Oficial del Ejército de EE UU regresa a casa a despedirse de su madre que será deportada

De la redacción

En medio de una serie de medidas racistas y antinmigrantes que siguen siendo descubiertas por filtraciones a la prensa, como las políticas impulsadas por la Casa Blanca y principalmente por el asesor del presidente Trump, el nacionalista blanco Stephen Miller, justamente en la víspera de la Navidad un soldado regresa a casa hoy a despedir a su madre que será deportada.

Rocío Rebollar Gómez es una mujer inmigrante de 50 años de edad, originaria de Acapulco, Guerrero (Mx), y es matriarca de su familia. De no suceder un milagro, el último recurso de la familia tras haber agotado ya todas las vías legales, Rocío Rebollar tendrá que abandonar el país el 2 de enero de 2020, como dice su orden deportación, reporta Los Angeles Times.

Así que mezclado con la alegría que suelen traer estas fechas navideñas al seno del hogar, la familia de Rocío Rebollar vive una profunda tristeza ante la suerte de su matriarca. La familia también se halla preocupada por la señora Rebollar, pues será deportada a su natal Acapulco, en el estado mexicano de Guerrero.

De acuerdo con un informe de la Universidad de San Diego, “en 2018 Acapulco tuvo el tercer número más alto de homicidios en México, de entre las 10 ciudades más violentas del país, incluso más que Tijuana”.

Gibram Cruz es un oficial de inteligencia del Ejército de Estados Unidos. Tiene 30 años de edad y viajó desde su base militar en Arizona para pasar unos días con su madre, Rocío Rebollar; quizás los últimos días que la matriarca pase en este país.

Gibram llegó la semana pasada a San Diego, California, a pasar sus únicos tres días de vacaciones, pues “no tendrá más tiempo libre para estar con su familia, incluido el cumpleaños de su madre el domingo”. Al llegar al aeropuerto se fundió en «un enjambre de abrazos y lágrimas al encontrarse con su familia, que lo esperaba en la acera”, a las afueras del aeropuerto.

Según la fuente la señora Rebollar Gómez intentó solicitar un programa especial que protege a los miembros de familia del personal militar activo. Pero dicho programa es discrecional y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos le denegaron la solicitud a principios de diciembre. Entonces ICE le informó a Rocío Rebollar Gómez que tendría que abandonar el país el próximo 2 de enero. El servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), se negó a comentar sobre el caso con Los Angeles Times.

Previendo el escenario que se avecina de manera casi inexorable Gibram Cruz inició trámites para viajar a México donde su madre será deportada, pero para colmo de su mala suerte, como se trata de un oficial de inteligencia, “el proceso -para obtener permiso para viajar fuera del país-,  es largo y complicado”, dijo el oficial, lo que le dificultará visitar a su madre después de su deportación.

Aunque Gibram es miembro del Ejército, sin antecedentes penales, el historial de inmigración de sumadre es complicado. Aún así, el oficial declaró a la fuete que «El único regalo que queremos este año es que la abuela esté aquí… estoy aquí esencialmente para despedirme de mi madre», señaló Gibram en español.

Vale anotar que las leyes de Inmigración de Estados Unidos permiten que un extranjero busque alivio de la expulsión; sin embargo, una vez que han agotado todos los recursos del debido proceso y las apelaciones, los solicitantes del alivio quedan sujetos a una orden final de deportación emitida por un juez de Inmigración “y esa orden debe llevarse a cabo”, dijo a la fuente un vocero de ICE.

Por su parte Tessa Cabrera, la abogada de Rocío Rebollar Gómez, pidió discreción a ICE, “y varios miembros del Congreso le dijeron a la familia que harían lo mismo”, pero hasta ahora, “ICE ha mantenido su orden de que Rebollar Gómez debe irse”., señaló Cabrera.

«En este momento el caso está en manos de ICE», dijo la abogada de la matriarca. «Estamos esperando un milagro. No hay más que pueda hacer yo como abogada para ayudarla».

Rocío Rebollar Gómez llegó a los Estados Unidos por primera vez en 1988. A mediados de los años 90 la capturaron en una redada de Inmigración en el hotel donde trabajaba cuando tenía unos siete meses de embarazo de su hija menor, dice la fuente, y se encontró de regreso en México ese mismo día. “Con dos niños que la necesitaban en los EE. UU., ella regresó rápidamente y cruzó nuevamente ilegalmente al país”.

La familia está preocupada de que los vínculos de Gibram Cruz con el Ejército de Estados Unidos conviertan a su madre en “un objetivo” de los carteles del narcotráfico.

«Sería un blanco fácil para ellos», dijo Gibram Cruz en referencia a los carteles. «¿Cómo se supone que debo mantenerla a salvo?».

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