Mitos y realidades de la crisis humanitaria en la frontera

Una estadunidense de Murrieta, CA, que repudia a los niños inmigrantes por ser inferiores a ella, según trascendió

Una estadunidense de Murrieta, CA, que repudia a los niños inmigrantes por ser inferiores a ella, según trascendió

De La Redacción

La crisis humanitaria revelada actualmente por el éxodo de menores principalmente centroamericanos a la frontera sur de Texas está siendo manejada de manera no muy transparente, pues la información que fluye al respecto presenta algunas contradicciones en diferentes aristas del problema.

Por un lado, se dice por ejemplo que el presidente Obama está busca apoyo del Congreso para apresurar la deportación de niños migrantes. Hoy la agencia Afp cita la declaración del canciller guatemalteco, Fernando Carrera, quien sostiene que en una reunión de la semana pasada en Washington, DC, con los cancilleres de su país, El Salvador y Honduras, el secretario de Estado estadunidense, John Kerry acordó con los diplomáticos que no habrá repatriación de menores centroamericanos por el momento, y que el presidente Obama no está pidiendo al Congreso ampliar sus facultades ejecutivas para efectuar dicha repatriación de manera expedita o por la vía del fast track.

No obstante, otras agencias noticiosas (Ap, Dpa, Afp, Reuters y Notimex) informan hoy que Obama sí se halla a la espera de que el Congreso de Estados Unidos amplíe las facultades del gobierno federal para deportar a los menores que crucen la frontera sin documentos.

La explicación del gobierno de este país al salto exponencial de esta migración de menores durante los últimos dos años, y en particular durante lo que va a del presente no agrega mucho a lo ya sabido: falta de oportunidades, violencia pandillera extrema, corrupción e impunidad de las autoridades y de la delincuencia organizada en esos países deprimidos económicamente, etcétera. Y la única “novedad” es el rumor de un presunto recurso que están utilizando los traficantes de indocumentados, o coyotes, sobre las oportunidades que esta brindando el gobierno de Estados Unidos a los niños de América Central, que si logran cruzar la frontera y son detenidos por las autoridades de migración serán beneficiados con un estatus temporal de residencia. O bien, que los estudiantes indocumentados que logren entrar al país serán beneficiados con la Acción Diferida (DACA) o el Dream Act que otorga el gobierno federal a los jóvenes que viven en este país sin documentos de residencia legal.

Para aclarar nada más estos dos puntos, a través de su programa estelar de noticias Línea Abierta de Radio Bilingue platicó ayer con Elizabeth Kennedy, becaria del programa de becas de la fundación Fulbright, American Immigration Council, quien se halla en El Salvador realizando una investigación de primera mano sobre este y otros temas relacionados.

Primero que nada Kennedy explica que dicho flujo de menores comenzó a notarse más hace unos tres años. “Entre 2003 y 2010 recibimos en Estados Unidos entre cinco y ocho mil niños y niñas centroamericanos no acompañados”. Pero en 2012, sostiene la investigadora, este número se incrementó hasta casi 14 mil; en 2013 hasta casi 24 mil, y este año el gobierno está diciendo que ha llegado a 52 mil. Es importante decir, continúa Kennedy, “que este número de 52 mil no es compatible con los número del pasado; porque este número incluye a los niños mexicanos y a los acompañados, y estos dos grupos normalmente no pueden entrar a nuestros albergues del Office Refugee Settlement”. La cifra que se está viendo realmente es de unos 40 mil durante los últimos ocho meses de esta migración, afirma.

La investigadora, recipiente de la prestigiosa beca Fulbright sostiene que la violencia en efecto es un factor determinante. “Por ejemplo aquí en El Salvador, en el mes de mayo 401 personas fueron víctimas de homicidio. En el mes de junio, 380. Entonces, eso es un promedio de 12 personas por día en un país de sólo seis millones de personas. En honduras están muriendo como 18 personas por día, en un país de sólo ocho millones” de habitantes. Y declara que más bien habría que preguntarse ¿por qué la violencia está aumentando en esa región?. “Y las respuesta es, por la guerra contra las drogas; en México, estamos rompiendo los cárteles y ellos se están mudando por El Caribe y Centroamérica. Entonces, con ese movimiento podemos ver un influjo de armas aquí en Centroamérica, de entrenamiento de militares, también de dinero para pagar las ‘mordidas’ (sobornos), y también la corrupción. La situación de seguridad es peor ahora que hace dos años”.

