Nos dieron la razón, pero en el papel, en los hechos ¡ahí está la obra! (última)

Indigena yaqui representando la emblematica Danza del Venado. Foto: www.pinterest.com

Indigena yaqui representando la emblematica Danza del Venado. Foto: www.pinterest.com

De La Redacción

La lucha del pueblo yaqui ha sido la lucha contra el despojo o la protección del agua que corresponde a su territorio, al defenderse de los atropellos del Estado mexicano que aun violando su propia ley, la que da origen por decreto y rige desde los años 40 del siglo XX la distribución legal del agua que lleva el afluente del Río Yaqui, se sigue extrayendo el vital líquido que cubre precariamente las necesidades de un pueblo milenario en el sur de Sonora. Antes un río navegable para la transportación pluvial de sus productos hacia el exterior, el Río Yaqui hoy se halla casi seco en la parte baja que irriga el Valle del Yaqui, dice Mario Luna, vocero y secretario de este pueblo indígena siempre en pie de lucha, luego de haer estado preso por defender su gterritorio.


En la segunda parte de esta entrevista que sostuvo con él Martha Elena Ramírez, directora de Voz Pública y conductora de Línea Abierta desde México, el líder yaqui hace un recuento de la ruta institucional que han seguido los yaquis de la nueva generación como estrategia jurídica y que les ha arrojado magros resultados, y de la decepción que les ha ocasionado el trato con el gobierno federal y estatal mexicanos, que los ha llevado a replantear sus métodos más recientes de lucha y abandonar la pasividad.

Como resultado de una serie de negociaciones y acuerdos que se han venido dando en la última década con el gobierno de México, se ha establecido que entre otras cosas se lleve a cabo una consulta al pueblo yaqui para emitir un nuevo manifiesto de impacto ambiental que valide o invalide la construcción del Acueducto Independencia que toma el agua del Río Yaqui. Pero para Mario Luna la consulta está amañada desde su nacimiento.

Entre otros de los requisitos se establece que la consulta debe ser previa a la construcción del Acueducto Independencia, y la obra ya estaba muy avanzada cuando se intentó hacerla. Además, se estipula que el proceso de consulta debe ser un ejercicio libre, y simplemente Mario Luna estuvo preso un años y 11 días junto con otro compañero. Lo que busca el gobierno es manipular el caso legaloidemente para consumar de una vez por todas un nuevo despojo.
Para comenzar, la referida consulta no pasó de la primera etapa, informativa, “han intentado manipularla, a través de un peritaje hecho a modo, el cual rechazamos y del que todo mundo que entiende de esto se rio de ese intento… Pero incluso la calidad del agua que nos están dejando ahí tiene alto contenido de arsénico, y eso está comprobado con estudios del Instituto Tecnológico de Sonora.

“El 90 por ciento del agua que nosotros consumimos es del subsuelo, porque el río está totalmente seco; y los canales de riego están contaminados con pesticidas, por la agricultura, entonces no la tomamos. No hay plantas potabilizadoras para ningún pueblo”.

Hay actualmente problemas renales ya en la comunidad yaqui, sostiene Mario Luna. “Los problemas de cáncer de mama, del útero, están a la orden del día, y eso no lo está viendo nadie, pues. Están creciendo y es grave”.

Una vez que dejó el puesto el entonces gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, a quien los yaquis confrontaron cuando se descubrió que incluso se había construido una presa privada en su propio rancho, se dice que sigue impulsado la construcción del Acueducto Independencia.

-¿Cuál es el siguiente paso de la lucha?

Mario Luna lamenta el nulo avance jurídico del caso contra el referido acueducto. “No hay una acción legal para que se corrija el asunto y el gobernador pague lo que hizo. Tenemos serias sospechas. El acueducto se construyó inicialmente con presupuesto, y fue terminándose con el 400% por encima de lo que se había programado”.

La sospecha existe también en el hecho de “a la par de que se construía el acueducto también se estaba construyendo la presa particular del gobernador de sonora… Todas estas cosas se están viendo nada más en los medios de comunicación, pero en las instancias donde deben verse no hemos visto que haya avanzado. A nosotros nos preocupa mucho”.

Por el momento ha habido pocas intensiones serias que indiquen que se le va a hacer justicia al pueblo Yaqui, a pesar de las buenas intenciones de la nueva gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich. “Creemos que tiene buenas intenciones, pero estas deben materializarse en acciones que ya le den una señal al pueblo yaqui de que se le va a hacer justicia. Y una forma de hacer justicia es primeramente detener las extracciones de agua, que se están trasvasando del Río Yaqui al Río Sonora, para culminar en el parque industrial de Hermosillo, y posteriormente desmantelar el acueducto, como lo marca la sentencia declaratoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

Dicha sentencia dice que si en algún momento se detecta afectaciones y daños irreparables al derecho humano al agua de la tribu yaqui, “pues tendría que cancelarse inmediatamente, en cualquier etapa en que se halle la construcción”. Pero las autoridades federales del ramo (Conagua), sigue programando presupuesto para la construcción del acueducto.

