De la redacción
La senadora estatal demócrata de California, Melissa Hurtado presentó un proyecto de ley para beneficiar a los residentes indocumentados de ese estado, así como a los beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA, y a los recipientes del Programa de Protección Temporal, el TPS. Y es que, ironías del destino, es increíble pensar que precisamente aquellos que cultivan la comida que servimos a la mesa diariamente en California y en Estados Unidos, no puedan ellos mismo llevar alimentos suficientes a sus propios hogares.
De aprobarse el proyecto de ley SB 464, conocido como Food for All, permitiría a muchos trabajadores del campo solicitar el programa de asistencia alimentaria financiado por el estado de California. Y si pasa en la Legislatura estatal, “aquellos que cultivan y procesan los alimentos podrán ahora también alimentar a sus propias familias”, dice Línea Abierta en su introducción.
Para analizar este tema, la conductora de la edición ampliada de Línea Abierta, Chelis López invitó a Betzabel Estudillo, una destacada defensora de los derechos de los trabajadores, de la organización Nourish California, con sede en Los Ángeles. Esta organización se enfoca en mejorar de manera urgente el acceso a los alimentos para los californianos que enfrentan la mayor inequidad económica y social, y busca acabar con el hambre y la pobreza garantizando que todos los californianos estén bien alimentados.
“De ser aprobado, la expansión del programa a los inmigrantes indocumentados, a los dacamentados y a los tepesianos, entraría en vigor en enero de 2023”, señala Chelis López. Para ser elegibles, agrega, «se debe cumplir con todos los criterios del programa gubernamental CalFresh». Los detalles del programa y otros aspectos de la realidad alimentaria de muchos trabajadores en California son explicados ampliamente a continuación.
“La inseguridad de la comida para la gente que trabaja en los campos es muy seria. Esta situación de la pandemia y el resultado en la economía ha introducido estrés en nuestras comunidades, dificultando la situación para nuestras familias; para proveerles comida a ellos mismos, precisamente ahora que los niños no están yendo a la escuela…, recibir comida ha sido difícil… desde antes de la pandemia”, señala Estudillo.
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