Los recientes incendios forestales en el centro y oeste del estado de Washington han expuesto a miles de trabajadores agrícolas a los peligrosos humos tóxicos. A pesar de que las autoridades laborales acaban de poner en vigencia avanzadas medidas protectoras, hay trabajadores que aseguran que algunos empleadores no las están cumpliendo. Por eso activistas locales están alzando la voz, mientras que varios incendios forestales siguen enrareciendo el aire en algunas partes del estado. Con el reporte desde Richland, estado de Washington, Johanna Bejarano.
“Había muchísimo humo…. Muy mal día…”
Alfredo Juárez es un trabajador agrícola del condado de Skagit, en el noroeste del estado. Él cuenta cómo los recientes incendios de las Cascadas del Norte, que consumían miles de hectáreas, enrarecieron el aire de la zona.
“Nos llegó casi a todos una alerta, que todos quedarse en casa, que no era seguro salir, porque el humo no es bueno para estar respirando eso”
Sin embargo, aún con la alerta de humo cientos estuvieron piscando hortalizas sin protección.
“Los trabajadores todavía estaban allá afuera. No había máscaras. Estaba muy feo ese día y los dos, tres días que siguieron después de eso”
La misma situación vivían en el centro del estado, donde estaban activos otros incendios forestales: Bolk Creek y White River en el condado de Chelan County, región donde también cultivan peras, cerezas y manzanas y hay cientos de inmigrantes de México y Centro América”, dice Gabriela Delgado.
“Era un humo tan denso que no podías ver de aquí a dos metros”
Delgado, una ex trabajadora agrícola, ahora visita las huertas promoviendo programas de prevención ambiental y de salud con CAFÉ, una organización comunitaria en la ciudad de Wenatchee. Delgado dice que en algunos lugares la mala calidad del aire rebasó las 450 unidades. Más de 301 ya es considerado peligroso.
“El humo…, hemos estado muy mal. Hemos llegado hasta 300 unidades, de que no puedes respirar”
Washington es uno de los pocos estados del país que tiene normas de emergencia para proteger a los trabajadores durante las olas de calor y el humo de los incendios forestales. Están vigentes desde junio hasta finales de septiembre.
Pero los trabajadores agrícolas de los condados de Chelan y Okanogan aseguran que en la práctica esas reglas no siempre se cumplen, como dice la Coordinadora de Justicia Ambiental de CAFÉ, Laura Rivera:
“Ni les proveyeron las mascarillas pequeñas que puedes encontrar en la clínica, tuvieron que usar un paño mojado para tratar de evitar que las partículas finas entraran cuando estaban respirando”
Hay quejas de que aun cuando los empleadores les proveen mascarillas, no les dan las adecuadas, dice Rivera.
“No son las mascarillas N95 o N100, esas pueden absorber todas las partículas pequeñas que están en el humo y en el aire”
Y es que estos humos tóxicos los enferman, afirma Alfredo Juárez, quien también es organizador de Comunidad a Comunidad, un grupo que aboga por los campesinos.
“Uno se comienza a sentir mal en la primera hora, y dos horas te empieza a doler la cabeza”
Sin embargo, poco les importa a algunos empleadores.
“En algunos lugares los trabajadores no pueden ir a la casa si no han avisado dos o tres días antes, no te dejan ir. Entonces es muy difícil”
El Departamento de Labor e Industrias sigue afinando las normas protectoras para que sean permanentes. Por ahora, Steve Yunker, encargado de vigilar su cumplimiento dice que en general están funcionando.
“La mayoría sí está cumpliendo. No estamos encontrando tantas violaciones. Estamos escribiendo algunas infracciones. Todavía no está todo escrito”
Sobre las quejas de los trabajadores, Yunker dice que las regulaciones obligan a los empleadores a proveer mascarillas y el trabajador debe exigirlas. Si los patrones no cumplen, pueden quejarse con su departamento y ellos investigarán la denuncia, aunque se es consciente de que los trabajadores no confían en el Departamento.
Para ganar esa confianza las autoridades necesitan hacer más, dice Edgar Franks, director Político de Familias Unidas por la Justicia.
“Queremos creer que están haciendo sus mejores intentos, pero nosotros siempre decimos que se puede hacer más todavía. Lo que queremos ver es que haya un balance. Estas reglas no son hechas para proteger a trabajadores, están hechas para que siga la producción y las ganancias. Todavía tenemos que empujar para más”
Según cifras oficiales, la unidad agrícola que se encarga de vigilar el cumplimiento de las normas sólo tiene cinco inspectores para todo el estado de Washington.
Aunque las condiciones del aire mejoraron en el centro del estado de Washington, nuevas columnas de humo tóxico del incendio de Bolt Creek se dirigen hacia los condados de King y Snohomish, en el oeste del estado.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Richland, Washington, Johanna Bejarano.
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