El segundo debate republicano, realizado en Simi Valley, California, volvió al asunto del cierre de fronteras, el retiro del derecho a la ciudadanîa a hijos de inmigrantes y la deportación de inmigrantes, como respuesta al fallido sistema de inmigración. Afuera de la Biblioteca Reagan, sede del debate, un grupo de sindicalistas, activistas, y familias exigieron a los candidatos republicanos que dejen de culpar a los inmigrantes y propongan soluciones a los más serios problemas del país. Nuestro corresponsal en Los Ángeles, Rubén Tapia, reporta que entre los manifestantes se encontraban dos jóvenes ciudadanas, de las calificadas como “Bebés Anclas” por los grupos conservadores.
«Stop the hate in the GOP Debate! ¡A la basura Donald Trump!» gritaban los manifestantes afuera de la Biblioteca Ronald Reagan. Entre los manifestantes estaba Ariana Galindo. Estudia ciencias políticas y desde hace cuatro años es activista pro inmigrante. De 18 años, Galindo está lista para votar por primera vez. Pero no será por Donald Trump.
“Me enfurece que hable así de mi gente, que es mi gente”, dice Galindo.
Galindo nació en Los Ángeles, hija de inmigrantes mexicanos. Ella y su hermano menor son ciudadanos, y su hermano mayor es beneficiario del programa DACA. Su papá trabaja en la costura, su mamá en ventas.
“Toda la vida mis papás se la han pasado trabajando. Su mayor preocupación es poder mantenernos y darnos todo lo que ellos no pudieron tener”, dice. “Si se van mis padres pues, también los hijos. Y ese ha sido un miedo que desde chiquita yo crecí”.
También venía a defender a sus papás Scarlett Villacorta, de 19 años. Sus padres son salvadoreños.
“Ellos se conocieron y quisieron formar una familia aquí, no vinieron para tener un ‘Anchor Baby’ y para vivir el sueño americano”, dice Villacorta.
Dice que los insultos de Trump la motivaron a la participación política.
“No somos violadores, no somos criminales. Cuando él anunció eso, me puse más interesada porque está amplificando todo este odio”, dice Villacorta.
Días antes del debate, estos grupos sindicales y pro inmigrantes enviaron una carta a CNN, que junto con una red de emisoras conservadoras organizó el debate. Les exigieron que cuestionaran la retórica incendiaria de los candidatos republicanos, destaca la líder sindical Maria Elena Durazo.
“Que el debate sea más positivo, que paren con el racismo, que paren con su odio y se dediquen a soluciones: trabajos que pagan sueldos dignos, una reforma migratoria, un respeto por la policía, especialmente a las comunidades afroamericanas y latinas”, dice Durazo.
El debate no acabó así. Pero afuera, el ambiente fue festivo y lleno de esperanza. “Sacaremos ese buey de la barranca…” cantaban. Entre los manifestantes había un enmascarado azul llamado el Defensor de Los Ángeles, con un monigote con los rasgos de Trump cargado en el cuello.
La Secretaria Tesorera del Sindicato Trabajadores de Servicio del Oeste Unidos, Alejandra Valles, dice que los grupos sindicales tienen como meta movilizar un millón de votos juveniles en tres lugares claves.
“En Florida, en Las Vegas y Colorado, porque en esos estados vimos que hay mucho inmigrante, hay mucho latino. También sabemos que si volteamos esos estados eso pueda hacer una diferencia en la elección del presidente», dice Valles.
Uno de los motores de esta campaña serán jóvenes como Ariana Galindo y Scarlett Villacorta, quien afirma estar lista para participar, registrando a votar a muchos otros jóvenes.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Simi Valley, California, yo soy Rubén Tapia.