De la redacción
Nuevamente los republicanos sacan del cajón de los objetos de utilería al fantasma del fraude electoral, y demandan al gobernador de California, Gavin Newsom, por ordenar que se envien las boletas por correo a los 20.6 millones de votantes de California en noviembre.
Como se recordará tal vez, el 8 mayo el gobernador de California, Gavin Newsom emitió una orden ejecutiva que garantiza a cada votante registrado en el estado recibir automáticamente por correo una boleta para las elecciones presidenciales de noviembre. La medida resultó para muchos comprensible, dada la feroz pandemia de covid-19 que por lo menos en casi la mitad del país sigue creciendo en términos de muertos y hospitalizaciones, pero esto a los republicanos no les preocupa.
Y es que de acuerdo con analistas, echando mano a una forma más de supresión del voto los republicanos tratan a toda costa de evitar el voto por correo. Porque suponen que, haciendo más difícil la votación, es muy probable que muchos lectores indecisos o que no se identifican muy bien con la agenda electoral del candidato demócrata, Joe Biden, se queden apelmazados en el sofá de su casa el día de la elección y no salgan a votar.
Porque una baja afluencia a las urnas ese día, dicen, favorece a los republicanos, armados también con otras tácticas de supresión del voto como la manipulación de líneas distritales, o gerrymandering, el recorte de los días de votación anticipada, la reducción de las casillas electorales, la identificación con fotografía, etcétera.
Por eso, a medida que se aproximan las elecciones, y que las encuestas del presiente tienden a la baja entre otras cosas por el desastroso manejo de la pandemia de Covid-19 y el pésimo estado de la economía, el Comité Nacional Republicano, el Comité Nacional Republicano del Congreso y el Partido Republicano de California, así como el ex congresista de Vista, Darrell Issa, sometieron demandas legales contra Newsom por estar presuntamente preocupados ante un potencial fraude electoral que la votación por correo podría generar, según ellos.
Por su parte Trump ha seguido insistiendo, sin pruebas, en que votar por correo es un proceso plagado de fraudes. “A medida que Trump hace nuevos reclamos infundados sobre fraude electoral y la votación por correo, vale la pena mirar hacia atrás en el colosal desastre de los primeros esfuerzos de su administración para probar el fraude electoral”, dice Los Angeles Times.
Es sabido que varias investigaciones oficiales y civiles demostraron en su oportunidad la falsedad de las teorías republicanas de la conspiración, del fraude electoral; como las protagonizadas por la tristemente célebre Comisión del Fraude que presidió efímeramente el secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, nombrado para tal propósito por el presidente Trump, y que resultaron en un rotundo fiasco.
Oficiales de la Junta de Elecciones de California propusieron por su parte un plan para votar a salvo en persona, guardando las estrictas protecciones de coronavirus, e instaron a los legisladores a cerrar las escuelas en los días previos al día de las elecciones y usar como centros de votación gimnasios y auditorios en los campos escolares.
“La propuesta surge cuando los funcionarios del condado enfrentan plazos ajustados para comenzar a prepararse para las elecciones del 3 de noviembre y el proceso ha sido eclipsado por la orden del gobernador Newsom”, de enviar una boleta a cada votante de California, dice la fuente. Porque los republicanos, que iniciaron dicha batalla legal, afirman que “sólo la Legislatura estatal tiene el poder de cambiar las reglas electorales”.
La demanda de los republicanos acusa a Newsom de una «toma de poder descarada» que «violaría el derecho de voto de los ciudadanos elegibles». Y hace eco de las falacias de Trump, quien criticó las boletas por correo como «peligrosas» y fraudulentas, y amenazó con retener los fondos federales de algunos estados que han tratado de ampliar la votación por correo.
Al respecto, el secretario de Estado de California, Alex Padilla respondió a la demanda también a través de un tuit: «Ampliar el voto por correo durante una pandemia no es un tema partidista: es un imperativo moral proteger los derechos de voto y la seguridad pública».
Padilla sostiene que «el voto por correo se ha utilizado de manera segura y efectiva en los estados rojo, azul y morado durante años. Esta demanda es sólo otra parte de la campaña de desprestigio político de Trump contra la votación por correo. No dejaremos que este virus sea explotado para la supresión de votantes”, concluyó el funcionario■