De la redacción
El miércoles el gobernador de California, Gavin Newsom abolió por decreto la pena capital para el sistema de prisiones del estado. Y el próximo viernes Douglas “Chief” Stankewitz, un ídígena o nativoestadunidense de 61 años de edad ahora, tendrá su próxima audiencia en una corte de Fresno, California. Ha estado preso 41 años, acusado de robar y matar a una joven de la raza blanca, y tras 20 años preso el próximo viernes Chief tendrá un nuevo juicio, a raíz de la moratoria decretada por el gobernador.
Tanto la víctima (Wayne Graybeal) como el victimario andaban en sus 20 años cuando ocurrieron los fatídicos hechos, y Chief fue a dar a prisión justo el mismo año en que se reinstituía la pena de muerte, en 1978. Los defensores de Chief creen que es inocente, mientras que los que apoyan la pena de muerte piensan que debería haber sido ejecutado hace mucho tiempo.
Franklin E. Zimring, profesor de derecho en la Universidad de California en Berkeley señaló a Los Angeles Times que el caso de Chief es una prueba de lo “irracional” que resulta el sistema penal de California, dadas las dudas de sus votantes acerca de la sanción definitiva. El ‘Estado Dorado’, dijo Zimring a la fuente, tiene «una pena de muerte honoraria”. Y eso no es un accidente, afirmó el profesor.
«Si lo que tienes es una profunda ambivalencia y un conflicto, entonces vas a tener un sistema que es empujado por una buena razón hacia una operación que es más simbólica que real», explicó Zimring. «Esa es una maravillosa ventaja política para un gobernador que quiere hacer lo correcto, aunque está preocupado por el precio que tendría que pagar».
Uno de los tres acusados que andaban ese fatídico día en Modesto, donde ocurrieron los hechos, culpó a Chief de haber jalado el gatillo para matar a la jovencita. Pero 15 años más tarde se desdijo. Ambos robaron el auto con todo y la joven en Modesto, porque no tenían cómo regresar a Fresno.
En una declaración de varias páginas el joven que se desdijo contó que en realidad él no había visto quién disparó; y que más bien “había sido coaccionado por el fiscal del distrito de Fresno, quien lo amenazó de que lo acusaría de asesinato si no testificaba”.
En 1978, cuando cayó a la cárcel de Fresno, Chief fue condenado a muerte. Muy poco tiempo después fue enviado a San Quintín, de acuerdo con datos del Departamento de Corrección y Rehabilitación de California, obtenidos por la fuente.
La primera condena de Chief fue rechazada en 1982. Luego fue juzgado nuevamente en 1983, y condenado a muerte nuevamente. En 2012, la Corte de Apelaciones del 9º Circuito de Estados Unidos, en San Francisco rechazó la sentencia de muerte y ordenó que se le diera una condena de por vida en prisión, sin posibilidad de libertad condicional; o que se le intentara un nuevo juicio para determinar su castigo.
Cuenta la fuente que en 2016 un nuevo un equipo legal asumió la defensa de Chief, y sometió nuevas pruebas, incluidas muestras de sangre que podrían ayudar a comprobar su inocencia. No sólo quieren un nuevo juicio de sentencia, quieren que se desestime el caso contra Chief, o piden que se le dé un nuevo juicio”. Y ese juicio está programado para abril.
Como era de esperarse, la oficina del fiscal de distrito de Fresno se negó a comentar sobre el caso, “y reprendió al equipo legal de Chief por hablar fuera del tribunal de una manera que podría perjudicar el procedimiento”, sostiene el Times.
En la última década Chief conoció a Colleen Hicks, de 71 años de edad. Ella toca el piano en San Quintín durante las ceremonias que un pastor realiza periódicamente en esa prisión. Ella es una indígena Cherokee / Lakota. Fue directora ejecutiva del Museo del Indio Americano en Novato, California, y recientemente se retiró.
34 años después del asesinato de la joven de Modesto, ajena a toda esta historia Hicks visitó por primera vez San Quintín para tocar el piano en las ceremonias religiosas. Entonces conoció a Chief. «Me había preparado para ver a alguien que estaba realmente derrotado y que necesitaba mucha simpatía», dijo Hicks al Times. «Pero había este gigante… me parecía un guerrero… Sus ojos eran claros e inteligentes, alertas… No lo podía creer».
Hablaron sobre su caso, y cuando terminó la visita, ella le preguntó: «¿Te alegra que haya venido? Y él dijo: ‘¿Cuándo puedes volver?’. Y así comenzó este lento proceso». Hora Hicks planea que cuando Chief salga de prisión, algo que no pone en duda sino que es sólo cuestión de tiempo, se irán a vivir juntos a Bolinas, “en su casa de techos altos de vigas de secoya, en un acre frondoso cerca de Point Reyes en National Seashore”. Hicks cree que «la naturaleza será un antídoto para el encarcelamiento».
Pero a Hicks y a sus abogados les preocupa que la moratoria pueda complicar su intento de libertad, que la oficina del fiscal de distrito de Fresno pueda simplemente cambiar de rumbo y acordar que debe ser encarcelado de por vida sin la posibilidad de libertad condicional.
«Hablé con otros prisioneros… Ellos se sienten de la misma manera que yo me siento al respecto… No hay gente rica aquí, ni gente familiar de renombre aquí”, dijo Chief.
«¿Ser sentenciados a muerte y esperar 20, 25, 30, 40 años y todavía lo cumplen? Eso es cruel», dijo su defensa.
Con todo, pase lo que pase, dice la fuente, todos piensan que la decisión de Newsom fue la correcta■