De la redacción
El secretario de Relaciones Exteriores del nuevo gobierno mexicano, Marcelo Ebrard declaró el lunes en una conferencia sobre migración global en Marrakech, Marruecos, que México se embarcaría en un plan de inversión de cinco años y 30 mil millones de dólares para disuadir la migración centroamericana, que atraviesa por el país vecino con rumbo a Estados Unidos.
El plan que Ebrard prometió ocurre bajo la presión de la administración Trump, según trascendió a la prensa en la referida conferencia. De esta suerte México inyectará más de 30 mil millones de dólares para crear empleo en el sur de México, de por sí empobrecido.
Pero este plan ayudaría también a estimular el desarrollo en Honduras, Guatemala y El Salvador, las tres naciones conocidas como el Triángulo del Norte, de donde proviene la mayoría de los migrantes con destino a Estados Unidos, “incluidos los miembros de las polémicas ‘caravanas’ que han convergido en Tijuana”, Baja California, México, dice Los Angeles Times.
Se trata del Acuerdo Guterres (apellido del actual secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, ONU), un plan que no es exclusivo de México sino que forma parte de una estrategia conjunta de 164 países (de los 193 estados afiliados a la ONU), para echar a andar un plan global que garantice una migración segura y ordenada
Sin embargo, aunque se trata de una estrategia global Estados Unidos, Italia, Austria y Chile se hallan entre las 29 naciones que no firmaron el acuerdo. El secretario de la ONU, Antonio Guterres llamó a “no sucumbir al miedo ante este fenómeno”, que en los últimos 18 años ha cobrado la vida de 60 mil desplazados en distintas áreas del mundo, lo que Guterres llamó, “una vergüenza colectiva”, según el periódico mexicano La Jornada.
El plan, “el primer tratado intergubernamental jamás negociado para cubrir todas las dimensiones de la migración internacional de manera completa y holística”, no fue suficiente para que todas las naciones se alinearan y contribuyeran con este esfuerzo que se antoja monumental, en medio de repetidos esfuerzos de diversas naciones europeas y Estados Unidos, que han cerrado sus fronteras para impedir el ingreso de migrantes que huyen de la pobreza, el hambre y la muerte en sus países de origen.
Vale anotar que “con el ejemplo de Estados Unidos, varios gobiernos se negaron a asistir a la cumbre y a adoptar el acuerdo”, tales como Austria, Hungría, Chile, República Dominicana, Polonia y Eslovaquia, por separado; Bulgaria, Estonia, Italia, Israel, Eslovenia y Suiza “no especificaron si aceptarán el pacto global”.
Asumiendo una postura crítica Guterres se refrió a “las numerosas mentiras” de los críticos nacionalistas y partidarios del cierre de fronteras en varios países: “La migración no regulada tiene un costo humano terrible: vidas perdidas en peligrosas travesías por desiertos, océanos y ríos; un costo en vidas arruinadas por contrabandistas, empleadores inescrupulosos y otros depredadores”.
La ONU se ha propuesto “detener los desplazamientos peligrosos e ilegales a través de las fronteras mundiales que hicieron del tráfico de personas una próspera industria”.
El consultor del Instituto de México en el Woodrow Wilson Center en Washington, DC, Eric Olson dijo que los planes de México son más «nocionales» que reales, y señaló que “el país ya enfrentaba grandes desafíos financieros en varios frentes”.
Por su parte, el flamante presiente de México, Andrés Manuel López Obrador ha anunciado una serie de costosos nuevos programas de infraestructura y bienestar social para México, aunque también ha dicho que el país estaba «en bancarrota». Muchos observadores se muestran “escépticos” de las intenciones de México para financiar su ambiciosa agenda, que incluye “reducir la corrupción y recortar el gasto público”. Durante mucho tiempo México ha sido una fuente importante de inmigrantes, que se desplazan legal e ilegalmente, a Estados Unidos.
“El antecesor de López Obrador, el ex presidente Enrique Peña Nieto cumplió con las demandas de Estados Unidos para reforzar la aplicación de la ley en la frontera sur de México con Guatemala”. Las autoridades mexicanas han deportado a decenas de miles de centroamericanos en los últimos años. Críticos del gobierno alegan que México está haciendo el «trabajo sucio» de Washington a lo largo de su frontera sur, concluye el Times.