En Texas celebran la memoria de Willie Velásquez, el pionero de los derechos del voto y fundador del Proyecto de Registro y Educación de Votantes del Suroeste, a treinta años de su fallecimiento. Velásquez, a quien se recuerda por su lema «Su Voto es Su Voz», murió a la temprana edad de 44 años, dejando como herencia un muy crecido padrón electoral de ciudadanos latinos y cantidad de representantes electos a puestos públicos como resultado de sus campañas de educación popular. El jurista, José Ángel Gutiérrez (JAG), pionero también de los derechos civiles y co-fundador del Partido de la Raza Unida, y Lydia Camarillo (LC) actual vicepresidenta del Proyecto de Registro y Educación de Votantes del Suroeste reflexionan sobre el legado de Velázquez con Samuel Orozco (SO). Director de Noticias de Radio Bilingüe.
Aquí la plática:
LC: El legado que nos deja Willie Velázquez es: ‘tenemos un poder político y una responsabilidad de platicar y hablar por muestra comunidad para que se tome en cuenta y se tenga respeto y dignidad’.
SO: ¿Qué experiencia le llevaron a esa conclusión? ¿Por qué se entregó a esta causa?
LC: Empezó a organizar, en conjunto con otros compañeros que pensaban igual, de que no podíamos seguir en una situación donde todavía –había rótulos en negocios que decían: “Aquí no se aceptan perros ni se aceptan mexicanos”. Entonces empezó lo que se llamó el grupo “Mayo”, que en muchas comunidades y en California se conoció después como “Mecha”. También fue fundador de varios grupos que organizaron en la comunidad. Fue parte del discurso de La Raza Unida; hay debate si se le aceptó o no se le aceptó, pero lo que hay que recordar de Willie Velásquez es que él buscaba una fórmula, una estrategia, una táctica para buscar que nuestra comunidad pudiera seguir adelante. No tener la posición de que aceptábamos la discriminación, aceptábamos fondos reducidos en nuestras comunidades y lo peor, que no se nos tomara en cuenta. Y su forma de asegurar de que veamos si estamos organizando se mide en varios puntos: la calidad de educación para nuestros estudiantes, y la calidad de las comunidades donde viven. Pero también en la forma de cuántas personas electas que se parecen a nosotros y que trabajan por nuestra comunidad.
SO: Ahora que se trata de repensar en lo que dejó de herencia Willie, ¿cuál dirías, José Ángel, que fue su mayor mérito?
JAG: Integrar la organización para registrar personas. Permanecer ya permanentemente vigilando los intereses perpetuos de la comunidad. El derecho a votar es fundamental. Entonces él se dedicó nomás a hacer eso, para no mal gastar el tiempo.
SO: José Ángel, Willie vio en aquel tiempo que la gente latina crecía mucho como residente, como población productora, como población consumidora también; incluso hasta como ciudadanos, pero no tanto como gente electora, como gente votante. ¿Cómo estaban las cosas entonces, qué tanto han cambiado?
JAG: Lo que ha cambiado es que tenemos cobertura bajo el Voters Right Act de 1975, y de allí entonces empezó ya la posibilidad de usar el voto como instrumento para elegir candidatos que favorecían a nuestra comunidad. Y allí empezó el surgimiento del gran número de políticos que tenemos hoy en día, que todavía no son representativos del número de personas que somos en el país. Sólo tenemos como unos 6 mil políticos pero deberíamos de tener como 24 mil, para tener un porcentaje más o menos igual al porcentaje de población que somos. Segundo. Willie y los sucesores han hecho un trabajo maravilloso de registrar gente cada año aumentando el número, pero así como ellos registran gente hay un número igual que no se registra. Tercero. Como un 60 por ciento de los que se registran no votan. Unos no votan porque ya están cínicos. Dicen: ‘son puros mentirosos, prometen y dicen y hacen y resulta que nada me llega a mí’. Entonces hay muchas actitudes negativas, que no le dan poder a la idea de que el voto es un instrumento y lo deberíamos de utilizar para hacer cambio. Muchos de ellos porque vienen de países de Centroamérica, o incluso de México, que ahora son residentes y se han hecho ciudadanos; pero todavía traen en la memoria, la experiencia, la historia, que toda la política es corrupta. Pues sí es, pero si no entramos a limpiarla, si se la dejamos a los corruptos sigue la corrupción.