De la Redacción
El gobierno de Trump ha desatado una vez más masivas redadas de inmigrantes indocumentados mediante el “Operativo Ciudades Seguras”, con agentes de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, a través del país. Hasta este jueves los agentes habrían arrestado ya a unos 500 inmigrantes indocumentados, 167 nada más en Los Ángeles y poblados a su alrededor, en una región en la que varias ciudades y condados han sido etiquetados por las autoridades federales de justicia como ciudades santuario; donde tanto sus funcionarios electos como sus departamentos de policía locales rehúsan cooperar con los agentes federales de Inmigración, salvo en casos de peligrosos criminales que tengan una orden de aprensión dictada por un juez, reporta Los Angeles Times.
Un reporte de ICE afirma haber detenido a 167 personas en Los Ángeles y sus alrededores, en las llamadas ciudades santuarios, un término vagamente definido para describir a los gobiernos locales que restringen la ayuda de su policía local a las autoridades federales de Inmigración, persiguiendo, identificando y deteniendo a personas sospechosas de estar ‘ilegalmente’ en el país .
De acuerdo con Los Angeles Times, también se hicieron arrestos en San Francisco y San José, California. En general, dijo ICE, se detuvieron a casi 500 personas en todo el país durante los últimos días. “El aumento registrado en las detenciones ha sido similar en tamaño a varias operaciones anteriores que ICE ha llevado a cabo en los últimos años”.
Pero el enfoque de sus ataques ha sido dirigido a los lugares considerados por los funcionarios federales de justicia como “blandos con la inmigración ilegal, lo que ha servido para acentuar un distanciamiento ya tenso” entre la administración Trump y los gobiernos de varias ciudades y estados.
Organizaciones defensoras de los inmigrantes han denunciado este nuevo ataque quirúrgico contra las ciudades que dan acogida a los inmigrantes indocumentados, desatado por el gobierno de Trump y sus departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Justicia.
“La Administración Trump ha dado un paso más para intimidar a las comunidades de acogida de inmigrantes, avanzando con un barrido nacional que ha impactado negativamente en al menos 498 familias estadunidenses y a varias comunidades”, dijo en un comunicado la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes, CHIRLA, en Los Ángeles, citado por Notimex en el periódico mexicano La Jornada.
Dicho operativo de ICE ha conducido al arresto y posible deportación de unos 500 indocumentados, declaró a la fuente Angélica Salas, directora de CHIRLA: “Este operativo es un paso amenazante y vil para reforzar acciones en ciudades que se han erigido como santuarios de inmigrantes”.
Como es sabido, dice por su parte Los Angeles Times, “el presidente Trump ha insistido para llevar a cabo una represión general contra los 12 millones de personas que viven ilegalmente en Estados Unidos”. El fiscal general de la nación, Jeff Sessions ha insistido en que “las agencias locales que ejecutan la ley deben dar a los agentes de Inmigración un acceso irrestricto a las cárceles y retrasar la liberación de los inmigrantes en custodia para que los agentes federales puedan detenerlos y deportarlos”.
Funcionarios de Los Ángeles, San Francisco y otras comunidades «de tendencia liberal», abunda la fuente, “han rechazado las demandas, aprobando leyes locales o implementando políticas que restringen lo que la policía puede y no puede hacer para ayudar a los agentes de ICE”.
La resistencia a dichas políticas restrictivas y punitivas, que criminalizan a los indocumentados, ha venido sin embargo de rincones “más conservadores”, indica el Times, donde las autoridades no han querido aferrarse a los reclusos para entregárselos a ICE porque les preocupa que hacerlo es una acción ilegal e inconstitucional», aparte de inhumana; por el dolor que causa a las familias que separa.
Las redadas también afectan a las economías locales, haciéndolas distraer sus escasos recursos, económicos y humanos, que necesitan para combatir el verdadero crimen, y no a los indocumentados. Éstos, además, contribuyen con las economías locales con su trabajo, la compra de autos y viviendas, el envío de sus hijos al colegio y el pago de sus impuestos.
Según el Times, ICE ha declarado que los llamados Dreamers o Soñadores, protegidos temporalmente de la deportación a través de la Acción Diferida para los Llegados en la Niñez (DACA), “no son blanco de estos operativos”. Y que “de los más casi 500 detenidos muchos han sido encontrados con antecedentes criminales”, tales como conducir ebrios, que son las ofensas más comunes. Otros detenidos han sido presuntos miembros de pandillas, en Los Ángeles, por ejemplo, hallados algunos de ellos (aunque la fuente sólo cita un caso) con una pistola cargada.
Para algunas ciudades el movimiento santuario consiste simplemente en alentar a las personas sin estatus legal a involucrarse más en el gobierno. Pero “otros lugares, como San Francisco, adoptan políticas de largo alcance, como tomar medidas para cortar los lazos con funcionarios federales de Inmigración y negarse a cooperar plenamente con ellos”.
A principios de este mes, las autoridades de Los Ángeles y otras ciudades han dicho que quieren declararse formalmente ciudades santuario. Y la Ley de Valores de California (The California Values Act), introducida antes de que Trump tomara posesión de su cargo, en una discusión cargada de emociones, fue aprobada por la Asamblea estatal el viernes 15 de este mes, y días después fue enviado al gobernador, Jerry Brown, quien tiene unos días más para firmarla.
Este movimiento hacia la conversión de las ciudades santuario «es en respuesta a los movimientos de Trump para terminar con DACA”, concluye Los Angeles Times■