De la redacción
Unos 3 mil 200 niños inmigrantes se hallan varados en la frontera, mil 400 de los cuales bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza, triplicando con esto el flujo de menores en la misma época del año y rebasando la mitad del límite legal que Estados Unidos se propone recibir bajo la nueva política de la administración Biden.
El flujo de migrantes menores no acompañados se convirtió en un desafío para el gobierno estadunidense, al retener en las instalaciones de Inmigración durante más de tres días a los niños a pesar de la obligación legal de transferirlos a refugios operados por la agencia de refugiados luego de las 72 horas posteriores a su detención.
Según la Patrulla de Protección de Fronteras, CBP, unos 170 de esos migrantes no acompañados que se hallan bajo custodia tienen menos de 13 años de edad.
La cadena de televisión CBS afirma que “El 21 de febrero, CBP retuvo a sólo nueve niños no acompañados más allá del límite de los tres días”. Y señala que “la disminución del espacio para camas en los refugios ha creado una enorme acumulación de menores esperando en instalaciones que fueron diseñadas para detenciones breves.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) dijo en un documento que “Hasta este lunes la Oficina de Reasentamiento de Refugiados sólo tenía alrededor de 500 camas disponibles cerca de la frontera sur”, para el creciente número de niños migrantes que ingresan al país y permanecen bajo custodia de Inmigración. Es “el número actual de niños bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza más alto en la historia de la agencia”.
El problema es qué hacer con dichos menores una vez que están bajo custodia. Porque según la ley del ramo, “se supone que los niños deben ser trasladados a refugios administrados por el HHS, pero debido a la pandemia, hasta la semana pasada los refugios estaban limitando la cantidad de niños que podían acomodar”, reporta por su parte The New York Times.
Varios medios de comunicación coinciden en que al parecer durante enero unos 78 mil migrantes huyendo de la pobreza y la violencia de sus países duplicaron la tasa de detenciones en la misma época hace un año. O sea, “la más alta que en cualquier mes de enero en una década”.
El Times afirma que “se espera que las autoridades de Inmigración anuncien esta semana que hubo cerca de 100 mil detenciones, incluidos aquello migrantes que se entregaron por los puertos de entrada en busca de asilo durante febrero.
Theresa Cardinal Brown, Directora de inmigración y política transfronteriza del Bipartisan Policy Center declaró a la fuente estar en un punto de inflexión. «¿Qué tan rápido puede el gobierno procesar a las personas de manera segura y humana?», se preguntó.
La administración Biden ha convertido ágilmente los centros de detención en centros de procesamiento rápido para familias con niños pequeños, relajando las reglas de capacidad de refugio destinadas a disminuir la propagación del coronavirus.
Para ello desplegó cientos de agentes fronterizos de respaldo en los cruces fronterizos más transitados, y trató de movilizar a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), a fin de ayudar con las pruebas de coronavirus que dispuso el gobierno federal para todo migrante que cruce la frontera, así como poner en cuarentena a los que dan positivo, dice The Washington Post. “Con el espacio de las camas llenándose rápidamente, los funcionarios han elaborado planes para alojar a las familias en hoteles en Texas y Arizona”.
Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute dijo a la fuente que las soluciones a largo plazo que Biden y su equipo han defendido, incluida la creación de empleo en Centroamérica y un sistema acelerado para decidir las solicitudes de asilo, “son medidas a largo plazo que podrían reemplazar al Título 42 (que permite a la Patrulla Fronteriza prohibir la entrada de personas que potencialmente representan un riesgo para la salud, ya sea en virtud de estar sujetas a restricciones de viaje previamente anunciadas o porque ingresaron ilegalmente al país para eludir las medidas sanitarias de control). «Están bajo una presión extrema para eliminarlo, pero si lo hacen, deben estar preparados para lo que suceda después de eso».
La fuente señala además que cuando Biden fue vicepresidente y Mayorkas subsecretario del DHS en 2014, enfrentaron la primera gran afluencia de menores no acompañados y padres con hijos. Entonces, “la administración Obama respondió estableciendo centros de detención familiar donde intentó mantener a los padres con sus hijos bajo custodia el tiempo suficiente para tomar una decisión inicial sobre sus solicitudes de asilo”.
Esos son los espacios que la administración de Biden ahora está convirtiendo en centros de procesamiento rápido para recibir a las familias, proporcionarles pruebas de coronavirus y citas en la corte, liberándolas dentro de las 72 horas.
El actual secretario de DHS, Alejandro Mayorkas culpó la semana pasada a las políticas de Trump de las limitaciones de capacidad en los centros del CBP, que dejaron «destruido y desmantelado» al sistema de Inmigración estadunidense, dijo. Biden ha seguido confiando en la política del Título 42 como su principal herramienta de aplicación para prevenir la entrada de adultos solteros y a la mayoría de las familias, sostuvo el Post■