Mucho se ha escrito y debatido en este espacio sobre los daños a la salud humana y del medio ambiente que causa el uso del herbicida Roundup, que contiene el ingrediente activo glifosato (glyphosate). Éste es un químico nocivo para la salud que desarrolla linfoma, un cáncer que ataca el sistema inmunológico y produce otros males. Como por ejemplo, la famosa revista Nature sostiene que el herbicida produce cáncer en el hígado graso de las ratas en tres meses.
Este miércoles, el Grupo de Trabajo Ambiental / The Environmental Working Group (EWG) dio a conocer los hallazgos de un estudio que afirma que General Mills, productora del popular cereal Cheerios y Quaker Oats Company, productora de una avena muy consumida por los niños, “han dejado de lado las preocupaciones de la salud del consumidor planteadas por nuevas investigaciones que encontraron que el herbicida glifosato (glyphosate) se halla en los productos Quaker Old Fashioned Oats, Quaker Dinosaur Egg Instant Avena y Cheerios.
En su estudio, el EWG probó más de una docena de marcas de alimentos en base a la avena para brindar a los estadunidenses información sobre las exposiciones alimentarias que los reguladores gubernamentales mantienen en secreto.
En abril, los correos electrónicos internos obtenidos por la organización sin fines de lucro, US Right to Know, revelaron que la Administración de Drogas y Alimentos (F.D.A.) ha estado probando alimentos con partículas de glifosato durante dos años y ha encontrado «una cantidad justa», pero la F.D.A., no ha publicado sus hallazgos.
Además de señalar que los referidos productos que componen el desayuno de los niños en Estados Unidos contienen partículas de glisofato, el grupo ambientalista acusa a Monsanto, una de las más poderosas multinacionales del mundo -que produce el herbicida Roundup y muchos otros-, de no haber advertido a los jardineros de las escuelas en el país sobre los peligros del uso cotidiano de dicho herbicida.
Entre tanto, el uso de este herbicida ha generado ya miles de demandas y acusaciones a investigaciones defectuosas que apoyan el producto químico, y que han levantado una vigorosa defensa del herbicida de Monsanto, “la compañía que ayudó a desarrollarlo hace 40 años y ayudó a convertirlo en el herbicida más popular del mundo”, dice el EWG.
De hecho, este viernes un jurado de California encontró responsable a Monsanto en una demanda presentada por Dewayne Johnson, jardinero de una escuela, quien dijo que los herbicidas de la compañía Monsanto, incluido Roundup y otros que contienen glifosato le causaron cáncer. Y se ordenó a la compañía pagar 289 millones de dólares en daños y perjuicios, dice el estudio de EWG.
Es fundamental para las críticas del glifosato, que impide que las plantas se sinteticen, una decisión de 2015 de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud, que declara que el glifosato es un probable carcinógeno.
Y una unidad del conglomerado alemán Bayer, reciente adquisición de Monsanto con un valor de 62 mil 500 millones de dólares, podría enfrentar demandas similares a la de California y pagar hasta 5 mil 200 millones de dólares en multas, dice por su parte The New York Times.
Además, algunas investigaciones apuntan a otros efectos potenciales del glifosato para la salud humana. En un estudio publicado el año pasado en Scientific Reports, una revista de los editores de Nature, se afirma que “las ratas que consumían dosis muy bajas de glifosato cada día mostraron signos tempranos de enfermedad del hígado graso en tres meses, y empeoraron con el tiempo».
Sin embargo, reguladores de la F.D.A. y la E.PA., sólo sostienen que el glisofato “podría ser carcinógeno”, pero sus estudios no son conclusivos, y al parecer tampoco los dan a conocer.
Por su parte una portavoz de General Mills dijo al Times: «Nuestros productos son seguros y sin lugar a dudas cumplen con los niveles de seguridad reglamentario”. Y un vocero de Quaker afirmó: “Estamos felices de ser parte de la discusión y estamos interesados en colaborar con los pares de la industria, los reguladores y otras partes interesadas en el glifosato”.
Pero el EWG dice que “el hecho de que un nivel de pesticida sea legal en los alimentos no significa que el nivel sea seguro”. Y agregó que “General Mills y Quaker Oats deben ofrecerse como voluntarios para cumplir con los estándares de salud reales y hacer un esfuerzo para eliminar el glifosato de sus productos. Las empresas no deben esperar un mandato del gobierno federal para hacer lo correcto para sus consumidores”.
El EWG sostuvo que continuará instando a los consumidores a expresar sus preferencias usando el poder de sus bolsillos. “A la gente no le gusta comer pesticidas. No les gusta beber pesticidas. A pesar de los beneficios que a menudo tienen, los pesticidas no tienen cabida en las personas”, concluyo el Grupo de Trabajo Ambiental■