De la redacción
El presidente Trump y su círculo cercano en la Casa Blanca impulsan una ‘política’ migratoria sin sentido, dice la editorial de hoy del influyente diario The New York Times. En otro momento hemos dicho también aquí que ante la falta de resultados y acciones concretas en temas urgentes de la agenda presidencial, Trump y su equipo se empecinan en perseguir y humillar a los inmigrantes, ahora vemos que indocumentados y no, y deportarlos de manera expedita sin respetar el debido proceso y sin tener antecedentes criminales.
Como se menciona hoy en estas mismas páginas, Trump ha respaldado la propuesta legislativa RAISE Act, que no haría nada para resolver los problemas de la inmigración ni los económicos en el país. Sin embargo, “es poco probable que se convierta en ley”, dice el Times. Lo cierto es que la única manera de entender el apoyo vocal de Trump al RAISE Act es porque está dirigido más a energizar la base de Trump, cada vez más reducida de partidarios dogmáticos de derecha y nativistas blancos, que quisiera echar atrás el cambio demográfico registrado en este país durante las últimas décadas.
Por otra parte hay varios estudios de prestigiados organismos de investigación científica entre los que se halla el Centro Hispano Pew, divulgados recientemente en la prensa sobe los procesos de desarrollo de la inmigración latina en ámbitos político, económico y culturales que inciden en la vida social de este país; a pesar de la hostilidad y persecución de la derecha anglosajona, blanca y protestante que hoy habita de lleno en la Casa Blanca contra los inmigrantes de color y principalmente indocumentados. Por cierto que más de un 60% de la población estadunidense encuestada no apoya la política migratorio de esta administración Trump.
Uno de estos estudios, elaborado por Pew, con datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, está induciendo temor en los sectores conservadores estadunidenses. Enlistamos unos cuantos de estos hallazgos a manera de ejemplo:
La población de origen latino alcanzó este año (2017) en Estados Unidos la friolera cantidad de 56.6 millones de habitantes, “la cifra más alta registrada hasta la fecha”, dice la fuente, cuya tasa de crecimiento es “¡20 veces superior! a la de la raza blanca”. Si consideramos que la población total de Estados Unidos es de 323.1 millones de habitantes, los referidos números de los latinos en Estados Unidos se acercan a la 5ta parte de la población total (casi el 18%).
Por otro lado y como reportamos oportunamente en este mismo espacio, el estudio titulado, Reporte del Producto Interno Bruto Latino. Cuantificando el Impacto del Crecimiento Económico de los Hispanos de Estados Unidos, dice que “si el Producto Interno Bruto de los latinos que residen en Estados Unidos constituyera el de un país autónomo, en sí mismo, sería ¡el séptimo! mayor en todo el mundo”. Mayor que el de India e incluso que el de Italia y Brasil.
Además, se trata de una de las economías más dinámicas también: “El PIB de los latinos sería la tercera economía de más rápido crecimiento en el mundo”, dijo en su oportunidad a Línea Abierta el Dr. David Hayes-Bautista, distinguido profesor de medicina y director del Centro para el Estudio de la Salud y la Cultura Latina en la Escuela de Medicina David Geffen, de la Universidad de California en Los Ángeles, UCLA, también autor de dicho estudio.
Así mismo, en un artículo de opinión publicado recientemente por La Jornada, “El futuro latino de Estados Unidos”, el autor consigna otros datos interesantes sobre la influencia de los latinos aquí. Demográfica y electoralmente, dice, es la población en edad productiva más joven: 33 años o menos en promedio, y el “65% de ellos nació en suelo estadunidense (11 por ciento con ciudadanía por naturalización), lo que da a los latinos “un muy atendible potencial electoral”.
Otro dato se refiere por ejemplo a la reciente reducción de la brecha digital entre la mayoría blanca y los latinos, separada de manera importante durante décadas, es una situación que “los acerca a los empleos, las actividades gubernamentales, los servicios públicos, la actividad cultural y naturalmente la política”.
Todos estos datos sin embargo no logran subvertir todavía los mitos que mantiene sobre los latinos la población blanca estadunidense, particularmente de áreas no tan urbanas y que es por ciento el núcleo electoral ‘duro’ de Trump. También es cierto que una importante mayoría de los trabajadores latinos en Estados Unidos son explotados lastimosamente.
Los datos mencionados son sólo parte de un interesante y novedoso cuadro de hallazgos científicos que vale la pena observar con atención. Porque indican que esta puede ser una tendencia eventualmente irreversible, y motivo de creciente preocupación para la derecha blanca y francamente racista; datos que no obstante utiliza quirúrgicamente el equipo de Trump para fines electorales■
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