Purépechas ganan terreno en el Festival de la Uva

Candidatas a Reina de la Uva, antes de la coronación, junto al comité organizador. Foto: Rubén Tapia.

Candidatas a Reina de la Uva, antes de la coronación, junto al comité organizador. Foto: Rubén Tapia.

Durante más de una década los migrantes purépechas –etnia del estado mexicano de Michoacán- han sido la fuerza motora del Festival de la Uva, que ya es una tradición en el valle de Coachella, California. Iniciado por trabajadores mexicanos hace casi treinta años, el festival se realiza para celebrar el principio de la cosecha en los viñedos y, de paso, recaudar fondos para la construcción de una iglesia. Con su participación, la comunidad purépecha se ha ido ganando el reconocimiento de una sociedad que a menudo los discrimina, y hoy en estas fiestas sociales es cada día más común oír hablar la lengua purépecha, oír música de bandas michoacanas y servir corundas. Nuestro reportero, Rubén Tapia tiene la historia.


Por segunda ocasión en los más de 25 años que se celebra el Festival de la Uva en Mecca, California, una joven indígena purépecha es coronada reina del festival.

Se escucha por las bocinas el anuncio de un locutor: Reina 2016, ¡Griselda Ortiz!

Otro locutor: Gracias Griselda. ¡Arriba los purépechas! Y ¡Arriba Michoacán!

Coronación de Griselda como Reina de la Uva 2016, junto a su orgulloso padre y líder purépecha, Meregildo Ortiz. Foto: Rubén Tapia.

Coronación de Griselda como Reina de la Uva 2016, junto a su orgulloso padre y líder purépecha, Meregildo Ortiz. Foto: Rubén Tapia.

Griselda, en su lengua natal, agradece el gran apoyo que le dio su comunidad:

Agradecimiento en purépecha…

Los purépechas presentes no cabían de la emoción. Leobardo Jiménez:

“Como escuchamos a la candidata hablar en dialecto, es lo más valioso para nosotros, que no nos olvidemos de la cultura, de las raíces”

La candidata que vende más boletos se corona reina del festival. En esta ocasión los purépechas compraron más de 3 mil boletos. Gran parte del dinero recaudado irá para el mantenimiento del moderno santuario de la virgen de Guadalupe. La reina, Griselda Ortiz, tiene 18 años de edad:

“Ya tengo mi diploma de High School, y el año que viene voy a entrar a la universidad, voy a estudiar inglés, para ser escritora”, dice la joven reina.

Por ser indígena, Griselda dice que ha sufrido discriminación de parte de otros latinos en la escuela. Tenía diez años y recién había llegado de Ocumichu, Michoacán, relata:

“Nos decían chaca, no saben cómo bañarse, no saben nada. Me avergonzaba, pero ya con los años mi papá me dijo: ‘Tú sabes algo que los demás no saben y eso te hace más especial’”

Los sueños de salir adelante con sus familias motivaron a los purépechas a organizarse, primero, ayudando a sus paisanos; y luego, mediante diversas festividades de la iglesia, como este Festival de la Uva, al cual se sumaron hace más de una década, cuando el evento había decaído. Meregildo Ortiz es uno de sus principales líderes:

“Somos esa sangre nueva, para que esto creciera otra vez, y hasta la fecha, enhorabuena, ¡aquí estamos!”

Cocineras purépechas, Roselia Felipe, sentada en primer plano, y de pie Martina Vargas. Foto: Rubén Tapia.

Cocineras purépechas, Roselia Felipe, sentada en primer plano, y de pie Martina Vargas. Foto: Rubén Tapia.

Junto a la comida mexicana y las pupusas salvadoreñas, solamente los voluntarios disfrutaron de la sabrosa barbacoa estilo purépecha. En la cocina de la iglesia, un grupo de señoras purépechas la sirven. El sobrino de Meregildo, Evanibaldo Ortiz, quien es uno de los coordinadores del festival, hace la interpretación.

Interpretación en Idioma purépecha…

Roselia Felipe le responde y menciona la palabra ‘corunda’ (tamal pequeño).

“Lo que la señora decía es que es un platillo típico tradicional del pueblo. Lo que es el mole, el arroz y la carne, lo que le llamamos la barbacoa, pero lo esencial es las manos purépechas que hacen el platillo fuerte”

Sonido de ambiente…

 Rica barbacoa estilo purépecha con un par de corundas al lado. Foto: Rubén Tapia.

Rica barbacoa estilo purépecha con un par de corundas al lado. Foto: Rubén Tapia.

En una de las tiendas de comida, donde venden sopes y enchiladas, está María Eugelia Elías, quien hace más de 20 años llegó al valle de Coachella a trabajar en los campos agrícolas. En su pueblo natal, Ocumichu, era alfarera.

“Yo empecé desde que tenía como 10 años. En ese tiempo molíamos con el metate, es una tierra, pero esta como bola, la hacemos lodo, y luego dejamos tres días para que se remoje bien este lodo y empezamos otra vez a amasar de nuevo para empezar a trabajar”

Su mamá es María de Jesús Pascual, una reconocida alfarera.

Cocineras purépechas sirviendo platillo de barbacoa y una corunda a voluntarios. Foto: Rubén Tapia.

Cocineras purépechas sirviendo platillo de barbacoa y una corunda a voluntarios. Foto: Rubén Tapia.

“Hacíamos diablitos, nacimientos, figuras de apóstoles, soles, sirenas… Mis figuras costaban más, por el hecho y la pintura que uno pinta”

María Eugelia tiene cierta ilusión de revivir su profesión aquí, pero ocupada en la labor y sin recursos lo ve lejano:

“A mí me gusta hacer esto, pero no sé cómo hacer”

Pero quizá sí lo haga un día. La dedicación de los purépechas de Coachella les ha abierto puertas. Lograron mejorar en algo sus precarias condiciones de vivienda. Ahora buscan que él consulado mexicano les proporcione libros de texto y mentores en su lengua, ayuda; a la que Meregildo Ortiz asegura, tienen derecho:

“Toda la raza indígena, en la Constitución, en el artículo 2do allí está: ellos se van a regir por sus propios usos y costumbres, y el gobierno federal está para ayudarnos”

También buscarán el apoyo del Distrito Escolar de Coachella. Y para enseñar aún más sobre la cultura, Evanibaldo Ortiz, quien sirvió de intérprete para las cocineras, tiene un sueño:

“Traer Ocumichu al valle, unas dos horas, quizás un día; con artesanías, cocina, bordados, trajes típicos, bailables. Trataría de juntar todo lo que se hace en el pueblo para practicarlo aquí”

Un sueño purépecha que espera algún día se haga realidad■

Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Coachella, California, Rubén Tapia.

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