De la redacción
El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito en San Francisco falló el jueves contra la administración Trump, culpándola de ser responsable de proporcionar los suministros sanitarios más básicos a los niños en centros de detención de inmigrantes, incluidos «jabón, toallas, duchas, ropa seca y cepillos de dientes».
Tras un largo litigio sobre la aplicación del llamado Acuerdo Flores suscrito hace unos 22 años (Flores v. Sessions, 17-56297), el fallo de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito se produce cuando han surgido nuevas denuncias en los últimos meses sobre «las condiciones miserables en las que tienen detenidos a miles jóvenes en las instalaciones de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en Texas y La Florida», dice la revista Forbes.
De tal manera que dicha corte de apelaciones desestimó el argumento de la administración Trump, de que su obligación de detener a los niños en condiciones seguras y sanitarias no implica necesariamente proporcionarles jabón, toallas, duchas, ropa seca o cepillos de dientes».
Por su parte el periódico San Francisco Gate (SFGate) sostiene que dicho tribunal rechazó el jueves el desafío del gobierno de Trump a una orden de un juez hace dos años, que afirma que “los menores detenidos en las estaciones de la Patrulla Fronteriza en el Valle de Río Grande en Texas deberían recibir artículos de higiene personal y dormir bien”.
El magistrado agregó que “las condiciones y la temperatura deben ser razonablemente cómodas y los alimentos y el agua potable adecuados”. Con esto, el gobierno estaba intentando reescribir el Acuerdo Flores, suscrito en 1977 entre el gobierno y abogados de derechos de los inmigrantes, sobre el tratamiento que debe brindárseles a los niños en centros de detención de inmigrantes, afirma la fuente.
«Asegurar que los niños coman suficientes alimentos comestibles, beban agua limpia, se alojen en instalaciones higiénicas con baños sanitarios que tengan jabón y pasta de dientes y que no se les quite el sueño son sin duda esenciales para la seguridad de los niños», indicó el panel de apelaciones en su fallo. «El tribunal de distrito interpretó adecuadamente el acuerdo –Flores-, que requiere el cumplimiento de tales condiciones en lugar de permitir que el gobierno decida si debe proporcionarlas o no».
En tanto, activistas de derechos humanos pidieron recientemente al juez que supervisa la aplicación del acuerdo de Flores en Los Ángeles, California, una orden de emergencia para «inspeccionar las instalaciones de Texas y permitir que especialistas independientes de atención médica examinen a los niños detenidos allí».
Y es que la decisión de ayer jueves siguió a una audiencia en junio en la que la abogada del Departamento de Justicia, Sarah Fabián, “trató de persuadir a un panel, a veces incrédulo, de que el juez de distrito había sobrepasado su autoridad al enumerar requisitos sanitarios específicos para los niños detenidos que no se especificaron en el acuerdo de 1997”, dice la publicación de San Antonio, Texas, mySA.
«No era jabón perfumado…, era simplemente jabón», señaló a la fuente el juez de circuito, William Fletcher, en respuesta al argumento de la abogada Fabián, de que el juez de primera instancia había creado nuevos requisitos para alojar a menores. «No era jabón molido de clase alta», remató Fletcher.
La grabación en video sobre la sesión de la corte donde se ventilaron dichos argumentos se volvió viral, obteniendo millones de visitas en YouTube y provocando amenazas contra Fabián.
https://youtu.be/jm1x1DapB3M
Lo que ahora está en discusión en esta apelación específica son las condiciones bajo las cuales los niños son alojados, a veces durante semanas, en celdas de estaciones de la Patrulla Fronteriza en Texas después de ser detenidos. “Los detenidos, la mayoría niños, son trasladados de las diversas estaciones al Centro de procesamiento central de Ursula en McAllen, Texas, llamado La Perrera”.
Aunque la jueza de distrito de Estados Unidos, Dolly Gee, que supervisa el litigio Flores, en su orden de 2017 «no encontró que las condiciones en el centro de detención de Ursula violaran los requisitos de vivienda segura y sanitaria», las denuncias recientes han señalado condiciones en la instalación “comparables a las de instalaciones de tortura, con temperaturas frías, sin acceso adecuado a atención médica, saneamiento básico, agua o alimentos”.
Por su parte, el presidente Donald Trump dijo el 7 de julio que “los problemas en las instalaciones fronterizas de Estados Unidos han sido exagerados por los medios de comunicación”, y exigió que los demócratas en el Congreso “cambien las leyes de asilo para que sea más difícil para los migrantes solicitar refugio en este país”.
Por otro lado, el economista no partidista, Stuart Anderson pregunta en la revista Forbes si a medida que la administración Trump intensifica las redadas en el lugar de trabajo el gobierno federal debería implementar políticas que socaven la economía.
“¿Qué pasa si las redadas son tan exitosas que todos los inmigrantes no autorizados son deportados o abandonan voluntariamente el país y ningún futuro inmigrante no autorizado toma su lugar? Es una pregunta importante, dijo Anderson a la fuente, “ya que los inmigrantes son una parte clave del crecimiento de la fuerza laboral de Estados Unidos, y el crecimiento de la fuerza laboral es un componente clave del crecimiento económico».
Por su parte Pili Tobar, Subdirectora de America’s Voice declaró en un comunicado: “¿Qué tan bajo puede llegar nuestro gobierno cuando necesita una decisión judicial para obligarlos a brindar a los niños cuidados esenciales?” Es realmente terrible que el gobierno tuviera que verse obligado a proporcionar necesidades humanas básicas a los niños detenidos, deploró. “Este es un momento decisivo de la crueldad de la administración Trump. Hacer todo lo posible para evitar que los niños se bañen, se cepillen los dientes y tengan un lugar limpio para dormir y comer no sólo es una barbarie, sino que se enfrenta a los valores y principios estadunidenses”.
Y agregó: «Para el presidente Trump no es suficiente infligir un trauma separando a los niños de sus padres y encerrándolos en jaulas, ahora quiere robarles su dignidad y ponerlos en peligro al obligarlos a permanecer encerrados en condiciones miserables, incluso después de la muerte de varios niños bajo custodia de Aduanas y Protección Fronteriza En los EE. UU., Valoramos la vida de los niños, y continuaremos luchando para asegurarnos de que estén a salvo de los horrores que les inflige esta administración»■