Los inmigrantes a quienes se les otorgó protección contra la deportación debido a las condiciones en su país de origen no son elegibles para tarjetas verdes si ingresaron al país ilegalmente, dijo la suprema Corte de Justicia en Texas, asestando una “onda de choque” en el corazón de los titulares del Programa de Protección Temporal, TPS.
A los titulares del TPS no se les considera haber realizado «una entrada adecuada» al país, «inspeccionada y admitida», dijo recientemente la Corte Suprema de Texas. Señaló que este “es un requisito para el estatus de residente permanente legal”. Se sabe que algunos residentes con TPS llegaron originalmente al país de forma no autorizada, pero debido a dicho programa están temporalmente blindados contra la deportación, reporta The Texas Tribune.
Como se sabrá, el programa del TPS fue establecido por el Congreso como parte de la Ley de Inmigración de 1990, y el Secretario de Seguridad Nacional de turno establece la lista de países donde los inmigrantes pueden obtener un estatus temporal.
En estados Unidos viven actualmente unos 320 mil beneficiarios de TPS que ahora deben recorrer una ruta más larga hacia la residencia permanente, que incluye “salir del país y solicitar que se procese una visa fuera del territorio estadunidense”, dice la fuente. Para algunos titulares del TPS, ese proceso podría generar “barreras para el reingreso hasta por 10 años”.
Texas tiene el tercer número más alto de beneficiarios de TPS detrás de California y La Florida, afirma el Foro Nacional de Inmigración. La mayoría de ellos son nativos de Venezuela, El Salvador, Honduras y Haití.
Por su parte, el Center for American Progress, una organización liberal de investigación de políticas públicas señala que “La mayoría de los beneficiarios de TPS de Texas provienen de El Salvador y han vivido en ese estado durante un promedio de 20 años. Los titulares de TPS haitianos han estado viviendo en Texas durante un promedio de 21 años, y alrededor de 53 mil 800 niños en el estado tienen padres de El Salvador, Honduras o Haití con TPS”.
Y de acuerdo con el Texas Tribune, de dichos tepesianos unos 6 mil 60 hondureños viven en Houston, lo que convierte a esta ciudad en “la tercera área metropolitana más grande de la nación en tener ese grupo demográfico”.
Como podrá imaginarse, los partidarios de línea dura en el tema de la inmigración no sólo elogiaron el fallo de la Suprema sino que lo consideraron como “una victoria”.
Por ejemplo, Matthew Tragesser, portavoz de la Federación para la Reforma de la Inmigración Estadunidense, FAIR, de corte conservador, declaró a la fuente que «Los nueve jueces merecen crédito por interpretar correctamente las leyes de la nación… (la decisión) representa una victoria para el pueblo estadunidense y para la integridad del programa TPS».
En cambio Guerline Jozef, fundadora y directora ejecutiva de Haitian Bridge Alliance, una organización sin fines de lucro con sede en California, que proporciona recursos para los inmigrantes haitianos de la nación, interpretó el fallo de esta manera: “Envió una ola de pánico a los corazones de los titulares de TPS y sus familias».
Con todo, los titulares de TPS no tienen prohibido solicitar convertirse en residentes permanentes legales por otros medios, y “aquellos que ingresaron al país legalmente no se ven afectados por el fallo”. Es decir que “no existen restricciones laborales para los titulares de TPS, pero obtener una tarjeta verde sería una garantía de que no existe una fecha de vencimiento para su estadía en el país”.
Sin embargo, los residentes tepesianos no pueden votar y sólo pueden viajar si se les concede un permiso de viaje; no obstante, “salir del país, incluso con un permiso, implica el riesgo de que no se le permita regresar”, por lo que la mayoría de ellos no lo hacen.
Vale recordar que cuando un país es designado para el TPS, por lo general se le otorga por períodos de 6 a 18 meses, pero «el secretario de seguridad nacional tiene el poder de extender el período si continúa habiendo un conflicto armado, desastres naturales u otras emergencias en ese país”, sostiene la fuente.
Por ejemplo, El Salvador, Honduras y Nicaragua fueron designados como países aceptados por el TPS durante la administración de George W. Bush debido a desastres naturales como el huracán Mitch en 1998, y conservaron ese estatus a través de la administración de Obama.
Algunos centroamericanos titulares del TPS han permanecido en Estados Unidos el tiempo suficiente para que sus hijos nacidos aquí ahora estén inscritos en universidades.
Hay alrededor de 30 mil 600 trabajadores tepesianos en Texas, que provienen de El Salvador y, según el Center for American Progress, “sin los trabajadores salvadoreños, el producto interno bruto anual del estado se reduciría en mil 800 millones de dólares. Esta organización estimó también que «los titulares de TPS hondureños contribuyen con alrededor de 404 millones 200 mil dólares a la economía de Texas”, concluye el Tribune■