Trabajadores agrícolas trabajan en una finca de pimientos morrones en el Valle de Coachella (CA), una de las regiones agrícolas más grandes del país, en febrero de 2021. Foto: Heidi de Marco / KHN.
Más pacientes que antes están yendo a parar a las salas de emergencia de los pueblos del campo debido a la ola de calor que azota el oeste del país. Y las inusualmente extremosas temperaturas que siguen registrándose esta temporada amenazan con seguir poniendo a los trabajadores agrícolas en grave peligro. Las leyes que protegen a estos trabajadores se quedan cortas, incluso en California, el estado con las leyes laborales más estrictas. Para conocer de cerca los peligros a que se exponen los trabajadores agrícolas, Heidi de Marco viajó a Thermal, un poblado en el árido Valle de Coachella que en agosto alcanzó un máximo histórico de 122 grados Fahrenheit. Aquí su reporte.
Los veranos se vuelven más calurosos cada año. Esta es la primera vez que este árbol de guayaba da frutos. Se esperaba una buena cosecha, pero el calor es demasiado alto y está quemando la fruta. Fto: Heidi de Marco / KHN.
El pasado mes de julio, Leoncio Antonio Trejo Galdámez, de 58 años murió en los brazos de su hijo. Había trabajado durante un día muy caluroso en un campo agrícola del valle de Coachella. La noticia de su muerte no sorprendió a Jaime Isidoro.
“Diario oyes que ahí viene la ambulancia porque fulano se fue temprano, porque se siente mal…”
Jaime Isidoro, nació en Puebla, México. Durante más de dos décadas ha trabajado cosechando chiles, coliflor y uvas en los campos de California.
“Yo miro algunas personas, usted las mira, y yo le aseguro que usted va y le dan ganas de llorar de ver esas personas, así saliendo al break bañaditas de sudor sin poder respirar”
Según autoridades médicas es muy peligroso trabajar al aire libre a temperaturas de 80 grados Fahrenheit o más. Pero se arriesgan porque su salario depende de lo que cosechan, y para evitarse problemas en el trabajo.
“Pensamos que si decimos me siento mal, el mismo compañero te va a criticar o el mayordomo se va a enojar…, que también puede pasar. Es lo que hace que la persona a veces no avise, por eso muchos mueren allí. O avisan y no les hacen caso”
Jaime Isidoro no se enferma muy seguido, pero recuerda que hace varios años después pizcar chiles durante todo el día le empezó a doler la cabeza.
Jaime Isidoro ha estado trabajando en los campos de California desde que emigró de Puebla, México, en 2000. “Empiezas a trabajar, a sudar y la camiseta debajo se empapa y te sientes refrescado cuando estás bañado en sudor». Foto: Heidi de Marco / KHN.
“Y un frío que tenía yo, pero fuerte. Tenía sudadera y tapado con una cobija, y estaba bañadito en sudor pero yo sentía frío. Ya después es cuando me dijeron que eso es insolación. Pero aparte que no sabe uno, no conoce los síntomas. Pero yo no sabía qué era eso hasta que yo ya había caído y estuve tres días así”
En la clínica que lo atendió le pusieron dos inyecciones y pronto se recuperó.
La Fundación de Salud del Vecindario Central de Coachella es una de las pocas clínicas que atienden a los campesinos en esta rica región agrícola. Cuando padecen de presión arterial alta y enfermedad de los riñones, su salud se puede deteriorar muy pronto al exponerse a altas temperaturas, dice José Bañuelos, un enfermero practicante de dicha clínica.
“Y la mayoría de ellos tal vez no ganan suficiente y también igualmente no tienen dinero o a lo mejor por miedo que no tienen papeles no quieren aplicar al Medi-cal”
Cuando llegan a la clínica por alguna cita médica, chequeo de rutina o a vacunarse contra el covid les recomiendan a sus pacientes tomar bastantes líquidos para que se mantengan bien hidratados. Les advierten que tomar sodas y café, bebidas muy populares entre los campesinos, pueden contribuir a que se deshidraten.
“Las dos cosas, azúcar y cafeína causan que el cuerpo pierda el agua. Eso perjudica a las personas. En lugar de tomar esos tipos de cosas que tal vez saben más buenos y apetecemos más, sería mejor tomar más agua; y la otra alternativa sería tomar Pedialyte«
A medida que el cambio climático aumenta la temperatura, los trabajadores agrícolas pagan las consecuencias, dice Leydy Rangel, vocera de la Unión de Campesinos (UFW).
Leydy Rangel, vocera de la Unión de Campesinos. Foto: Cortesía de la UFW.
“Los trabajadores campesinos están en las primeras líneas del calentamiento global. Eso significa que mientras que vemos que todos los años se siguen intensificando los veranos… vamos a seguir viendo más muertes entre nuestras comunidades campesinas«
En las últimas décadas en Estados Unido se reportaron más muertes por el calor que por cualquier otro fenómeno climático. A pesar de eso, aún no existen regulaciones nacionales que los protejan del calor extremo. Sólo cuatro estados han creado protecciones, como sombras para protegerlos del sol, descansos más seguidos y agua fresca; el primero fue California, los otros son Minnesota, Oregon y Washington.
A pesar de esto en California, de 2005 a 2015 las visitas a la sala de emergencias relacionadas con el calor aumentaron un 35 por ciento. La razón es que pocos conocen que existen regulaciones para protegerlos, especialmente si no hablan inglés y no tienen documentos, dice Rangel.
“Muchos de ellos deciden no levantar la voz cuando sus derechos no están siendo respetados por el miedo de perder su trabajo y por el miedo de no poder alimentar a sus familias«
Además, Rangel dice que muchos van a trabajar a estados donde no existen estas protecciones.
“Lo que realmente se necesita es un estándar a nivel federal que proteja a todos los campesinos”
Aguileo Rangel Rojas, originario de Guanajuato, México, es un trabajador agrícola en Coachella desde 2004. Foto: Heidi de Marco / KHN
Por eso en abril el senador federal demócrata, Sherrod Brown presentó la S.1068 – Asunción Valdivia, llamada así en honor de un trabajador de California que murió de insolación mientras recogía uvas. De ser aprobada, obligaría a los empleadores de todo el país a proporcionar hidratación adecuada, sombra y descansos durante los días de calor extremo. La UFW apoya la propuesta, concluye Laydy Rangel.
“Por eso un estándar a nivel federal es muy importante. Eso nos da recursos para asegurarnos que haya seguimiento a cada reporte. Que haya inspecciones. Que haya contabilidad. Para poder informarnos mejor cómo podemos evitar esas muertes”
Aún no se sabe si la propuesta Asunción Valdivia se convertirá en ley. Pero para los trabajadores agrícolas como Jaime Isidoro, que una ley los proteja durante las olas de calor extremo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde el Valle de Coachella, California, Heidi de Marco.
Este reportaje fue realizado en colaboración con Kaiser Health News y California Healthline.
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