El presidente Obama utilizó el discurso sobre el Estado de la Unión para prometer acción consecuente este año, en una velada referencia a la falta de resultados legislativos en una de las cámaras. Obama anunció varias acciones ejecutivas, entre ellas la orden de aumentar los salarios mínimos para empleados de empresas que contrate el gobierno federal. Muchos aplaudieron sus promesas. Pero las breves palabras que dedicó Obama a la reforma migratoria decepcionaron a líderes comunitarios, y tampoco encontraron eco entre los republicanos, que exploran apoyar una legalización limitada y sin una ruta generalizada a la ciudadanía. José López Zamorano reporta.
Se escucha en el aire, Mr. Speaker, the President of The United States…
Desde la más alta tribuna de la nación el presidente Obama colocó la lucha contra la desigualdad como la bandera para el resto de su presidencia, y ubicó la urgencia de una reforma migratoria como parte de la agenda para promover el crecimiento económico.
“Aprobemos una reforma migratoria este año. Hagámoslo. Es tiempo de hacerlo”, exhortó el Presidente.
Obama dejó en claro que trabajará con los republicanos donde sea posible, pero actuará unilateralmente donde sea necesario. Su principal iniciativa fue elevar los salarios mínimos a trabajadores en contratos federales, a 10 dólares y diez centavos por hora, lo que provocó aplausos de los demócratas y desdén de los republicanos.
“El presidente hizo muchas promesas, que suenan bien, pero que no van a resolver los problemas que enfrenta nuestra nación”, respondió al discurso presidencial la congresista Ileana Ros-Lehtinen .
La republicana de La Florida tuvo a su cargo la respuesta de los conservadores en español:
“Tenemos qué arreglar nuestro sistema roto de migración con una solución permanente
En su encuentro en Cambridge, Maryland, los republicanos presentaron sus principios sobre migración, que incluye una ruta a la legalización para indocumentados que admitan su “culpabilidad”, pero restringe el camino a la ciudadanía sólo a los jóvenes soñadores que llegaron sin papeles a este país siendo menores de edad.
Gonzalo Salvador, el portavoz hispano de la mayor central sindical de Estados Unidos, dejó en claro que tal planteamiento es inaceptable:
“Absolutamente no… la central sindical se va a oponer y la razón es que si sólo existe una legalización se creará una sub clase de trabajadores permanente que estará sujeta a la explotación de trabajadores”
Por segundo año consecutivo un grupo de jóvenes indocumentados fue invitado a presenciar el informe desde los palcos del Capitolio. Entre estos se encontraba la soñadora mexicana, Estefanía García.
“Me siento orgullosa y honrada de estar aquí, y poder abogar por los inmigrantes y por todos aquellos que necesitan una reforma migratoria, como soy yo y mis padres”, dijo García.
El presidente sostuvo que llegó la hora de una reforma migratoria y la defendió bajo el argumento de que ayudará a fortalecer el crecimiento económico y a reducir el déficit general en 1 millón de millones de dólares en 20 años. Pero algunos activistas en favor de la reforma migratoria mostraron decepción con el discurso.
Lorera Praeli es una soñadora que estuvo presente en la sesión:
“Inmigración es un área donde el presidente debe liderar con el ejemplo. Pidió una acción legislativa en inmigración pero no reconoció su récord en deportaciones, ni aceptó usar su autoridad ejecutiva para detener el dolor en nuestra comunidad”
Para evitar que la migración salga del radar de las prioridades de la Casa Blanca y del Capitolio, la coalición Ayuno por las Familias anunció nuevas movilizaciones. Su líder es Eliseo Medina:
“Lo más importante es que vamos a pedirle al pueblo americano que se una a nosotros, y viendo lo que pasó en diciembre, yo espero que miles, decenas de miles de personas se van a unir a nosotros”.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino reportó José López Zamorano