De la redacción
Sin dejar de ser el epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, Nueva York, con casi un cuarto de millón de casos positivos de Covid-19 y poco menos de 14 mil muertes comenzó a experimentar por tres o cuatro días consecutivos un menor número de hospitalizaciones, de personas en cuidados intensivos y ventiladores. Esto ha hecho pensar al gobernador, Andrew Cuomo, que se pudo haber aplanado ya la curva pandémica, o que si la gráfica sigue moviéndose horizontalmente por el resto de la semana se comprobará en los próximos días que las medidas tomadas por las autoridades estatales y de la ciudad de Nueva York están dando resultados.
Los pequeños pero esperanzadores avances en el combate al Covid-19 en Nueva York no quieren decir que ya se venció a la “bestia”, para usar las palabras del gobernador, Andrew Cuomo en su más reciente conferencia de prensa diaria, sino que “simplemente se le aplacó”. Pues durante la semana pasada el número de muertos osciló entre los 700 y 600 diarios, una cifra muy preocupante. Estos datos, provistos por las autoridades estatales de salud son realizados con estadísticas que no cuentan a las personas que están muriendo en sus casas. Y al parecer, son muchas.
Por eso mismo no deben relajarse las órdenes de quedarse en casa y guardar el distanciamiento social, dijo Cuomo, pues se cree que han rendido frutos; por la disminución de hospitalizaciones y de traslados de enfermos a cuidados intensivos. De esta suerte, el viernes entró en vigor la ordenanza para multar hasta con mil dólares a las personas que desafíen dicha orden e insistan en reunirse en lugares públicos en grandes grupos sin guardar el distanciamiento de seis pies entre las personas.
La Casa Blanca presiona a los estados para reabrir la economía tan pronto como en próximos días, incitando incluso, a través del tuit a la desobediencia civil, como en el caso de Michigan y otros estados incluso con gobernadores republicanos. Trump los invita a desobedecer las órdenes estatales de quedarse en casa y guardar el distanciamiento social, y desdeña el uso de cubre bocas en lugares públicos, etcétera. Pero lejos de amilanarse, el gobernador y del alcalde de Nueva York han redoblado las referidas disposiciones de suguridad para proteger a la ciudadanía. Y se ha extendido un mes más la orden de quedarse en casa, hasta mediados de mayo.
Si las personas salen a la calle a estirar las piernas, pasear al perro, o comprar víveres y medicinas tendrán por ley que usar un cubre bocas y guantes si es necesario. Lo mismo los trabajadores de supermercados, farmacias, el transporte público, cuando entren en contacto con la gente, que hace línea de espera y va ingresando a estos establecimientos en grupos pequeños, similares al tamaño de los que van saliendo luego de hacer sus compras. Y lo mismo aplica para los repartidores de comida y otras entregas a domicilio.
Hoy lunes comenzarrán a realizarse unas 3 mil pruebas de anticuerpos o de plasma en distintas locaciones de la ciudad de Nueva York. A diferencia de las pruebas simples de coronavirus, las de plasma se realizan a personas que tuvieron el virus y se recuperaron, a fin de poder detectar a las personas que desarrollaron anticuerpos y ahora son potencialmente inmunes al Covid-19. Sin embargo, existe controversia en la comunidad médica acerca de esta premisa, porque existen casos llamados ‘falsos negativos’, o que arrojan un resultado negativo enun primer examen pero en un segundo, días después puede arrojar un resultado positivo en la misma persona.
Con todo, estas pruebas para exámenes de plasma fueron conseguidas por la Ciudad, en laboratorios privados; porque el gobierno federal “simplemente ha fallado” en proveerlas, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien en su conferencia de prensa de ayer domingo tuvo duras palabras para el presidente Trump.
No obstante, las pruebas de laboratorios privados presentan problemas, pues cada laboratorio utiliza químicos distintos, que sólo pueden usarse para el tipo de tecnología de cada laboratorio. Y esto obliga a la ciudad a gastar más, pues para cubrir la cuota de exámenes necesarios, tiene que comprárselos a distintos laboratorios, que tienen sus propios tiempos de espera para dar resultados, etcétera, y esto eleva el gasto. Por lo que es indispensable, dijo el alcalde, y en esto coincide con el gobernador Cuomo, una necesaria política federal que se centre en un solo provedor.
