En la ciudad de Nueva York medio millón de puertorriqueños votaron abrumadoramente el domingo para convertirse en el estado número 51 de los Estados Unidos. Aducen que la isla no puede cumplir con las obligaciones de su deuda, que se estiman en 72 mil millones de dólares, por lo que a principios de año cuando el actual gobernador Ricardo Rosselló arribó al poder, éste anunció que” la isla se declaraba en quiebra con el fin de reestructurar esa multimillonaria deuda”.
De la redacción
Este sábado, día previo al Desfile Puertorriqueño que se celebra en la ciudad de Nueva York y que reúne desde temprano a unos dos millones de puertorriqueños que desde temprano se dan cita para apartar un lugar en las banquetas de la lujosa 5ta Avenida de Manhattan, Puerto Rico celebró en aquella isla de El Caribe un plebiscito o referendo para buscar una vez más el tipo de relación política que mantiene con Estados Unidos.
Según estimaciones de la prensa en Estados Unidos, sólo menos de la cuarta parte (23 por ciento, o un millón y medio) de los registrados para votar en la isla votó en dicho referéndum, y de esta población, el 97% lo hizo por la estadidad.
De acuerdo con el semanario inglés, The Guardian, “la colonia más antigua y más grande de Estados Unidos, Puerto Rico, ha devuelto un abrumador voto a favor de convertirse en el estado número 51 de la Unión Americana”. Este resultado fue rechazado de inmediato por los partidos de la oposición, que había boicoteado incluso el evento.
Con el 95% de los votos contados, señala la fuente, la opción a unirse formalmente a Estados Unidos como un estado de pleno derecho fue respaldado por el ¡97.1% de los votantes! Las otras opciones sin embargo, que rechazaron dicho resultado y se atrevieron a criticar estas cifras como propias de una dictadura, según reporta hoy The New York Times, fueron la independencia definitiva, apoyada por el 1.5%,, o si están de acuerdo en que siga siendo un territorio autónomo de Estados Unidos con sólo el 1.3%.
Pero incluso si los votantes decidieran alejarse del status quo, la decisión final no está en sus manos, sino que debe ser tomada por el Congreso de EEUU
El gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP), que controla el gobierno puertorriqueño, así como la Legislatura, organizaron el referéndum; y confirmaron que dicho resultado, “marcó una victoria rotunda de la estadidad.” Altos miembros de ese partido dijeron que darían a dicho movimiento un alza enorme mientras tratan de persuadir a Washington, “que después de 119 años de colonización es hora de traer a bordo a Puerto Rico, en igualdad de condiciones con los 50 estados existentes”. Dice The Guardian.
Por su parte el Times afirma que la tendencia a la estadidad se debe quizás a la fuerte crisis económica por la que atraviesa la “isla del Encanto”. Con unas 150 escuelas públicas cerradas, las pensiones de millones de trabajadores en riesgo, que algunos atribuyen, al menos parcialmente, al estatus jurídico inusual de Puerto Rico, bajo la autoridad de un consejo de vigilancia, a medio camino entre la independencia y la plena estadidad.
En la actualidad Puerto rico cuenta y con una tasa de pobreza del 45%, un desempleo que dobla la media del de Estados Unidos, con severos recortes en los servicios públicos, un aumento de las tarifas de los servicios en general y de los impuestos sobre las ventas, así como protestas contra las autoridades locales y federales, “y una población que decrece por la emigración al territorio estadunidense continental”, dice el periódico de Los Ángeles, La Opinión.
Con todo, en la ciudad de Nueva York medio millón de puertorriqueños votaron abrumadoramente el domingo para convertirse en el estado número 51 de los Estados Unidos. Aducen que la isla no puede cumplir con las obligaciones de su deuda, que se estiman en 72 mil millones de dólares, por lo que a principios de año cuando el actual gobernador Ricardo Rosselló arribó al poder, éste anunció que” la isla se declaraba en quiebra con el fin de reestructurar esa multimillonaria deuda”. Es decir, que se le permita a Puerto Rico la igualdad con otros gobiernos estatales de Estados Unidos, fuertemente endeudados, “que buscan la protección de las leyes de bancarrota para defenderse de sus acreedores”. Porque tiene menos medios de defensa legal por no ser un estado pleno de la Unión Americana.
Argumentan también que si Puerto Rico se integrara plenamente Estados Unidos, “recibiría más gasto federal para reactivar la economía, que actualmente tiene una tasa de desempleo cercana al 12%”.
Si triunfara la estadidad y Estados Unidos reconociera a Puerto Rico como el estado número 51 de la Unión, sería el primero en hacerlo desde que Hawai se convirtió en el estado número 50 en agosto de 1959, dice The Guardian.
Dado el tamaño de su población, podría esperar obtener los dos senadores requeridos en el Congreso estadunidense, y cinco representantes de la Cámara de Representantes, que tendrían que aumentar sus escaños por ley de los actuales 435.
La reacción de Washington, sin embargo, ante estos plebiscitos, ha sido “un silencio ensordecedor”, como ocurrió en 2012, cuando ganó la opción de la estadidad con el 61%, sostiene la fuente.
Y por si fuera poco, hoy las cosas no parecen pintar nada mejor con un Congreso controlado por os republicanos y con Donald Trump en la Casa Blanca, quien al juzgar por su ciego rechazo a los hispanos se prevé que rechace también a un nuevo estado para la Unión que habla español, afirma la prensa.
Sin embargo Puerto Rico ha contado por décadas con un activo movimiento en pro de la independencia, que insiste en que la isla debe ser un país latinoamericano y no parte del territorio estadunidense■