De la redacción
Continuando con la denuncia a las formas de supresión del voto, que vienen practicando los republicanos durante los últimos ciclos electorales, un hecho reciente ilustra de manera incuestionable cómo desde el poder se puede disuadir, o de plano eliminar de una contienda electoral a un grupo incluso bastante significativo de votantes. Tal es el caso Dodge City en Kansas, uno de esos lugares donde el Secretario de Estado, Cris Kobach es también candidato a la gubernatura este 6 de noviembre. Esta nota forma parte de nuestra serie “Hacia el Voto 2018”.
En el estado de Kansas hay un claro entusiasmo por las elecciones intermedias de 2018; unos mil 200 votantes en promedio por cada sitio de votación, pero en Dodge City sólo hay una casilla para todos sus 13 mil votantes y la acaban de ubicar fuera de la ciudad. Y es que las autoridades electorales, bajo control de los republicanos movieron la única casilla electoral de Doge City una milla y media lejos de los límites de la ciudad, y a una milla de la parada más cercana de autobús.
Las autoridades notificaron recientemente por correo a los votantes sobre la ubicación de la nueva y única casilla, pero para muchos votantes que carecen de automóvil y dependen del transporte público la medida no fue bien recibida. Luego, en una carta que envió la junta electoral a los hogares de los votantes se les indicó una dirección equivocada y lejana de donde verdaderamente se halla la nueva y única casilla. Más tarde vinieron unas disculpas públicas y ahora avisan que enviarán una nueva carta con indicaciones precisas. Algunos piensan sin embargo que habrá más confusión.
Como probablemente se recordará, Kris Kobach fue el principal autor de la idea conspirativa que dio origen a la desaparecida Comisión contra el fraude o por la Integridad del Voto, creada para perseguir el presunto fraude electoral que habrían cometido en las elecciones presidenciales de 2106 más de 5 millones de votantes “ilegales”, inmigrantes indocumentados que van a votar otra vez ilegalmente todos ellos en estas elecciones del próximo 6 de noviembre. Esto lo propagó principalmente el presidente Trump con su retórica antinmigrante.
O como en Georgia, donde el Secretario de Estado, republicano también, Brian Kemp es al mismo tiempo candidato a la gubernatura y mantiene “pendientes”, o sea detenidas o anuladas casi 600 mil boletas electorales sometidas a doble escrutinio para dicipar discrepancias en los nombres del papeleo, además de que como Secretario de Estado él supervisa su propia elección.
Y es que allí en Kansas, en Dodge City 60 por ciento de los residentes son latinos. De ellos, 13 mil latinos son los que están registrados en el padrón local, y el día de la elección todos ellos sólo tienen una casilla electoral para ir a votar porque a la junta electoral local decidió eliminar el sitio tradicional de votación en el centro cívico de la ciudad. Donde confluyen las líneas de autobuses y el transporte público.
Resulta que por ahí de los años ‘80 Doge City se convirtió en una ciudad que comenzó a atraer a una gran migración de trabajadores latinos, como ha sucedido de forma similar en infinidad de pequeñas y medianas ciudades. Esta migración, mayormente mexicana vino a revitalizar esta ciudad del Medio Oeste, devastada tras el declive de la era industrial, que se fugó con los empleos a otros lugares lejanos y aquello quedó medio desierto. Pero hace dos décadas Doge City comenzó a experimentar otra vez un nuevo boom económico, generado por la migración latina atraída hace décadas por una mega planta empacadora de carne que se instaló en esa ciudad y comenzó a ofrecer empleos.
Estos inmigrantes han ido asentándose en Dodge City y por ejemplo más de la mitad de las casas que se vendieron el año pasado fueron compradas por familias trabajadoras latinas. Bancos y tiendas de servicios emplean preferentemente a trabajadores bilingües. La superintendente escolar Sharol Little toma ella misma clases de español. Y tienen un periódico en español.
Dodge City devino pues en una ciudad de mayoría minoritaria; es decir que la mayor parte de la población corresponde a personas de las llamadas minorías. Y mientras la ciudad ha crecido a 27 mil habitantes, hay 13 mil votantes registrados, potenciales votantes que ahora sólo tienen una única y lejana casilla electoral.
La Unión Estadunidense de Libertades Civiles, ACLU ha estado tratando de negociar con las autoridades electorales de Kansas para que se abra al menos otro centro de votación en un lugar accesible, donde lleguen los autobuses de la ciudad, para los miles de votantes que carecen de auto.
Según el periódico Whista Eagel cuando la ACLU pidió a la Oficina de la Junta electoral del Condado Ford, que tiene jurisdicción sobre la ciudad de Dodge, para que publicara un anuncio con la dirección de la única casilla y pusiera a disposición del público una línea telefónica para contestar preguntas y aclarar confusiones por lo menos durante el día de la elección, la junta local no solo no contestó rápidamente sino que trampolineó la petición de la ACLU al Secretario Kobach, junto con las letras capitales en el mensaje “LOL”; o sea, burlándose de los peticionarios.
Pero ante fallidos intentos de la ACLU para entablar una negociación razonable con las autoridades electorales de Dodge City, hoy los defensores de los derechos civiles decidieron someter una demanda judicial contra Debbie Cox, titular de la Oficina de la Junta electoral del Condado Ford para que abra también la antigua casilla ubicada en el centro cívico de la ciudad, para evitar confusión y dar fácil acceso a la casilla el 6 de noviembre a toda la gente que se moviliza en transporte público, dijo a MSNBC Mica Kubic, Director Ejecutivo de ACLU-Kansas.
“A lo largo de sus diez años como Secretario de estado de Kansas, Kris Kobach ha fomentado una cultura de desánimo al elector para que no quiera votar que socaba la democracia. Esta es la última demostración de cómo a lo largo de 8 años Kobach ha creado una cultura de supresión del voto”, sostuvo Kubic.
Y agregó que gracias al interés cívico mostrado por los habitantes de Kansas en estos días, mucha gente se ha ofrecido voluntariamente para poner a disposición de los votantes sin auto ni otros medios de transporte sus propios vehículos… es decir, despertó la solidaridad social. «La gente tiene que saber que la supresión del voto no es algo que curre sólo en alguna otra parte, que no es sólo un artefacto de la historia, sino que es algo que ocurre aquí y en otras partes del país en estos momentos”■