Marco Vinicio González
Intensas olas de calor que azotan actualmente al mundo agudizan la sequía y provocan incendios forestales e inundaciones que están siendo vistos ahora como la nueva normalidad.
El Centro de Investigación Climática Woodwell sostiene que el cambio climático está haciendo que las inundaciones severas sean más probables e intensas. En la costa oeste de Estados Unidos por ejemplo, las olas de calor han elevado las temperaturas más allá de los 120 grados Fahrenheit en los últimos días.
Alrededor de 100 millones de estadunidenses en todo el país están sufriendo por esto, lo que sin embargo no afecta a todos por igual. Son las comunidades pobres y de color las más golpeadas, por el tipo de trabajo que realizan, al aire libre, la localización de sus viviendas junto a áreas industriales o carreteras super transitadas, o porque el humo de los incendios los mantiene dentro de casa sin aire acondicionado.
Mientras, fuertes inundaciones han devastado otras partes del país, como Kentucky y Missouri. Y es que la humanidad no ha cesado de emitir gases de efecto invernadero a través de la industrialización durante más de un siglo; gases que continuarán calentando el planeta y provocando aún más desastres.
California, el estado más poblado de la nación soportó su sexto día bajo un domo de calor feroz, pero logró por poco evitar apagones escalonados, incluso cuando los récord de temperatura y uso de energía se rompieron el martes y los funcionarios de la red eléctrica rogaron a los propietarios de viviendas que apagaran el aire acondicionado.
Sacramento había rebasado el martes los sofocantes 116 grados Fahrenheit, la temperatura más alta jamás registrada, lo que provocó que las ligas de fútbol locales cancelaran las prácticas; los jardineros dejaron de trabajar al mediodía, y las escuelas mantuvieron a los estudiantes adentro de los salones de clase durante el recreo.
Al respecto, unas 30 escuelas públicas en Denver, Colorado, enviaron a los estudiantes a casa porque los aires acondicionados en los planteles no funcionaban o eran insuficientes.
Según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, el martes más de una docena de grandes incendios estallaron en todo el estado, y por la tarde, “el incendio de Fairview, cerca de Hemet, se había extendido a 4 mil 500 acres matando a dos personas que parecían haber estado tratando de escapar, y destruyeron al menos siete estructuras provocando evacuaciones”, dice The New York Times.
El Distrito Escolar Unificado de Hemet cerró las escuelas el martes para sus 24 mil estudiantes. Las dos muertes referidas se sumaron a otras dos durante el fin de semana por el incendio Mill, que estalló el viernes en la ciudad de Weed, California, cerca de la frontera con Oregón, y que estuvo contenido en un 60 por ciento la noche del martes, después de destruir al menos 100 hogares, dijeron funcionarios locales.
Estas son sólo algunas de las numerosas y cada vez mayores manifestaciones del cambio climático sólo en una parte del país■