“El problema del Acueducto Independencia sigue ahí. Ya no está en manos del gobierno de Sonora, pero puede hacer mucho para que el gobierno federal ya no tenga ese pretexto para mantener esa obra, que se hizo con dinero del contribuyente… así que pague el que hizo esa malversación de fondos públicos… la inversión que se siguió haciendo en una obra que estaba impugnada, amparada, y rechazada, pues”.

Todos estos años de pleitos con las autoridades federales y estatales ha sido una rica experiencia enriquecedora para el pueblo yaqui, que lleva ya varios siglos luchando por el respeto a sus derechos humanos y territoriales como pueblo originario. Vale anotar que desde el año 1533 se da el primer enfrentamiento entre españoles y miembros de la tribu yaqui, con la expedición liderada por el conquistador Diego de Guzmán.

“Es una experiencia de lucha que nunca se había abordado. La tribu yaqui había enfrentado militarmente todos estos acosos. Posteriormente se había caído en la etapa de las negociaciones, y de tratados con los gobiernos en turno.

“Pero hoy decidimos tomar los elementos jurídicos que tenemos para nuestra defensa, y creo que nos ha dejado un mal sabor de boca, la verdad. Nosotros creímos en las instituciones. Esta generación que enfrentó este último despojo creímos en las leyes, pero las leyes han dejado mucho que desear. Nos dieron la razón, pero en el papel, pero en los hechos ¡ahí está la obra! Y diariamente están trasvasando, robando agua propiedad de la tribu yaqui, que no sabemos a dónde va. Ni siquiera tiene un destino específico esa agua, ni sabemos cuánta es”.
En cuanto a cómo es líder y vocero yaqui enfrentó la cárcel, y si ésta fue un hueso duro de roer, Martha Elena Ramírez, interroga al el hombre Mario Luna al final de esta entrevista.

“Pues sí, en lo personal sí lo sufrí, y lo lloré en su momento, en la oscuridad y en el silencio de mi celda. Sin embargo, pues es la cuota que tenemos que pagar, como yaquis; prácticamente es una maldición. A lo largo de la historia del pueblo yaqui hemos pagado con mucha sangre…, el poder vivir en esa área. Acuérdense que la historia registra cómo las deportaciones masivas, las ventas como esclavos de los yaquis que fueron capturados precisamente por defender el río, y el territorio, no. Y todo eso pues no es nada, comparado con lo que yo pasé en la cárcel últimamente”

(A finales del Porfiriato, en tiempos de la Revolución Mexicana las varias décadas de levantamientos intermitentes de los yaquis por la defensa de sus tierras, provocaron su deportación masiva hacia las haciendas henequeneras de Yucatán a principios del siglo XX; fueron víctimas de persecución, muerte, despojo de bienes, les quitaron también a sus hijos y los llevaron a Yucatán como prisioneros de guerra, obligados a trabajar en las haciendas del henequén, según Raquel Padilla Ramos, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH).

Dice Mario Luna que durante el año y 11 días que estuvo preso quienes más sufrieron fueron sus hijos. “Pero también todos aquellos que de una u otra manera creyeron en esta iniciativa, de seguir la defensa por la vía institucional. El desencanto que se dio en ello, yo creo que fue aún mayor. Y prácticamente está dejando que la tribu yaqui se esté cuestionando en este momento, el por qué el Estado mexicano nos está dejando en la indefensión jurídica.

“¿Qué tenemos que hacer para poder conservar, y hacer que respeten nuestro derecho? Tenemos mucho qué pensar el pueblo yaqui hacia el interior, lo estamos haciendo, y sin embargo hay voces que dicen: ‘Ya no podemos seguir así, con esa pasividad’. Y creo que no nada más en el pueblo yaqui, sino en todo México está sucediendo este tipo de cuestionamientos.

“Pero bueno, nosotros quisimos dejar un antecedente de lucha, en el cual los bárbaros, los incivilizados no fuimos nosotros… Y los que pisotearon y quebraron el estado de derecho fueron los que juraron respetar y hacerlo respetar.

“Acá en Sonora existe un pueblo yaqui milenario, que se resiste a morir… que sigue luchando para que nuestros hijos tengan la garantía de un territorio, como el que nos dejaron nuestros mayores”■

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