Por segunda vez en dos semanas, un poderoso sismo sacude a la Ciudad de México y varios estados del centro de la república mexicana. El sismo ocurrió justo el día que se cumplió un aniversario más del devastador terremoto de 1985. Hasta el cierre de esta edición, se reportan docenas de edificios derrumbados y al menos 255 muertos. Desde la capital mexicana, Citlali Sáenz reporta sobre el desastre y la extraordinaria afluencia de socorrismo ciudadano y ayuda internacional.
Se escucha sonido de alerta sísmica…
Poco después de que sonó la alarma sísmica a la 1 de la tarde con 14 minutos (del martes 19 de septiembre), la tierra se empezó a mover violentamente. En medio del polvo y con dificultades para sostenerse de pie, el señor Simón Pineda recuerda que corrió por su hijo de 11 años que estaba en la escuela, a unos 15 min de su casa:
«Muy angustiados y tristes, porque mis hijos estaban en la escuela; tenían angustia de que les pasara algo…, un caos vial para poder llegar a ellos”
Como hace 32 años (19/sep/1985), antes de que las autoridades llegaran ríos de mexicanos que no fueron afectados por el violento remesón acudieron en auxilio de las víctimas de los más de 40 edificios que colapsaron, incluida una fábrica de costura y edificios de apartamentos.
Sonido de voluntarios congregándose…
Jóvenes, adultos, señoras ayudan con alimentos, con material médico y herramientas pero sobre todo forman cadenas humanas que con sus manos ayudan a remover los escombros. Uno de ellos es Carlos Taboada, ingeniero que ayudó en la tragedia de 1985 y ahora salió a rescatar a personas y también apoyar en los albergues.
«Lo que he detectado es que hay muchos edificios que están fracturados, que no colapsaron pero que tienen daños estructurales fuertes», señaló el ingeniero.
Se sumaron jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional (UNAM). Ana y David, que llegaron a la zona donde cayeron edificios para ver que se necesitaba.
“Estábamos en nuestra escuela, donde hay un centro de acopio, y vimos que había demasiada gente y queríamos venir a lugares donde sabemos que hay como zonas afectadas”, dijo Ana.
“Nosotros, que sabemos que en nuestras casas y nuestras familias todos están bien, queremos tratar de ayudar a la gente que pudo perder su casa o que su casa está dañada y no tienen adonde ir», ofreció David.
Uno de los derrumbes más publicitados fue el de la escuela Rébsamen, al sur de la ciudad de México, donde más de 20 niños perdieron la vida. Al centro de acopio y albergue Junior Camp llegaron a dormir personas que tenían sus casa inhabitables, como la alemana Lajun Lamat.
«Yo dormí en el cuarto de arriba pues aquí no falta nada. Lo único es que era difícil, es que no pude encontrar una ducha… Tienen tanta motivación de ayudar aquí, que se crea una energía muy hermosa», afirmó Lamat.
Según cifras preliminares en la Ciudad de México fallecieron más de 132 personas, 73 en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en guerrero y 1 en Oaxaca. 55 personas han sido rescatadas, pero continúan las labores de ayuda con los famosos Topos de México, El Salvador, Chile y otros lugares. También llega ayuda de 14 países y otros estados de México.
Pero la situación sigue crítica especialmente en otros estados con poblados devastados donde no hay tanta exposición mediática. Si bien es cierto que tras 32 años la cultura de prevención, la realización de simulacros y la instalación de alerta sísmica evitaron que la tragedia fuera de mayor magnitud, hay expertos que señalan que el derrumbe de los edificios, fue por instalaciones pobremente fortificadas, para ahorrar dinero.
El malestar es tal que según un video que circula en las redes, una multitud expulsa y agrede al secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, cuando hizo acto de presencia en una de las zonas afectadas.