De la redacción
Como hemos dicho aquí, desde el primer día de su gestión el presidente Joe Biden firmó un paquete de órdenes ejecutivas relacionadas con la migración. Además, paso a paso ha dado muestra de su compromiso con el combate a la pandemia del Covid-19, a fin de reparar los estragos causados por casi un año de indiferencia, que algunos críticos llaman negligencia criminal del pasado gobierno ante el libre avance de la voraz pandemia. En este programa de Línea Abierta, activistas proponen que para agilizar el trámite de la reforma migratoria se puede echar mano a una herramienta parlamentaria conocida como “conciliación presupuestaria”.
Hoy que vibra aun la promesa de Biden de abordar de forma legislativa el tema de la inmigración durante los primeros 100 días de su gobierno. Durante un lapso “precioso” que permite legalmente trasladar propuestas legislativas acerca de un tema, de pasadas Legislaturas como la de 2019, sin tener que pasarlas de nuevo por comités. De ahí que activistas insten al Congreso, dominado por los demócratas, a echar mano de una herramienta parlamentaria que se puede utilizar en las sesiones legislativas, conocida como ‘conciliación presupuestaria’. En este caso permite incluir un camino rápido hacia la legalización de los trabajadores esenciales.
Como parte del plan de ayuda por la pandemia y la recuperación económica, para los inmigrantes indocumentados se abre pues un camino a la ciudadanía, que se puede comenzar a buscar desde ya por la vía del fast track. Se puede por ejemplo “regularizar a los Dreamers, a los ‘tepesianos’, así como a los trabajadores del campo y a unos 5 millones de trabajadores esenciales que han estado laborando en la primera línea de la pandemia durante esta crisis”, dice Samuel Orozco, director de Noticias de Radio Bilingüe.
“Ustedes han identificado tres sectores que pueden llegar a ser beneficiados por la legalización a través de este procedimiento: y esos son los Dreamers, los amparados por el TPS, y aquellos que sean elegibles como esenciales”, agrega Orozco. «En el fondo -la conciliación presupuestaria-, es un proceso que a través de propuestas y políticas de gobierno permite que el Congreso consiga pasarlas con sólo 51 votos del Senado, lo que se conoce como minoría simple».
–¿Cuáles son esas políticas, aquellas propuestas de ley que sí pueden pasar en el Senado a través de la reconciliación presupuestaria, y cuáles no se pueden dirimir por esta vía? –pregunta Orozco a su invitado.
Carlos Guevara es en esta ocasión el invitado de Línea Abierta. Él es Director Asociado de Iniciativas de Inmigración, “UnidosUS”, una organizacion politica e independiente con sede en Washington, D.C., y quien propone entusiastamente el uso de la conciliación presupuestaria, cuya utilización más cercana ha sido durante la era de Obama en 2011 y luego nuevamente con el pasado presidente en 2016.
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Como se sabe, comienza a ganar terreno al interior de la nueva administración federal el debate político entre impulsar el paquete integral de reforma migratoria, que obviamente enfrentaría una oposición más intensa de los republicanos, o aprovechar los primeros 100 días para impulsar legislaciones de menor calado que una reforma total de inmigración, amplia y comprensiva, y en vez impulsar primero la legislación de los Dreamers (DACA), por ejemplo, o la de los trabajadores esenciales y la de los campesinos.
“Estos primeros 100 días de la administración Biden son tan preciosos, tan importantes, que sí pensamos que comenzar esta estrategia con esas poblaciones primero, es prudente. Pero que quede bien claro: la meta final es la legalización de los 11 millones que están aquí indocumentados”, advierte Guevara.
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