De la redacción
A 13 días de las elecciones de Estados Unidos y con 25.5 millones de estadunidenses solicitando ayuda por desempleo hasta el día de ayer, comparado al 1.4 millones durante la misma semana en 2019 según datos del Departamento del Trabajo, el paquete de ayuda pandémica contenido en la Ley Héroes que los demócratas sometieron al Senado en mayo, sigue durmiendo el ‘sueño de los justos’ en el escritorio del líder republicano en esa cámara, Mitch McConnell, quien aconseja no tocarlo hasta depués del 3 de noviembre.
Lejos de entender que la economía juega un papel fundamental en la mente de los habitantes del país, que han votado ya y otros siguen haciéndolo, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell aconseja a la Casa Blanca que no llegue a un acuerdo preelectoral con los demócratas para entregar la ayuda pandémica, por temor a repercusiones políticas. Extraño cálculo.
Nada más la semana pasada otras 840 mil personas sometieron nuevos reclamos de ayuda por desempleo. También se ha podido observar muy largas filas, además de para votar anticipadamente, de personas que acuden por despensas gratuitas para alimentar a sus familias, mientras crece el espectro de la hambruna en el país.
Otros, como los inmigrantes indocumentados ni siquiera tienen acceso a la hipotética ayuda, a pesar de ser considerados trabajadores esenciales y que sus aportaciones económicas al fisco estadunidense, a través del número para pagar impuestos como indocumentados (ITIN), promedian unos 11 mil millones de dólares anuales frente a cero dólares durante una década y 750 dólares cada uno de los dos últimos años que pagó el presidente Trump al Tío Sam.
Según The New York Times, a los republicanos les preocupa sobre todo que “una votación sobre tal paquete de ayuda pueda interferir con su apresurado calendario para confirmar a la jueza, Amy Coney Barrett en la Corte Suprema a principios de la semana próxima… e inyectar imprevisibilidad no deseada en el calendario electoral”. Por tanto, McConnell aconsejó que «incluso cuando un acuerdo de estímulo largamente esperado entre los demócratas y la Casa Blanca podría estar llegando, ‘la ayuda aún podría tener que esperar, hasta hasta después del 3 de noviembre”.
Por su parte la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi habría dicho a la fuente estar “complacida con la dirección que llevan las conversaciones”, y elogió lo que describió en una carta a los demócratas el martes por la noche como “una dinámica productiva en la que ambas partes se toman en serio la búsqueda de un compromiso».
En tanto, la última oferta que ha hecho la Casa Blanca a la negociación es de casi mil 900 millones de dólares. “Casi cuatro veces el tamaño del paquete de 500 mil millones que los republicanos del Senado esperaban avanzar el miércoles en un intento por mostrar a los votantes que están dispuestos a brindar algo de ayuda”, dijeron a la fuente funcionarios de administración Trump.
Es probable que los demócratas se opongan al paquete, por ser inadecuado. “Y con esto eviten que se supere el umbral de 60 votos que necesitarían los republicanos para avanzar» en el Senado.
Todavía no está claro si Pelosi y el Secretario del Tesoro, Stephen Mnuchin podrían llegar a un acuerdo a tiempo para que ambas cámaras aprueben la legislación antes del 3 de noviembre. Pero Pelosi, siempre optimista, dijo a Bloomberg TV que el texto legislativo debería estar terminado para el final de esta semana.
Los demócratas habían planeado presentar una contraoferta sobre “protecciones de responsabilidad y financiamiento para los gobiernos estatales y locales”, dos de los puntos conflictivos más importantes. Además, estaban dispuestos a retirar algunas demandas, incluidos los fondos para el financiamiento de la seguridad electoral.
Según la fuente, Pelosi habría instruido a los presidentes de los comités de asignaciones de la cámara baja para que resuelvan “diferencias adicionales en los niveles de financiamiento y el lenguaje”. Y el lunes discutieron un paquete de ayuda que incluiría “fondos para cosas como el Servicio de Salud Indígena, los sistemas de tránsito y las subvenciones comunitarias y de salud mental”.
Pero las conversaciones se estancaron rápidamente en parte porque los republicanos dijeron que no estaba claro qué habían acordado Pelosi y Mnuchin■