No todo está perdido, si las potencias deciden frenar sus emisiones de CO2

Tomada del sitio web del Departamento de Labor e Industria. Foto: Luis Buen Abad.

Una de las consecuencias del Cambio Climático, tomado del sitio web del Departamento de Labor e Industria. Foto: Luis Buen Abad.

Marco Vinicio González
La más reciente reunión de científicos preocupados y ocupados en analizar el comportamiento y los efectos de la contaminación ambiental del planeta, realizaron el Sexto Informe Climático AR6 durante la 58ª Sesión del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, celebrado en Interlaken, Suiza.

Al respecto, la organización ambientalista Sierra Club extrajo una síntesis con los datos más relevantes de dicho informe, que arrojan un halo de esperanza, para poder mantener la temperatura del planeta estable en 1.5 grados centígrados, pero sólo a condición de que las grandes potencias contaminadoras del mundo accedan a reducir la emisión de carbono, que genera los gases de efecto invernadero, y que son los que calientan mayormente el planeta.

entre algunos de los hallazgos del informe que Sierra Club y otras organizaciones ambientalistas analizan, se reafirma el hecho de que los países menos contaminadores son los que han estado sufriendo las peores consecuencias o efectos de la contaminación.

Sin embargo, en medio de este llamado de alerta de la comunidad científica, para aprovechar la última oportunidad que los humanos tenemos para evitar y eventualmente revertir quizás la catástrofe, la administración Biden aprueba uno de los mayores proyectos de combustibles fósiles en terrenos públicos de Estados Unidos: el Proyecto Willow de ConocoPhillips que, se estima, “una vez entrado en la etapa operacional, Willow emitirá 300 millones de toneladas de contaminación de carbono”.

Sierra Club destaca en un comunicado estos datos de las conclusiones del reporte:

Permanecer a menos de 1.5 grados centígrados todavía es posible, pero sólo si el mundo, específicamente los peores contaminadores, reduce sus emisiones de carbono en un 43 por ciento para 2030 y las elimina por completo en 2050.
El actual paso que se lleva nos pondría en una trayectoria de 2.8 grados centígrados para 2100.
Casi 3 mil 600 millones de personas se consideran ahora vulnerables climáticamente.
Los efectos del cambio climático no se están sintiendo igualmente en Estados Unidos ni en el resto del mundo. Los países y comunidades que han contribuido menos a crear este problema son los que más sufren las consecuencias de esta crisis.

Como las conclusiones del referido panel -PICC- no se harán públicas sino hasta dentro de al menos cinco años, los datos del AR6 son la información final estará disponible mientras todavía existe la oportunidad de no superar los 1.5 grados de calentamiento global.
De esta suerte, organizaciones como Sierra Club y otros grupos ambientalistas decidieron oponerse a este proyecto en las cortes, para lo cual se unieron a la comunidad indígena.

Pero apenas fue aprobado dicho Proyecto Willow, “los republicanos de la Cámara Baja presentaron el proyecto de ley HR1… que exacerbaría la crisis climática, perpetuaría las injusticias ambientales, y socavaría la economía y seguridad nacionales prolongando la dependencia en los peligrosos y volátiles combustibles sucios”, dice Sierra Club.

A los ambientalistas les preocupa la implementación del Proyecto Willow, porque “también socavaría fundamentales leyes ambientales, incluyendo la Ley Nacional de Política Ambiental, acortando el proceso de concesión de permisos de explotación ,y limitando la opinión del público”.

Ben Jealous, director ejecutivo del Sierra Club, declaró al respecto apuntó que “Cada vez que la administración Biden aprueba un proyecto de combustibles fósiles como Willow, o que los políticos proponen legislación que contenta a esta industria nos acercan aún más al punto de no retorno con daños catastróficos”

Y señaló que la ciencia nos está diciendo que “no es demasiado tarde para salvarnos a nosotros y a las futuras generaciones, para lo que tenemos los recursos y conocimientos que nos permiten evitar dicha catástrofe».

No obstante, concluyó que se requiere de la voluntad política de las grandes potencias contaminadoras del planeta. “La pregunta es si el Presidente Biden, el Congreso y los líderes mundiales están dispuestos a proteger el medio ambiente y la humanidad o no”•

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