De la redacción
Sembrar miedo o paranoia ha sido la exitosa fórmula de esta y otras administraciones en sus campañas por la presidencia y diversos puestos de elección popular. Por ejemplo, en la actualidad Trump demostró que supo movilizar a una base electoral hastiada de las promesas vacías de la clase política y atemorizada por la pérdida de su poder adquisitivo y sus empleos, presuntamente «robados» por los inmigrantes, durante la larga caída de la economía de este país y su difícil recuperación.
La persistente situación de crisis económica ha despertado un profundo sentimiento xenófobo latente o soterrado en la sociedad estadunidense en épocas de boom económico, pero que nuevamente sale a la superficie en estos tiempos difíciles donde las políticas económicas que emanan de la Casa Blanca parecen estar dirigidas exclusivamente a favorecer a la clase social más privilegiada.
En este contexto, el candidato republicano en la acalorada carrera por la gubernatura de Virginia, Ed Gillespie está intentando cautivar a los partidarios del presidente Trump con temerarios anuncios sobre los presuntos peligros que encarnan para esta sociedad los inmigrantes indocumentados, y la amenaza que representa la pandilla MS-13, comentó en el programa de Línea Abierta Samuel Orozco, director de Noticias de Radio Bilingüe.
“En Virginia están en los últimos días de la pelea por la gubernatura, y al candidato republicano -Ed Gillespie- se le ocurrió usar a los latinos, y a las bandas o gangs de delincuentes latinos como arma política… por lo visto aquí este candidato quiere asustar al electorado con el espanto de las pandillas salvadoreñas y la delincuencia latina”.
Y citó un anuncio que circula profusamente en estos momentos en los principales medios informativos de ese estado, sobre lo que opinó su invitado al programa, Juan Cartagena, presidente y consejero general de LatinoJustice–PRLDEF, en la ciudad de New York.
En dicho programa Cartagena habla también sobre la formación de una nueva iniciativa de líderes latinos de la nación, que suman fuerzas en la “Colaborativa para la Reforma de la Justicia”, un interesante proyecto latino que busca reformar el sistema penal que precisamente se ensaña con la aprehensión y las más duras sentencias carcelarias contra la población afroestadunidense y latina. Por cierto qué, dice Cartagena, “las comunidades de inmigrantes en el país han mostrado que tienen una tasa de envolvimiento en acciones de criminalidad mucho menor que la de las personas nacidas en este país”.
Ecuche:
Hoy la publicación Mother Jones señala que sin embargo esta semana Gillespie dejará por un momento de lado su engañoso cortejo a los votantes de la base republicana más recalcitrantes, para recaudar fondos de campaña. Y cambiando de sombrero, como los camaleones, acudirá a un evento de recaudación “en la casa de una vocal activista anti Trump -Anne Gentry-, que trató de impedir que Trump recibiera la nominación republicana en la convención de ese partido el año pasado”.
Los anfitriones de la recaudación de fondos de Gillespie, Anne y su esposo Kevin Gentry son activistas políticos de Virginia desde hace mucho tiempo, que apoyaron al Senador republicano por Texas, Ted Cruz. Kevin es un alto ejecutivo de la red política y filantrópica financiada y organizada por los multimillonarios industriales, Charles y David Koch, quienes “Durante la elección de 2016 retuvieron su apoyo a Trump y se desentendieron en gran parte de la campaña”.
La cosa se complica porque el vicepresidente Mike Pence, “un partidario de los Koch, está programado para encabezar el evento”, según dice la invitación a la recaudación de fondos de campaña para Gillespie, dice la fuente.
Sin embargo, recaudar dinero en la casa de un prominente crítico de Trump podría causar dolores de cabeza a Gillespie, quien “Ha caminado por la cuerda floja cuando se trata de Trump. Mantenerse alejado del presidente en los suburbios más democráticos del norte de Virginia, pero al mismo tiempo apelar a los votantes en los condados rurales y semi rurales que Trump dominó en ese estado el año pasado, con un mensaje claramente antinmigrante”, es sin duda un serio dilema.
Y aunque Trump ha expresado su respaldo a Gillespie, aún no se ha presentado en persona a nombre del candidato republicano a la gubernatura de Virginia. “Y no está claro si Trump se quedará con Gillespie antes del día de las elecciones”.
Gillespie ha sido ex presidente del Comité Nacional Republicano y cabildero de alto perfil en el Congreso para corporaciones de dudoso historial como Enron; además, Bank of America, AT & T y otras corporaciones multinacionales, sostiene Mother Jones. Es un agente republicano de larga data que “está lejos de ser una opción obvia para los votantes de Trump en Virginia. Él es el epítome de un conocedor de Beltway… una criatura del llamado pantano que Trump prometió drenar… que debe evitar que su oponente demócrata, el vicegobernador Ralph Northam, alcance un amplio margen en el populoso norte de Virginia”.
Pero la contradicción y el aparente peligro que implica para Gillespie haber optado por dos activistas republicanos del norte de Virginia bien conectados con el dinero para recaudar fondos de campaña, aunque se opongan a Trump, “reabastecerá sin embargo su cofre de guerra durante los últimos días de la carrera”, calculando que esta infusión de efectivo compensa cualquier posible ‘daño’ a las bases que apoyaron a Trump con el cuento de la supuesta peligrosidad criminal que encarnan los inmigrantes de tez morena y de aspecto poco parecido al de los caucásicos estadunidenses, concluye Mother Jones■