A casi año y medio de iniciada la acción diferida, que el presidente Obama otorgó a jóvenes indocumentados para evitar temporalmente su deportación, medio millón han logrado ya acogerse al programa. Sin embargo, se calcula que por lo menos un millón de los llamados «soñadores» aún no solicitan el beneficio. El ritmo de solicitudes ha disminuido tanto que se puede medir con cuentagotas. ¿Por qué muchos jóvenes ‘soñadores’ no están aprovechando la oportunidad de protegerse contra la deportación? Marco Vinicio González reporta desde San Diego.
Itzel Guillén de 19 años solicitó la Acción Diferida con un poco de temor.
“… y es cuando existían más posibilidades de que me puedan deportar, o a mi familia… hay más riesgos si no me aprobaban”.
Itzel es originaria de México y reside en San Diego, California desde los nueve años de edad. Dice que cuando obtuvo DACA, sintió mucho más seguridad.
“Ya pude trabajar legalmente, agarré dos trabajos, agarré mi licencia, y eso fue una gran ayuda”.
Itzel ahora estudia en la Universidad Estatal de California en San Diego. Es una de los poco menos de 600 mil jóvenes indocumentados que solicitaron DACA durante el primer año, entre agosto de 2012 y agosto de 2013. Representa sólo a un tercio de los 1.8 millones de jóvenes indocumentados potencialmente elegibles para el programa en el país.
¿Qué pasa con los otros dos tercios de jóvenes elegibles? ¿Por qué no han solicitado el beneficio? Hay muchas teorías.
Daniel Alfaro es de la organización comunitaria Alianza San Diego, que ayuda a interesados como Itzel a llenar la solicitud para DACA.
“Especulamos que posiblemente fue por una esperanza de la reforma migratoria, muchos de ellos aun no saben sobre el programa, y muchos de ellos aún siguen con el temor sobre el programa… que al someter la solicitud al gobierno, a Inmigración, sus padres y otros familiares estarían en peligro, por poner esos nombres en la solicitud”.
Pero aclara Alfaro que Inmigración ya dijo públicamente que la información sometida no será compartida con otras ramas de la agencia encargadas de la deportación. Alfaro sostiene que hay razones económicas también, que pudieran estar inhibiendo la participación de los jóvenes indocumentados en DACA:
“Sabemos que hay algunas familias que no tiene el dinero para solicitar el programa, donde pueden juntar el dinero para uno de los hijos, pero tienen tres, cuatro hijos todavía que necesitan el servicio”.
Jesús Martínez, que coordina el proyecto de la Accion Diferida en el Valle Central de California, para el Centro de Recursos Legales para los Inmigrantes, dice que ha faltado una campaña informativa agresiva de parte del gobierno, y que el apoyo financiero para las organizaciones civiles ha sido mínimo.
“Hay una gran falta de información sobre qué es la acción diferida, quién se beneficia con ella, cuáles son los beneficios, cómo llevar a cabo exitosamente el proceso de solicitud. Eso lo hemos encontrado en zonas urbanas, y con más razón en zonas rurales como el Valle Central de California, donde no hay una infraestructura local que le pueda brindar esa información, esa ayuda a las personas”.
Además de buscar inscribir a más jóvenes elegibles, este año comenzarán los primeros jóvenes que obtuvieron DACA a solicitar su renovación por dos años más.
Martínez dice que a falta de una reforma migratoria, la Casa Blanca podría estar contemplando la posibilidad de extender la Acción Diferida a los padres de los jóvenes indocumentados, lo que han estado solicitando muchos jóvenes activistas.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, Marco Vinicio González