Cuando transcurren las audiencias de confirmación de la jueza Ketanji Brown Jackson, bajo la ‘metralla’ de los republicanos, el último fallo sobre el “expediente en la sombra” de la Suprema Corte de Justicia ayer, es en el mejor de los casos desconcertante, al exponer su voluntad de eliminar sumariamente el juicio considerado por la corte estatal de Wisconsin, con respecto a los mapas electorales de ese estado.
Marco Vinicio González
La Corte Suprema ha dudado en meterse en una serie de batallas de redistribución de distritos que han aparecido en su expediente de emergencia, a medida que los estados de todo el país redefinen sus límites políticos en base a los resultados del censo de 2020, como en el caso de Wisconsin.
Sólo uno de los siete distritos en el plan de Alabama por ejemplo, es un distrito de mayoría negra a pesar de una población relativamente mayor de residentes negros en el estado, en donde hubo dos personas designadas por Trump en un panel de esa corte inferior. Incluso el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts disintió en ese caso.
En el caso de Wisconsin, el tribunal estatal seleccionó el mapa presentado por un interdicto solicitado por el gobernador Tpny Evers, que retuvo el 94.5 por ciento de los votantes en los distritos existentes, y el mapa presentado por los congresistas retuvo el 93.5%.
El tribunal estatal violó sus derechos al debido proceso, dijeron entonces los congresistas republicanos involucrados en el proceso, e instaron a la Corte Suprema de Wisconsin a adoptar un enfoque de cambio mínimo que ‘maximizaría la retención del núcleo’ de votantes.
Los abogados de los congresistas agregaron que el mapa del gobernador tenía un segundo defecto: se desviaba de la perfecta igualdad de población… al basarse únicamente en la retención del núcleo, escribieron, el tribunal estatal violó sus derechos al debido proceso.
Los magistrados habían rechazado los esfuerzos del Partido Republicano en Carolina del Norte y Pensilvania este mes, para bloquear los planes de distrito ordenados por una corte inferior. Y en febrero por ejemplo, una Corte Suprema dividida permitió a Alabama confiar en un mapa del Congreso que, según un tribunal estatal, probablemente negó a los votantes negros un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
De esta suerte, en noviembre pasado tras los resultados del censo la legislatura de Wisconsin, controlada por los republicanos dibujó nuevos mapas electorales tanto para los escaños de la legislatura estatal como para los dos distritos del Congreso federal.
Pero el gobernador demócrata, Tony Evers vetó rápidamente los mapas describiéndolos como «manipulación 2.0», y dio paso a sus propios trazos demostrando que los republicanos habían confeccionado los nuevos mapas a su favor, y su decisión estuvo respaldada por la Suprema Corte estatal.
Luego los republicanos dijeron que dicho tribunal estatal violó la cláusula del debido proceso de la Constitución, que establece estándares para los mapas que la propuesta del gobernador Evers presuntament incumplió. El Partido Republicano solicitó entonces bloquear el fallo de la corte inferior.
Por la proximidad de las elecciones este año la Corte Suprema de Wisconsin accedió a intervenir, señalando que su participación sería limitada porque se supone que la redistribución de distritos es un asunto de la rama política del gobierno. El tribunal invitó a la legislatura y al gobernador, así como a otras partes en el litigio, a presentar sus mapas electorales preferidos. Y fue así como el 3 de marzo, en un fallo que expuso meticulosamente su razonamiento, la corte estatal seleccionó los mapas propuestos por el gobernador Evers.
Pero en una postura de emergencia sin precedentes, dicen algunos, la Corte Suprema de la nación anuló la decisión de la Corte Suprema de Wisconsin, dictada tras un proceso de 5 meses que involucró a todas las partes interesadas. A pesar del hecho de que las revocaciones sumarias generalmente se reservan para decisiones que violan la ley establecida, la Corte Suprema de la nación hoy culpa a la Corte Suprema del estado de Wisconsin por no cumplir con una obligación que, según el precedente existente, es confusa en el mejor de los casos, dice.
Y cuando la solicitud de los republicanos sobre los mapas del Congreso llegó a la Corte Suprema, primero ésta la rechazó, pero en una opinión separada el máximo tribunal dijo que estaba de acuerdo con los demandantes republicanos, que afirmaban que los mapas legislativos se trazaron teniendo en cuenta la raza de una manera que violaba la cláusula de “igual protección”.
En Wisconsin, los mapas de Evers incluyen distritos más competitivos que los que dibujaron los republicanos, lo que les da a los demócratas una mejor oportunidad de ganar elecciones, que con los que tienen ahora. Por ejemplo, en uno de los cambios más significativos, el distrito del representante republicano Bryan Steil, en el sureste de Wisconsin, pasó de tener una ventaja republicana de 10 puntos a una ventaja de sólo dos puntos.
Por otro lado, los republicanos argumentan que los tribunales estatales carecen de autoridad para cuestionar las decisiones de las legislaturas sobre la realización de las elecciones para el Congreso y la presidencia■