Se supone sin embargo que hoy lunes podría llegar a Nueva York una dotación de cubre bocas y equipos de protección personal, tanto para los trabajadores de la primera línea de combate al coronavirus como para el personal de salud en hospitales, camilleros, choferes de ambulancias, afanadores de hospitales, trabajadores de supermercados, farmacias, transporte público, recogedores de basura, la policía y los bomberos, o todo aquel que esté expuesto al contacto con otras personas por su condición de trabajador esencial.
La dotación de este material viene del gobierno federal, que aunque se ha tardado dos meses y no ha enviado ni la cantidad ni el Equipo de Protección Personal (PPE), que hubiera salvado vidas; como ventiladores, pruebas de coronavirus, etcétera, pues ya hemos hablado del personal de hospitales que ha muerto por contagio de coronavirus a causa de la escaces de PPE, y ayer se reveló que 29 oficiales de la policía de Nueva York han muerto también contagiados.
En cuanto a las multas, que comenzaron a imponerse el viernes a los infractores en esta ciudad, donde existen por ejemplo casi 135 mil casos positivos de Covid-19, y han muerto por esta causa más de 10 mil personas, durante el fin de semana se reportaron varios incidentes en los que tuvo que intervenir la policía de la ciudad para dispersar a grupos de jóvenes que desafiaron dichas órdenes de la ciudad y en un establecimiento de Brooklyn la policía realizó arrestos porque aunque el establecimiento permanecía cerrado oficialmente, en el interior socializaba un grupo de más de 50 personas que violaba la ley del distanciamiento y de quedarse en casa.
El término de ‘cabin feber’, que se ha hecho de uso popular para definir la ansiedad del encierro por las reglas de quedarse en casa, dice el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio que lo entiende. Sobre todo en días como ayer domingo, soleados y con excelentes 60 grados Fahrenheit. Con todo, «es una irresponsabilidad», dijo, desafiar dicha orden, porque se expone al contagio del virus al resto de la sociedad y no sólo al propio individuo infractor. Además, de Blasio conminó a los neoyorquinos a reportar a la policía cuando vean un grupo que está desafiando la regla del distanciamiento social. Pidió que tomen una foto con sus teléfonos y la manden a la policía llamando al 311, indicando lo más preciso que se pueda la ubicación de los infractores.
En el caso de los que se reúnen en grupos sin guardar la sana distancia, pues se ha comprobado que el coronavirus es una infección que no siempre muestra síntomas, después de disfrutar una reunión y aplacar la cobin feber del encierro prolongado, las personas vuelven a casa, donde quizás viven con familiares mayores que ponen en riesgo de contagio por ser éstos de alto riesgo, así como también al resto de la familia. Por eso el endurecimiento de las multas y otras medidas de persuasión.
El mecanismo es el siguiente, dijo de Blasio en su conferencia de prensa ayer domingo. “No es que se quiera multar a nadie, y mucho menos realizar ningún arresto. Pero si la policía llega a un lugar a dispersar una reunión que está violando la regla del distanciamiento, lo primero que hacen los agentes es invitar a las personas a dispersarse. Si éstas no obedecen y persisten, se procederá a multarlas; y si se resisten entonces podría haber arrestos”.
En cuanto a lo económico, el gobernador y el alcalde acordaron que no será sino hasta que se haga la prueba del coronavirus a la mayor cantidad posible de los habitantes de Nueva York, se rastree a las personas que tuvieron potenciales contactos con los que hayan dado positivo, se les ubique y ponga en cuarentena; y en última instancia, hasta que haya una vacuna que se podrá hablar de la existen las condiciones para asegurar que no haya un rebrote de la pandemia y se tenga de comenzar desde cero en el combate al virus, que ha cobrado tantas vidas. Y que por esto, la economía, el regreso a clases y al trabajo tendrán ceñirse a estas condiciones, a los hechos y datos científicos y no a las opiniones. “Todo mundo puede tener sus opiniones diferentes o personales, pero no todo mundo puede tener sus propios hechos o datos científicos”, dijo Cuomo■