María, Melin, Elizabeth y Eusebio Sánchez pasan un trago amargo en el momento de la partida
A pesar de un amplio apoyo de sus colegas médicos y la intervención directa de la Senadora de California Dianne Feinstein, y después de más de veinte años de residir en Estados Unidos, una veterana enfermera de la Bahía de San Francisco, fue deportada a México junto con su esposo, llevándose consigo a su hijo menor. A María y Eusebio Sánchez se les negó la suspensión de su orden de deportación, que se les venía concediendo en la administración anterior. Al irse, los Sánchez dejan atrás a tres jóvenes hijas estudiantes. Nuestro reportero Fernando Andrés Torres ha seguido de cerca este intenso drama familiar.
Se escuchan consignas: ¡!Sí se puede!
Hace pocos días María Mendoza-Sánchez, una veterana enfermera mexicana acompañada de compañeros de trabajo y unas doscientas personas, frente al hospital Highland en Oakland donde aún trabajaba, con el dolor y la angustia reflejada en el rostro pide una oportunidad para que no la deporten.
“¡No es justo! Porque nosotros no somos criminales; porque hemos pagado impuestos y somos buenas personas”
Junto a María estaba su esposo Eusebio, también indocumentado, y su hija Melin, quien estudia Biología en la Universidad de Santa Cruz y el próximo año piensa graduarse. Con la voz quebrada dijo cómo se sentía:
María y Eusebio compran sus pasajes de una sola vía para irse de Estados Unidos. Melin esta atrás de ellos, en la fila, con una acompañante.
“Muy triste, porque yo no creo que mis papás merezcan que se salgan de país; porque no han hecho nada malo. Y yo tengo el derecho que mis papas este aquí, conmigo, cuando salgo de la universidad”
Durante el acto de apoyo Jessica Herrera, una de las doctoras del hospital, señaló que no tiene sentido deportar a una enfermera con la experiencia y dedicación de María, que tanta falta hacen en el Estado.
“¡¿De sacar a una persona profesional de un hospital que está dando cuidado a pacientes?! Ella es una enfermera que da del amor de su corazón a persona que no tienen mucho”, sostuvo Herrera.
Durante los días previos las oficinas de ICE se vieron inundadas de peticiones de apoyo a la familia Sánchez, no sólo de colegas y autoridades locales, sino incluso de la representante de California en el Senado federal, Dianne Feinstein, quien dijo tener en mente una legislación especial para evitar esta división familiar. Pero todo fue en vano.
Lori Haley, vocera del Departamento de Inmigración y Aduanas, afirmó que durante 15 años los tribunales examinaron este caso y «no encontraron una base legal» para que se quedaran en el país.
Además ICE se preguntó: ¿Cuando no cumplimos con las leyes, qué tipo de mensaje estamos enviando?
Sonido ambiente de aeropuerto…
Manifestantes que apoyan a la familia Sánchez protestan por su partida en el Aeropuerto de Oakland
En el aeropuerto de Oakland, a pocos minutos de abordar el avión rumbo a México y de ahí al estado de Hidalgo, lugar que no visitan ambos desde hace más de 25 años. María y Eusebio se regresan con un hijo ciudadano de 12 años de edad, y dejan en California a sus tres hijas de 16, 21 y 23. Sin la protección paternal y con un futuro incierto. María Mendoza-Sánchez le responde a ICE:
“¿De qué manera se le manda un mensaje equivocado a las personas?, si estudiar, está bien; pagar tus colegiaturas, está bien; seguir la ley, está bien… tal vez sí…, van a mandar un mensaje equivocado. Hoy le están diciendo a la gente que no vale la pena luchar, esforzarse y hacer las cosas bien”
Según el Washington Post desde febrero y en todo el país más de 57 mil personas han recibido una orden de deportación como la de la familia Sánchez. Al saber de la decisión la Senadora Feinstein, mediante un comunicado señaló que “la política de inmigración -de Trump- no es más que un programa de odio, dirigido a familias respetuosas de la ley. Es vergonzoso y contrario a los ideales fundacionales de este país”, enfatizó la senadora■
