nosotros los hispanos, los trabajadores agrícolas, porque son los que más hay aquí en este lado… básicamente lo que hacen es que nunca escuchan a las mujeres. Siempre las toman como si fueran las culpables… Cuando alguien más llama a la policía, a ellos no les importamos nada; simplemente lo que hacen es que derecho hablan a la Inmigración. Entonces, ¿qué poder pueden tener las pobres mujeres?”. Y como ha habido por estos motivos gente que ha sido deportada, no existe nadie que quiera poner una queja, dice la trabajadora y ahora activista por los derechos de las mujeres trabajadoras. Y agrega que ante el abuso, ni siquiera se puede pelear porque la policía viene y llaman a Inmigración. “Y la migración ¡menos te va a escuchar!”.

-Usted nos comenzó diciendo que ha sido víctima de violación, ¿qué pasó con su caso, que sucedió con esta persona que la agredió, que la violó? -interrogó López.

“Como le digo, lamentablemente es muy triste, y me duele ahorita recordarlo, porque la verdad es una emoción muy fea, pero, como le dije, una muchacha chica, que acaba de llegara este país y ser violada por un contratista… se cae una, no tiene ni idea… me quedé callada, y entonces nunca tomé ni una acción; porque nunca se lo comenté a nadie, ni siquiera a mis propios hermanos que andaban conmigo… yo creo que a lo mejor ni siquiera ahora lo saben.. Tal vez si escuchan las noticias pero directamente yo no se los he expresado… así ha sido el secreto, contra mi”.

Librada afirma que han sucedido casos muy similares al de ella en el área donde trabaja. “Violencia sexual, que te violen y todo, pero el acoso sexual pasa demasiado. Porque hay muchas chicas, y muchos hombres contratistas muy agresivos; a veces pueden ser hasta los propios compañeros del trabajo, y como somos muy pocas mujeres por aquí, y vamos a decir contra unos cien o doscientos trabajadores. Abusan, si una no se pone fuerte contra ellos”.

Ahora librado se ha convertido en una promotora de los derechos de las mujeres trabajadoras del campo, y en general de las trabajadoras, y por eso ahora empeña todo su esfuerzo en impulsar la referida ley que protegería a estas mujeres.

A aquellas mujeres que están sufriendo esta violencia sexual contra ellas en su trabajo, Librada le advierte que hay ayuda. “Claro que hay que buscarla, desde luego no con la policía ni con Inmigración. Hay aquí -Brockport, Nueva York- un centro que se llama Centro de Trabajadores, y ellos nos pueden ayudar efectiva y anónimamente; y ojala y que salgan de la sombra y que sepan que sí podemos apoyarlas, solo es necesario que ellas estén dispuestas. Y ojalá que la ley en Nueva York pase también para que nos proteja en otras maneras más”, concluyó Librada■

Continúa…..

Enlaces de interés:

Ministerio Rural del Migrante/Rural Migrant Ministry, en Brockport, Nueva York
http://ruralmigrantministry.org
Alianza Nacional de Campesinas, Bakersfield, CA
https://es-la.facebook.com/AlianzaNacionalDeCampesinas
Coordinación, Líderes Campesinas, Oxnard, CA
http://www.liderescampesinas.org/index.php
Centros de Derechos al Migrante, México, DF
http://www.cdmigrante.org
Contratados: Innovative Tool uses Tech and Art to Combat Abuse in Guest Worker Program
www.connectmeeting.att.com
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