Esta semana la presidenta del Consejo Nacional de la Raza, la mayor agrupación de gestoría política latina, llamó públicamente al presidente Obama «Deportador en Jefe». El nombre ya se había escuchado antes entre los que piden el cese de las deportaciones. En Arizona, una huelga de hambre de padres de presos en centros de detención llegó a su fin después de 15 días. Los huelguistas celebraron la liberación de uno de los detenidos y lamentaron la deportación de otro. Los manifestantes planean continuar con su protesta y llevarla hasta las puertas de la Casa Blanca en abril. Valeria Fernández tiene más detalles desde Arizona.
En medio de la huelga de hambre Anselma López fue hospitalizada por no comer. Ignoró el consejo de sus médicos y continuó con la huelga hasta completar los 15 días, para que liberaran a su hijo de un centro de detención.
“Es un riesgo que yo dije, lo voy a hacer y lo cumplí hasta el último momento”, dijo López.
El hijo de Anselma, Elder Gómez López está en un centro de detención desde hace tres años, y pide asilo político porque teme regresar a Guatemala. Su madre Anselma decidió iniciar una huelga de hambre junto con otros cuatro padres y madres, después de haber agotado todos los recursos para impedir la deportación de sus hijos. Los cinco padres compartieron sus vivencias acampando juntos en la puerta de las oficinas de Inmigración en Phoenix.
Gallego:
“No tengo palabras cómo agradecerles que nunca nos dejaron solos. Llovió, había mucho frío, y hubo gente que nos acompañaba a dormir aquí afuera”
Herminia Gallego viajó primero a Washington, D.C., donde se dejó arrestar en un acto de desobediencia civil. La hija de Gallego, Rosy Rojas lleva seis meses detenida y tiene 20 años de edad.
“Es triste levantarse, pasan los días, los meses que está ella encerrada. Sólo le pido a Dios que le dé la oportunidad de estar aquí con nosotras”
Se escucha consignas:
Aquí estamos, y no nos vamos, y si nos echan, ¡nos regresamos!..
Los huelguistas soportaron acoso de parte de individuos que les tiraban comida mexicana para humillarlos, y les decían que se regresaran a México. También la vigilancia policiaca fue notoria. A los nueve días, por la noche, el campamento donde dormían los huelguistas fue desmantelado por la policía de Phoenix. Los participantes no estaban, pero dos organizadores, Carlos García, del grupo Puente, y la activista, Erika Andiola, fueron arrestados.
Al diía siguiente la activista Reyna Montoya armó una protesta acusando a la policía de abuso de poder.
Montoya:
“Y no estamos aquí porque queremos hacer barulla, estamos aquí por el amor a nuestra comunidad. ¡Ya basta de tanto sufrimiento!, no podemos seguir peleando este sistema uno a uno”
Las autoridades de Phoenix alegaron que los manifestantes estaban infringiendo en la propiedad privada de un estacionamiento cercano.
Esa misma noche, Jaime Valdez, el hijo de uno de los huelguistas fue deportado. A pesar de la situación, el papá, José Valdez continuó en huelga de hambre.
Valdez:
“No se logró, no fue culpa de nadie… voy a seguir luchando por ellos y por todos los que puedan ser detenidos y deportados”
El último día de la huelga, una madre logró reunirse con su hijo. Arturo Castañeda salió en libertad porque su madre, María Eugenia Martínez juntó 15 mil dólares para pagar su fianza, después de que estuvo detenido por un año.
Martínez:
“Ahora que ya lo veo, mi corazón ya está tranquilo. Mi compromiso es salir adelante y luchar, porque tenemos que traer a Jaime de regreso”
Con ese fin, de traer a Jaime Valdez de regreso y sacar a todos los hijos detenidos, miembros del grupo Puente piensan viajar a Washington, D.C. para hacer otra huelga de hambre en abril. Pedirán un alto a las deportaciones en la puerta de la Casa Blanca.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, reportó desde Phoenix, Arizona, Foto y Texto, Valeria Fernández