Pasa en la Cámara de Representantes la H.R.1 que protege los derechos de voto

De la redacción

La Cámara de Representantes pasó anoche una de las más amplias propuestas de ley para expandir y proteger los derechos de voto, cuyo destino apunta a contrarrestar los históricos intentos del Partido Republicano para eliminar uno de los pilares de la democracia estadunidense: el derecho a elegir a sus candidatos a puestos de elección popular, desde el presidente de Estados Unidos para abajo. La propuesta, que ahora pasa al Senado, busca tomar medidas drásticas sobre el acceso a las boletas, bajo ataque de los republicanos.

El proyecto de ley H.R.1 de los demócratas, de 791 páginas, pasó la noche del miércoles con todos los votos demócratas a favor, más uno republicano, en una votación de 220 a 210. De convertirse en ley, éste sería considerado como las más significativas protecciones al voto en los órganos legislativos de todo el país desde los años ’60, dicen expertos.

Como se sabrá, los republicanos han venido levantando leyes restrictivas en por lo menos las dos últimas décadas contra los derechos del electorado estadunidense, tales como la exigencia en las urnas de una identificación oficial con fotografía; la eliminación en algunos lugares del voto anticipado o en ausencia, por correo; han acortado los días, horarios y casillas de votación, etcétera. De ahí que H.R.1 busque debilitar dichas restricciones electorales de los republicanos en el nivel nacional.
Por ejemplo, la inciativa exige el registro automático de votantes, amplia la votación anticipada y por correo, dificulta la depuración del padrón electoral; y restaura los derechos de voto de los expresidiarios que no cometieron delitos violentos como asesinato y violación. A diferencia de los objetivos de los republicanos, la H.R.1 aumentaría la participación electoral, especialmente de las minorías étnicas y raciales bajo asedio de los republicanos.

También eliminaría la manipulación partidista, impondría una nueva transparencia sobre el dinero oscuro para el financiamiento de campañas, reforzaría los estándares de ética del gobierno y crearía una opción de financiamiento público para las campañas del Congreso.

Esta votación, que cuenta con el apoyo del presidente Biden, levanta pues nuevas y viejas barreras para el sufragio, contra el poder del Partido Republicano, mientras éste y el exmandatario derrotado en las urnas con más de 7 millones de votos el 3 de noviembre pasado, continúan cacareando un falso fraude electoral que será eje de campaña para el 2024.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues a la H.R.1 le espera una votación en el Senado que requiere una mayoría de 60 votos para pasar. Po eso los demócratas no pueden presentar fisuras por ningún motivo ya que los republicanos presentarán un bloque cerrado. Pero los demócratas decidieron lanzarse al ruedo de todos modos para dejar una constancia al pueblo estadunidense sobre los valores que persiguen.

La Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, rodeada por un nutrido grupo de legisladores demócratas en las escalinatas del Capitolio antes de la votación, arengaba a sus huestes a empujar con fuerza ininterrumpida hasta ganar la apuesta. Y advertía: “Al mismo tiempo que nos reunimos aquí para honrar nuestra democracia, en todo el país se están elaborando más de 200 proyectos de ley, y se están presentando disposiciones para reprimir la votación”, dijo la californiana ante las cámaras de la televisión nacional.

Vale recordar que el Congreso ha trabajado durante décadas para ampliar el acceso a las boletas, “a menudo con apoyo bipartidista”, reporta por su parte el New York Times. El tema, dice, “se ha vuelto marcadamente partidista en los últimos años, ya que los cambios demográficos y las coaliciones políticas han llevado a los republicanos a concluir que se benefician de tasas más bajas de participación de votantes, particularmente alrededor de las grandes ciudades”.

Como están escritas las leyes ahora, el reto para los demócratas es tener que ganar el voto de 10 republicanos, cosa que se mira cuesta arriba. Sobre todo porque los demócratas han rechazado cambiar las reglas del Senado para permitir aprobar legislaciones con 51 votos en lugar de 60.

No obstante, quienes optan por eliminar el obstruccionismo creen que los proyectos de ley demócratas que mantuvo estancados el exlíder del Senado, Mitch McConnell, podrían resultar los más persuasivos para ganarse a los senadores republicanos moderados, reacios a apoyar al gobierno.

«El derecho al voto preserva todos los demás derechos, y tenemos que hacer todo lo posible para preservar las voces de la gente en nuestra democracia», dijo a la fuente el senador de Georgia, Raphael Warnock, cuya reciente victoria impulsó nuevas leyes electorales en su estado. «Creo que los problemas son lo suficientemente urgentes como para dejar todas las opciones sobre la mesa», concluyó■

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