Nuevos recortes a cupones de alimento

ComedorMarco Vinicio González

Noticiero Latino, Nueva York

El presidente Obama se apresta a firmar la ley agrícola o Farm Bill este viernes, una legislación que regula la agricultura y los subsidios a la alimentación de los estadunidenses menos favorecidos. Y es precisamente en este rubro de dicha ley donde los cupones de alimentos, o una buena parte de los 47 millones de personas que reciben esta ayuda del gobierno federal mensualmente, sufrirá de nuevo a finales de esta semana un severo recorte de ocho mil 700 millones de dólares para la siguiente década. Tras intensas negociaciones esto fue aprobado el martes pasado en el Senado. Vale recordar que la partida federal para el financiamiento de los cupones de alimentos recibió ya un primer hachazo de cinco mil millones durante los recortes automáticos al gasto público el año pasado, que abarcaban recortes generales por 1.3 millones de millones de dólares, lo que afectó a muchos programas sociales.

Tan sólo en el estado de Nueva York, 1.9 millones de personas o uno en cada cinco residentes depende de los llamados programas de asistencia nutricional o SNAP,para completar más o menos su dieta familiar. Y a causa de dichos recortes, organizaciones como The Puerto Rican Family Institute, que provee alimentos a cientos y quizás a miles de familias pobres en los cinco condados de esta ciudad, a través de su programa de despensas, declaró a la prensa local que en el último medio año ha tenido que disminuir la ayuda debido a dichos recortes, que hasta hace poco era de 281 dólares mensuales.

Por su parte, el Food Bank de Nueva York dice haber registrado un aumento en el número de solicitantes de esta ayuda; calcula que en promedio un hogar de tres personas ha perdido 29 dólares mensuales con estos recortes. Aun así, el Instituto de Presupuestos y Prioridades Políticas en Washington, DC. ha dado muestras de satisfacción porque -dice-, la ley que firmará Obama este viernes no incluye las fuertes reducciones al programa de ayuda de alimentos aprobado en septiembre por la Cámara de Representantes, pues dicho proyecto de ley contenía provisiones que habrían eliminado cupones para 3.8 millones de personas en 2014. El referido Instituto de Presupuestos deplora que la ley no haga progresos a la hora de solucionar los problemas del hambre y la pobreza, al no invertir nuevos recurso en el ramo; pero la ley no incluye «ninguna de las provisiones draconianas y no elimina a ningún hogar de bajos ingresos del programa», cita la prensa local de Nueva York.

No obstante, en esta ocasión los recortes no recaerán en las familias de todo el país, sino sólo en el 40 por ciento de los beneficiados por este programa de ayuda en el nivel nacional; es decir, unos 850 mil hogares en 17 estados. Nueva York es uno de los más que más va a sufrir por esta segunda ronda de tijeretazos, que puede afectar a unas 300 mil familias.

Las razones por las cuales sólo algunas entidades serán afectadas con dichos recortes obedecen a que estos recortes lo que eliminan es una práctica con la que se ampliaban beneficios incluidos en los cupones de alimentos, con subsidios a la calefacción o al suministro eléctrico, lo que resulta de suma importancia para estados como Nueva York, donde hasta ayer 600 mil habitantes permanecían sin luz por las fuertes nevadas que han azotado a esta región del país en la última semana. Nueva York es una de los estados que más echa mano de esta práctica, dice la Ciudad, a través del programa Heat and Eat (Calefacción y Comida), dado los altos costos de la vida en esta localidad. Y pese a que este programa ha ayudado a bastantes familias, porque los cupones de alimentos no son suficientes, en el Congreso (ambas cámaras) la mayoría quería deshacerse de esta práctica que nace de una laguna legal, dice la prensa.

Una de las voces que votó en su oportunidad contra la ley agrícola para intentar palear esta calamidad fue la senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibrand. En tanto, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) calcula que los afectados perderán 90 dólares mensuales en los recortes a sus beneficios. Esta cifra puede antojarse mínima para algunos quizás, pero un estudio del Centro de Investigación y Acción Alimentaria revela que más del 23% de los hogares con niños en Nueva York dicen que a veces no tienen suficiente dinero para comprar alimentos. Y que más de un 14% de las familias sin niños atraviesan por una misma situación.

La crisis en esta ciudad no sólo ha afectado a las familias, sino que también a las organizaciones que proveen esta ayuda y que han visto minar sus provisiones. Lo que es peor, dicen, es que esto sucede justo cuando aumenta el flujo de familias necesitadas a los diversos centros de acopio o bancos de alimentos. Por ejemplo, el director del programa, Darles Vosotros de Comer, de la Iglesia Evangélica Española en El Bronx, una de las tantas ciudades más pobres del país, sostiene que hay un 40% de incremento en la gente que busca comida, registrada desde hace cuatro meses; los martes, sirven un promedio de entre 400 a 500 comidas. Pero en el último martes de cada mes, sostienen, crece de 600 a 700 personas, mientras que los días viernes reparten comida -sin cocinar- a unas mil a mil 200 familias. Según esta iglesia, el problema no se limita a los desempleados, porque, afirma, muchos que trabajan no pueden cubrir sus gastos.

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