En su primer informe sobre el Estado de la Unión el presidente Joe Biden mencionó sólo de “rozón” el tema de la reforma migratoria, una promesa de campaña a los inmigrantes que por cierto, junto con los afroestadunidenses, le allanaron el camino hacia la Casa Blanca. Por las razones que fueran, el incumplimiento de dichas promesas por el momento ha generado inquietud y hasta malestar en algunos grupos defensores de los inmigrantes en este país.
Marco Vinicio González
Todavía resonando en el ambiente político el primer discurso del presidente Biden a la nación, defensores de los inmigrantes indocumentados aplaudieron en general las tibias menciones a la prometida reforma migratoria que el presidente Biden hizo en su campaña por la presidencia, y que mencionó levemente durante su primer informe sobre el Estado de la Unión.
No obstante, prevalece un sabor agridulce en cierto liderazgo inmigrante por la falta de un compromiso más contundente por parte del mandatario con la causa los inmigrantes, así como por la falta de más detalles acerca de cómo y cuando llevaría a cabo su plan para dar una vía a la ciudadanía a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados.
En su más reciente Edición de Inmigración, Línea Abierta tocó este tema. Maru Mora Villalando, activista que ha luchado largamente contra la detención de inmigrantes indocumentados y en particular contra el Centro de Detención del Noroeste (NWDC), de ICE, en Tacoma, Washington, platicó con Samuel Orozco, Director de Noticias de Radio Bilingue sobre este tópico, en el marco de los festejos del Día Internacional de la Mujer.
La activista es también dirigente de la organización Latino Advocay, y “una de las figuras más visibles quizás del movimiento de resistencia al Centro de Detención del Noroeste (NWDC)”, que el servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) renta en Tacomoa, Washington a la poderosa corporación trasnacional de construcción y administración de prisiones, GEO Group.
En esta transmisión radiofónica, que por cierto coincidió con el Día internacional de la Mujer, Orozco preguntó al aire a Villalpando cómo conmemoraban ella y su grupo esta fecha en su nombre.
“Bueno», dijo, «yo creo que lo que hacemos es seguir trabajando, verdad…, como siempre; esos es parte del sexismo, la carga de trabajo siempre cae sobre nosotras… se nos ve más como madres, verdad, y entonces se nos quiere celebrar nada más el 10 de Mayo, poniéndonos ahí a cocinar más, que es lo que hacemos durante nuestras vidas y aún en los movimientos sociales. Creo que en el caso de la celebración del Día de la Mujer, nuestra celebración tiene que ser de concientización, más allá de los círculos de la lucha social”.
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Sintetizando un poco “la lista de cargos contra los brazaletes de monitoreo” que llevan atados a los tobillos los y las inmigrantes indocumentadas bajo arresto domiciliario de ICE, Orozco señala el gran estigma que impone en los inmigrantes este aparato.
Número uno, dice, “tomando en cuenta que estos brazaletes se asocian con criminales, verdad… Número dos, las emergencias de infarto que a veces llegan a producirle al que lo trae. Y además ese es el peligro, que los datos biométricos que se recaban, que se almacenan, se pongan luego a la venta al mejor postor”.
Por otro lado están las preguntas que se han suscitado acerca de los refugiados ucranianos; el hecho de que el presidente Biden haya otorgado tan diligentemente una Protección Temporal (TPS) a los ucranianos, lo que está muy bien, dicen, no deja de resaltar el hecho de que a otros inmigrantes de color que han estado haciendo cola hasta por años, también en busca de asilo, se les haya dejado en el limbo migratorio, se les haya ignorado por tanto tiempo.
–¿Qué esperas que resulte de esta inmediata concesión del estatus de TPS a los ucranianos, ayudará a los demás que han estado a la espera, o los echará más a la cola? -pregunta Orozco a Villalpando.
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