No todos los desempleados ni los mismos barrios son golpeados igual por la pandemia

De la redacción

En importantes zonas comerciales de grandes ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York el desempleo se concentra en un grado impresionante de acuerdo con este estudio. Pero el peor dolor económico se ubica geográficamente en los barrios de las minorías étnicas y raciales.

 

Durante esta pandemia el peor dolor económico se encuentra en los vecindarios donde viven los trabajadores que han sufrido la mayor pérdida del empleo. En El Bronx, el sur de Los Ángeles o el sur de Chicago, por ejemplo, donde el desempleo se concentra en un grado impresionante y se advierten otros problemas por venir: una ola de desalojos, una pobreza cada vez mayor en la población, y más hambre infantil.

Y además la comunidad inmigrante indocumentada sufre en silencio miedo y dolor por carecer de redes de seguridad social, seguro médico y beneficios de desempleo, en medio de la pandemia de Covid-19. Mientras, los republicanos se empeñan en derogar el Obamacare. Sin embargo, hasta la semana pasada 39 estados –una docena de ellos republicanos- y Washington, DC, habían adoptado medidas para expandir el Medicaid.

Por su parte, el gobierno federal no proporciona los datos del desempleo a nivel de vecindario, por lo que dos investigaciones modelaron estadísticas detalladas de una manera que las hace consistentes con las encuestas estatales y nacionales.

Hasta junio, dicen, descubrieron que “la mayoría de los vecindarios en el Bronx tenían tasas de desempleo superiores al 20% -similares a las de la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado-, mientras que la mayoría de los vecindarios al sur de la calle 95 en Manhattan –antigua frontera entre las comunidades blanca y de color- tenían tasas inferiores al 10%.

Gould Ellen, profesora de política y planificación urbana en la Universidad de Nueva York (N.Y.U), dijo a The New York Times que «Lo que no estamos viendo con las manifestaciones físicas de la realidad es la disminución de los ingresos en muchos barrios de la ciudad, y en muchos barrios de clase trabajadora». Pero «Los veremos», predijo, y advirtió que “la angustia concentrada en estos vecindarios también podría tener consecuencias a largo plazo para los niños que crecen allí”.

Catalist, una firma demócrata de datos y TSD Communications, modelaron las referidas estadísticas sobre el desempleo a nivel de vecindario; crearon “una conjetura educada sobre el número de trabajadoras negras del servicio de alimentos en cada barrio, luego combinaron esos datos demográficos con las estadísticas mensuales del desempleo en el nivel nacional, sobre las ocupaciones y los grupos demográficos más gravemente afectados en esta recesión”.

Este enfoque permitiría medir las diferencias de empleo “en un nivel geográfico más fino que el que informa el gobierno”. Pero estas estimaciones también tienen un margen de error mucho más amplio que las estadísticas oficiales, y los investigadores advierten que los resultados deben verse junto con otros datos “a medida que los responsables políticos intentan comprender una economía en caída libre”.

Los mapas resultantes de esos estudios “capturan la otra cara de los recientes análisis de datos del sector privado, que muestran dónde los restaurantes han reducido las horas, o dónde las tiendas han cerrado sus puertas”. Esos cierres de negocios también se han agrupado, dicen, a menudo en distritos del centro “donde los empleados de oficina ya no entran, o en vecindarios ricos donde los residentes han reducido drásticamente sus gastos o han abandonado la ciudad por completo”.

Los mapas de los investigadores en cambio, afirma la fuente, también destacan “cómo la naturaleza distinta del choque económico del coronavirus ha dividido las ciudades en vecindarios donde una minoría de personas pueden trabajar desde sus hogares y vecindarios donde la mayoría no puede”. Y debido a que este último grupo está compuesto desproporcionadamente de trabajadores negros y latinos, esas líneas también «siguen en gran medida patrones de segregación racial, como en Chicago».

A partir de junio, el área metropolitana de Chicago tenía una tasa de desempleo del 15.6%, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Pero las firmas que desarrollaron esas estadísticas estiman que en algunos vecindarios del lado sur de Chicago y el sur de los Ángeles, predominantemente afroamericanos, la tasa de desempleo fue de más del doble respecto a los barrios más ricos del lado norte, que tenían tasas de desempleo de menos del 10%.

Hasta ahora, una de las mayores expansiones federales de beneficios de desempleo ha aliviado parte del peor dolor de la recesión en estos vecindarios, incluidos los pagos suplementarios semanales de 600 dólares a millones de trabajadores. Y aquí un dato importante: “La investigación muestra que esta ayuda aumentó significativamente el gasto de los trabajadores desempleados”, y que “el dinero del gobierno también podría haber circulado más a través de los negocios en sus propios vecindarios”, si hubieran recibido la ayuda requerida a la altura de las circunstancias.

Y mientras esos beneficios de desempleo expiraron el viernes, el Congreso y la Casa Blanca discuten sobre si se debe extender la ayuda y cómo hacerlo. Esos mapas ofrecen una idea más: “los vecindarios donde los trabajadores y las empresas dependen de sus propios gastos, sufrirán gravemente sin más ayuda federal”■

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