Las comunidades pobres del campo tienen una escasez crónica de médicos generales. Para responder a este problema, La Ley de Salud Costeable estableció programas de capacitación locales con la idea de que los nuevos médicos se quedaran en esas comunidades. Sin embargo, estos programas están en la cuerda floja ante los planes del gobierno de Trump para derogar y reemplazar Obamacare. Heidi de Marco, de la agencia Kaiser Health News nos cuenta cómo están funcionando estos programas en el Valle Central de California.
Es viernes en la tarde y la ciudad de Bakersfield arde a 105 grados. Pero eso no le parece importar a Olga Meave. Estos días calurosos le recuerdan el lugar en México donde creció y estudió medicina.
“Por el clima y la gente. Me identifico con la población aquí”
Meave siempre supo que quería ser doctora y hace siete años vino a Estados Unidos a hacer su residencia médica. Cuando llegó a la Clínica Sierra Vista de Bakersfield se sorprendió al darse cuenta que hay personas en Estados Unidos que no tienen acceso a la atención médica más básica.
“Fue un shock muy grande cuando me enteré que existen millones de personas que jamás han tenido ningún tipo de servicio médico”
Sus pacientes son principalmente inmigrantes latinoamericanos y mexicanos que trabajan en los campos cercanos. Meave tiene 33 años de edad y forma parte de una residencia médica especial que proporciona apoyo adicional a los doctores nuevos. La idea es atraerlos para que se queden y ejerzan la medicina en comunidades marginadas.
Se escucha sonido de interiores de una clínica…
En una tarde reciente la sala de espera de la clínica está llena de madres y niños pequeños. El español es el idioma que más se habla ahí.
Se escucha el llamado a un paciente que espera: ¿Ayon?…
Hoy Meave examina a su paciente Verónica Ayón, originaria de Sonora, el mismo estado mexicano donde creció Meave.
Se escucha: Hola. Buenos días. ¿Como está? …
Ayon se sienta en la mesa de examen. Su cabello oscuro apenas está creciendo después de haberse hecho cirugía de cáncer el año pasado.
La ex trabajadora agrícola, de 48 años, tuvo que manejar muchos kilómetros para ver a Meave porque es raro ver a médicos de atención primaria por acá. Pacientes como Ayon muchas veces se abstienen de acudir a la atención médica hasta que terminan en la sala de emergencias.
–Va seguir la punta de esto sin mover su cabeza… ¿Visión borrosa? -examina la Dra. Meave.
–A veces –responde Ayon.
Ayon ha vivido en el Valle Central durante tres décadas y dice que encontrar un médico aquí no es fácil, especialmente uno que hable español.
“Se baja al nivel de nosotros. Necesitamos ese tipo de persona”, señala Ayon.
Más o menos sólo un diez por ciento de los doctores ejercen en comunidades rurales y urbanas pobres donde la atención primaria es más necesaria.
Olga Meave dice que los estudiantes de medicina tienden a preferir las comodidades de las ciudades bulliciosas que por lo general ofrecen salarios más altos.
“Cuando les dije a mis amigos que iba a poner a Bakersfield como mi opción número uno para residencia pensaron que estaba loca. Pero no me importó, porque me gustó el programa, la comunidad de pacientes que iba atender”, dijo Meave.
Pero para Meave, el valle central es un lugar perfecto:
“Pensé y me di cuenta que gente como yo iba hacer muy apreciada. Porque sé de donde vienen, se lo que comen, los hábitos que tienen, y se las tradiciones también”
La demanda de atención primaria aumentó durante la ley Obamacare cuando más de 20 millones ganaron seguro de salud. La ley aportó más de 200 millones de dólares para financiar programas de residencia especiales como éste. Si se quedan, estos doctores pueden llegar a obtener muchas ventajas –como lograr el pago de sus préstamos de la escuela médica y hasta conseguir el pago de enganche para comprar casa.
La Dra. Carol Stewart dirige este programa de residencia en Bakersfield:
“We want them to feel that this is their home and they’re part of the community”
Stewart dice que quiere que se sientan que esta es su casa y que son parte de la comunidad en Bakersfield. Ella dejó su casa en Beverly Hills porque aquí hay una enorme necesidad de médicos.
“This is the population who needs us the most. And training that next generation of family docs to take care of these people was important to me”
Stewart dice que esta es la población que más los necesita. Y entrenar a la próxima generación de médicos de familia para cuidar de estas personas era importante para ella.
En todo el país hay 57 de estas residencias médicas especiales. Algunos están en las ciudades del interior y otros están en las zonas rurales. Hasta ahora esta iniciativa parece estar funcionando. Los doctores que participan en estos programas tienen el doble de probabilidades de quedarse.
“If you look at the normal ratios of primary care providers to the population, our ratios are terrible. So there’s a desperate need for primary care in this area”, dice Stewart.
Stewart agrega que si nos fijamos en las proporciones normales de médicos de atención primaria a la población, las proporciones en el condado son terribles. Así que hay una necesidad desesperada de atención primaria en esta área.
Pero el futuro de estos programas no está nada claro. El Congreso ya recortó su presupuesto en cerca de un 35 por ciento y, como resultado, algunas plazas de residencias fueron eliminadas. En general, se entrenó a menos médicos generales.
Olga Meave dice que a pesar de lo que pase en el Congreso, ella ha encontrado su lugar.
“Me intereso por la localización. Está próxima a ciudades grandes. Pero está en una área de mucha necesidad”
Aun si el Congreso recorta los fondos este mes, el gobierno del estado de California ha acordado intervenir y, si es necesario, terminar el año de entrenamiento de residencia. Pero no sucede lo mismo con los más de 700 doctores que se entrenan en los demás estados donde la atención primaria es difícil de encontrar.