De la redacción
El presidente Trump ha elegido a alguien con nula experiencia para ser el próximo comisionado del Seguridad Social, que formalizará pasadas las elecciones de noviembre. Con esto “el presidente acaba de dejar totalmente en claro su total indiferencia hacia los adultos mayores y hacia la Administración de la Seguridad Social”.
Como se sabe, luego de La Gran Depresión de 1929 el presidente Franklin D. Roosevelt instauró (1935) el programa que hoy conocemos como el Seguro Social, a fin de ayudar a los estadunidenses sobrevivientes de la mayor debacle económica que ha sufrido este país en los últimos 100 años, a establecer un seguro para la vejez (Old Age Survivors, OAS) y para las personas con discapacidades (DI).
Con pocas excepciones, todos los residentes legales que trabajan en Estados Unidos –y hasta los que no trabajan- ahora tienen un número de Seguro Social individual, que es solicitado por las empresas que emplean a los trabajadores, dice la publicación, CREDO Action.
Y señala que pesar de los años de promesas y del uso de personas mayores como apoyo político, Trump ha nombrado como el próximo administrador del Seguro Social a Andrew Saul, que es miembro de la junta directiva del Manhattan Institute, “un grupo de expertos racista y de derecha que impulsa drásticos recortes en el programa del Seguro Social -con miras a desmantelarlo-, a pesar de que en él confían tantos millones de estadunidenses”.
Y es que en 2015 los gastos de la Seguridad Social totalizaron 750 mil 500 millones de dólares para OAS, y 146 mil 600 millones para DI. Y aunque en la actualidad se estima que los ingresos derivados de la Seguridad Social han reducido la tasa de pobreza para los estadunidenses de 65 años o más en aproximadamente del 40 por ciento a menos del 10%, «en 2018 los fideicomisarios del Fondo Fiduciario de la Seguridad Social informaron que el programa se volverá financieramente insolvente en el año 2034”. Per no hay mucha transparencia en los números que sustentan dicha afirmación, que se maneja según el político que la invoque.
Saul no es apto para dirigir la Administración del Seguro Social, dice la fuente. Su nombramiento va a someterse a votación poco después de las elecciones de medio término. Por eso CREDO alza la voz para que en este ciclo electoral “se presione a los senadores a rechazar dicha nominación y se denuncie el falso populismo de Trump”.
Saul tiene más en común con Donald Trump que experiencia con la Seguridad Social. “Tanto Trump como Saul parecen creer que ser rico significa que están por encima de la ley”. Saul, dice la fuente, “fue atrapado supuestamente haciéndose pasar por un oficial de policía para escapar de un cargo de violación. También abandonó una contienda por el Congreso después de aceptar donaciones de campaña indebidas”. Estas son algunas de sus credenciales.
Tanto Saul como Trump “también se relaciona con racistas”, como los miembros del Manhattan Institute. Este grupo de pensadores de derecha “le otorgó una plataforma prestigiosa al notorio racista Charles Murray”, dice la fuente, “quien sostiene que las personas blancas son genéticamente más inteligentes y superiores a las personas negras y latinas”. Y Abigail Thernstrom, otra miembra del Manhattan Institute, cree que los programas de acción afirmativa “ponen a los niños negros en clases para las que no son lo suficientemente inteligentes y por tanto no pueden manejar”.
CREDO sostiene que ni Saul ni Trump se preocupan en realidad por la Seguridad Social de los estadunidenses. De hecho, al desconocerse los ingresos del presidente, quien dice ser muy audaz porque sabe aprovechar las lagunas de la ley fiscal para evadir el pago de sumas multimillonarias al Servicio de Rentas Internas (IRS), no se sabe tampoco el monto de su contribución al Seguro Social.
De esta suerte para Trump los beneficios obtenidos por millones de estadunidenses “no son más que oportunidades para lanzar ataques contra los demócratas, mientras se asocia con Paul Ryan para hacer drásticos recortes a los programas sociales en general y al Seguro Social en particular”. Por su parte Saul no tiene la experiencia requerida para dirigir la Administración de la Seguridad Social, excepto que junto con el Manhattan Institute cree que el Seguro Social es «demasiado generoso y necesita recortes drásticos”.
Saul es otra clásica selección de Trump a una cartera importante, dice la fuente. Una selección “no calificada, amiguista con los que hablan y hace cambios que perjudicarán a los estadunidenses”. Y afirma que “No podemos permitirle –a Saul- que dirija la Administración del Seguro Social durante los próximos seis años”.
Para ello CREDO propone montar una campaña de presión a los senadores que buscan reeleegirse o a los de primer ingreso a la cámara alta en este ciclo electoral de noviembre, y brindan el siguiente enlace para presionar y pedir al senador de su distrito que rechace la nominación de Saul. “Diga al Senado que rechace al nominado de Trump para dirigir el Seguro Social”: