Muertes en Baton Rouge, St. Paul y Dallas

Patrullando en Baton Rouge. Foto: wwwtv.comn

Patrullando en Baton Rouge. Foto: wwwtv.comn

De La Redacción

“Bueno, como tú sabes, a los mexicanos, a los latinos, aunque haya video o lo que sea casi nunca llega a nivel nacional. Esto por el hecho de que vivimos en una sociedad que piensa que todo lo racial es blanco y negro nada más. Y que cuando hay casos de mexicanos y latinos son cosas de la ‘migra’ o de México, entonces eso es parte del problema”.

Cuando la semana pasada Línea Abierta transmitió el programa sobre dos hombres negros que fueron asesinados a balazos por policías de Baton Rouge, Luisiana y St. Paul Minnesota, Alton Sterling y Philando Castile respectivamente, desatando protestas masivas por todo el país, nadie iba a imaginar la tragedia de ayer domingo en Baton Rouge, donde un hombre negro -Gavin Long, veterano y ex marine-, mató a tres policías e hirió a otros tres de gravedad.

Según The New York Times el francotirador había escrito en redes sociales que las protestas no servían para frenar la violencia policial, y que la mejor manera para hacer que los agentes de la ley y el orden entendieran era tomando las armas y la justicia en las propias manos, como lo habían hecho Habraham Lincoln y Malcom X, entre otros. El francotirador, Gavin Long fue ultimado por la policía el mismo día de ayer.

Las autoridades dicen estar investigando si estos incidentes de violencia están relacionados entre sí. Y es que el 5 de julio pasado durante una protesta contra la violencia policial en Baton Rouge, la policía mató a Alton Sterling, un hombre afroestadunidense que vendía CD’s en la calle, y dos días después un francotirador ultimó a cinco policías en Dallas, Texas, en un incidente vinculado a las otras muertes.

El presidente Obama calificó el uso de las armas de fuego por la policía como un “serio problema” en Estados Unidos, y desde entonces ha aparecido en dos ocasiones –desde Dalla y en la Casa Blanca- en cadena nacional, para pedir unidad al pueblo estadunidense y que cesen las confrontaciones y la violencia. Por cierto que esta violencia comienza a opacar ya a las convenciones políticas –republicana y demócrata- que se realizan esta semana y posteriormente, y a incidir en el discurso de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.

En el referido programa de Línea Abierta, analistas comentan los incidentes de la semana pasada en Baton Rouge y St. Paul; los prejuicios al interior de las fuerzas del orden, y las reformas que se proponen al sistema de justicia para remediar el abuso policial.

Durante las muertes de Alton Sterling y Philando Castile en Luisiana y Minnesota respectivamente, dos hombres afroestadunidenses ultimados por la policía en incidentes separados, unos seis latinos murieron también a causa de la violencia policial: Melisa Ventura en Yuma, Anthony Núñez, San José, CA, Pedro Villanueva, Fullerton, CA, Raúl Zaavedra, Reno, Nevada; Scott Ramírez, y Valenzuela.

Estas muertes, que son representativas de muchas otras muertes de latinos a manos de la policía, pasaron sin embargo desapercibidas en los medios de comunicación, que no dijeron casi nada sobre ellas; “la noticia le pasó de noche a la opinión pública”, dice el Director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco, en el programa habitual de Línea Abierta que el mismo conduce.

¿Por qué este silencio ante la muerte del latino? –pregunta Orozco.

Desde México, el Dr. Roberto Cintli Rodríguez, profesor, del Departamento de Estudios México Americanos y de la Raza en la Universidad de Arizona en Tucson, es uno de los invitados que analizan el tema en Línea Abierta. Es también un prestigiado columnista y a su vez víctima de un atentado a finales de la década de los 70.

Para el Dr. Rodríguez, quien ha venido estudiando este fenómeno de la violencia policial contra los latinos durante los últimos 40 años, se trata de un patrón de conducta “que no es nada excepcional”, según dan muestra videos y testimoniales tomados en el sitio de los hechos. Sin embargo, estos asesinatos no llegan a ocupar un lugar en las noticias, señala:

“Bueno, como tú sabes, a los mexicanos, a los latinos, aunque haya video o lo que sea casi nunca llega a nivel nacional. Esto por el hecho de que vivimos en una sociedad que piensa que todo lo racial es blanco y negro nada más. Y que cuando hay casos de mexicanos y latinos son cosas de la ‘migra’ o de México, entonces eso es parte del problema”.

Por su parte el abogado José Luís Fuentes-Román, director ejecutivo de P.U.E.B.L.O (People United for a Better Life in Oakland), dijo desde Oakland que en 2015 murieron mil 861 personas a causa de la violencia de las armas. Que 83 por ciento eran hombres, y que de estos, nada más en California el 43%, o más de 800 decesos fueron de latinos.

Y el problema, sostiene el abogado, es que no existe una manera de saber cuántos de esos más de 800 latinos que murieron en California fueron muertes generadas por la violencia de la policía. Eso es algo en lo que su organización, P.U.E.B.L.O está trabajando, “para establecer un sistema de estadísticas”, dice, que pueda ser tomado en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas que controlen esta violencia. Porque no hay manera de comprobarlo todavía.

“Si no sabemos cuántos latinos están muriendo a manos de la policía, no podemos traer a los políticos los datos que ellos quieren, para enseñarles que es una epidemia la que está existiendo… Y si supiéramos cuántos muertos son a manos de la policía, esos serán los datos que necesitamos para traerlos a las autoridades”.

Por el contrario, la muerte de los afroestadunidenses, Sterling y Castile la semana pasada, saltó a las primeras planas de los noticiarios nacionales y generaron masivas manifestaciones de protesta callejeras en todo el país.

Y a pesar de que existen miles de videos que muestran los asesinatos de policías contra la sociedad civil, sostiene el Dr. Rodríguez, sólo en uno de estos casos, el de Oscar Grant, en Oakland, California, el policía que lo mató fue a parar a la cárcel, aunque nada más por un año. Sólo periódicos como The Guardian, y luego el New York y el LA Times, y el Washington Post, de los medios corporativos nacionales, o sea organismos privados y no públicos son quienes han comenzado a llevar la cuenta de los muertos a manos de la policía, pero desde hace apenas muy poco tiempo. El problema es que no distinguen los muertos latinos de los blancos, y a todos los cuentan como bajas por igual.

Otro problema, señala el abogado Fuentes-Román, es que de manera sistémica los policías inculpado en las muertes de latinos, de la gente de color y en general:

“Porque cuando llevamos a esos policías a las cortes, ¡nada les pasa! El jurado dice, ‘No son culpables’, ¿verdad? Y lo que tienen que comprender sobre lo que pasó en Dallas es que los muchachos jóvenes, no son los mismos muchachos de 1960, con el Dr. Martin Luther King. Ellos no van a dar la otra mejilla para les peguen. Ellos están porque lo que les está pasando a esta gente joven es que la policía los está matando. Y eso tiene que confrontarlo la nación… el problema es que la gente afroamericana, y los latinos estamos frustrados, a nuestras familias las está matando la policía. Y las protestas que hacemos no están haciendo nada, porque el sistema judicial en Estados Unidos está quebrado; no podemos traer a la justicia a los policías en las cortes. Necesitamos otra manera de abordar este problema cuando la policía mata a nuestras gentes”.

El abogado añade que en Oakland la policía ha vivido bajo un mandato del gobierno federal y que se ha gastado en este lapso 13 millones de dólares para arreglar el problema del abuso policía. “Y todavía seguimos con los policías matando a la gente, o abusando de las mujeres, que son menores de edad, teniendo sexo con ellas”.

Y lo que la comunidad y organizaciones como P.U.E.B.L.O. han estado haciendo allí en Oakland en los últimos tres años, han estado intentando introducir al gobierno una propuesta para hacer un cambio a las leyes de la ciudad. La idea es crear un comisión con el poder de disciplinar a la policía, para correr a los policías… la comisión estaría compuesta con personas de la comunidad, no de miembros de la policía, como suelen estar formadas estas comisiones… y la gente del pueblo la que va a ver qué es lo que hizo la policía y cuál va a ser el castigo.

“Con lo que ha pasado recientemente aquí en Oakland, julio 19 el Concejo Municipal de Oakland va a votar para poner en la boleta de noviembre qué es lo que quiere el pueblo…”.

Se busca, pues, dejar en manos de los votantes la decisión de crear una comisión ciudadana que tenga el poder de recomendar la remoción de los oficiales que violen la ley y el código de conducta moral que deben observar todos los ciudadanos, y en particular los representantes de la autoridad encargados de la seguridad ciudadana.

Para escuchar más sobre este interesante programa y las opiniones de los radioescuchas, escuche el enlace de abajo:


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