Kennedy acepta que la manera como viven las familias centroamericanas juntas, hace evidente que cuando una mamá ve que otros padres pudieron recibir (en EU) a su niño o su niña, ellos empiezan a pensar en la posibilidad de mandarlos. Pero es muy importante, dice, aclarar esta situación, en base a los hallazgos de su investigación: “90 por ciento de los niños migrantes tienen familiares en Estados Unidos; más del 50% tiene su mamá, su papá, o sus dos padres. Y aunque ese número es tan alto, sólo 35% dice que están emigrando por reunificación familiar”. Y sostiene además que las noticias que llegan a EU sobre la situación de la violencia en Centroamérica, preocupa en demasía a los padres que se hallan ya en este país y mandan traer a sus hijos para salvarlos. Y los familiares que se hallan en aquellos países de América Central, los padres o los abuelos, los tíos sienten que no pueden proteger a los menores y que por el contrario, tenerlos con ellos es poner a sus familias en riesgo.

Grupos conservadores, apunta el director de Noticias de Radio Bilingue y conductor del programa Línea Abierta, culpan al presidente Obama de esta crisis, argumentando que programas como el de la Acción -deportación- Diferida (DACA) y otras protecciones que existen en este país para las familias inmigrantes se convierte en un poderoso imán de esta migración. Y además mencionan que el referido rumor que han esparcido los coyotes en América Central es causa del problema.

Elizabeth Kennedy niega la presumible evidencia de estos rumores: “Sólo son rumores y mitos”. Hasta antes del 2 de junio, dice, ella había realizado unas 400 entrevistas. “En estas 400 entrevistas sólo un niño me preguntó sobre el DACA y el Dream Act. Y él era muy especial, porque tenía 15 años y se graduó de bachillerato; obviamente es muy inteligente. Al mismo tiempo sus dos padres han vivido en Estados Unidos por más de diez años, y él tiene dos hermanos que nacieron en Estados Unidos, y quisiera ser un ingeniero. Entonces, él empezó a hacer investigaciones en el Internet sobre sus posibilidades de irse a la universidad. Él es el único que me preguntó sobre DACA y otros (programas); todos los otros no pudieron darme ningún nombre de nuestras leyes en Estados Unidos”. Agregó que otros 15 entrevistados más le preguntaron si el sistema en EU era distinto para niños que para adultos. “Unos pensaban que era más humanitario, y otros pensaban que era más como de castigo”, y querían saber si debían decir la verdad sobre su edad.

Es importante aclarar, dice Kennedy, que “de acuerdo a información del Departamento de Estado de EU sólo 20% de los centroamericanos tiene acceso al Internet. “entonces, ¿cómo es posible que ellos ya están investigando nuestras leyes en EU?”.

La investigadora añade que el problema de la migración de Guatemala, El Salvador y Honduras no es exclusivo de EU; porque México, Costa Rica, Panamá y Nicaragua están recibiendo también esta migración.

La entrevista muestra otras interesantes áreas de las contradicciones y la desinformación que circula por todos los medios sobre la crisis humanitaria de los niños centroamericanos en la frontera sur de EU, por lo que es ampliamente recomendable escuchar el programa completo, que se halla al final de esta página.

Sólo mencionare para concluir la opinión de algunos radioescuchas que llamaron al programa de Línea el día de ayer. Ellos mencionaron que EU debe hacerse responsable -así como los países de América Central- por haber entrenado paramilitares y proporcionado el flujo de armas a Centroamérica durante la guerra de El Salvador, por ejemplo, o la de Nicaragua y otros conflictos armados que apoyó este país en esa región desde los años 80. Y que los Tratados de Libre Comercio con dicha región destruyeron esas economías y propiciaron la migración de los padres que ahora los niños vienen buscando. El tema da para mucho más.

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