De la Redacción
Los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cumplen al pie de la letra las promesas del presidente Trump, sobre todo en aquellos distritos que votaron mayoritariamente por él, como es el caso de West Frankfort, un pequeño poblado de ocho mil habitantes en el estado de Illinois, donde detuvieron y están a punto de deportar a Juan Carlos Hernández Pacheco, un caso que va revelando la existencia de una contradicción emblemática, reporta The New York Times.
El 9 de febrero Juan Carlos Hernández Pacheco, un hombre de 38 años de edad, casado y con tres hijos nacidos en este país fue arrestado cerca de su casa por agentes de ICE, y trasladado a un centro de detención en Misuri. Las autoridades federales confirmaron que permanece bajo custodia, pero no comentaron sobre la razón exacta o el momento de su detención.
Funcionarios de inmigración señalan no obstante que Hernández Pacheco tuvo dos condenas por conducir en estado de ebriedad, pendientes desde 2007, y que esta circunstancia lo convierte en una de las más altas prioridades para la deportación. Algunos de sus amigos afirman que él cruzó a Estados Unidos desde México en los años 90, y que había comenzado el proceso para legalizar su estatus migratorio pero que nunca los completó.
Hernández Pacheco había sido durante la toda esta década gerente de La Fiesta, un restaurante mexicano famoso por sus fajitas de pollo y carne, dice el Times, y es un habitante muy querido en West Frankfurt. De hecho, decenas de personas de ese poblado realizan mítines y manifestaciones de protesta afuera de las oficinas de Inmigración, pidiendo la liberación de Hernández Pacheco.
Propietarios de diversos negocios en ese poblado consideran que aunque las leyes deben respetarse y ejecutarse, la posible deportación de Hernández Pacheco es una injusticia, dados los enormes esfuerzos que ha hecho por la comunidad, recolectando fondos para escuelas, equipos deportivos, para familias con los gastos de funerales, y ayudando a muchos otros de diversas maneras, infatigablemente, como sacando a la calle comida del restaurant para ofrecerla al cuerpo de bomberos que apagón un incendio cercano a La Fiesta..
Hasta el alcalde de West Frankfort, Tom Jordan escribió que Hernández era un «gran activo» para la ciudad, que hace mucho pro la comunidad y «no pide nada a cambio». Y el jefe de bomberos lo describió como «un hombre de gran carácter moral».
Según la fuente, se han acumulado muchas cartas que piden su liberación y para que le brinden a Hernández Pacheco la oportunidad de regularizar su situación migratoria. Por ejemplo, el fiscal del condado, el antiguo administrador de correos, el concesionario de coches, el presidente del club rotario, el director atlético de Frankfort Community High School, etcétera, son algunos de los firmantes e dichas cartas.
El caso de Hernández Pacheco comienza a convertirse en una contradicción emblemática, pues en West Frankfort el 70 por ciento de su población votó por Trump, que vendió ahí la idea de revivir la industria del carbón, que ha retrocedido paulatina y “dolorosamente” ahí, durante décadas. Los residentes de ese pequeño poblado afirman sin embargo que “La inmigración ‘ilegal’ no era de ninguna manera el problema más acuciante para esta área abrumadoramente blanca”, cita la fuente.
De hecho, muchos dijeron que no tenían la menor idea de que Hernández Pacheco carecía de estatus legal hasta que la noticia sobre su arresto comenzó a extenderse, y que parecía “uno de los suyos”. Este caso es un ejemplo que establece, en este y otros poblados, una importante distinción entre «la gente que viene y usa el sistema, y la gente que realmente viene y ayuda»
No obstante hay gente en West Frankfort que piensa diferente. Y aunque reconoce el buen carácter moral de Hernández Pacheco, sostiene que “él rompió las leyes (de migración), y debe ser tratado igual que todos los infractores. Otros aluden a sus infracciones de tránsito por manejar ebrio, aunque sus amigos dicen que desde entonces Hernández pacheco dejo de tomar.
En el periódico local, The Southern Illioisan reportó comentarios parciales de ICE sobre la detención de Hernández Pacheco, señalando que nadie debe estar por encima de la ley.
«Tenemos que este hombre ha estado aquí por años y años, y ha contribuido a la sociedad; pero no es ‘LEGAL’, y por lo tanto los Estados Unidos tienen todo el derecho de botarlo… así como a un par de millones más».
Se dice que uno de los factores que ayudaron al triunfo de Trump en ese poblado es el alto desempleo. Aun así, muchos prefieren quedarse callados cuando se les pregunta acerca de la suerte que deberían seguir los indocumentados como Hernández Pacheco.
Audrey Loftus, una camarera en la oficina local de Veteranos de Guerras Extranjeras, comentó a la fuente que le preocupa el desempleo en la población:
«Con todo lo que ha pasado -hemos tenido años de tasas de desempleo que se disparan-, me gustaría ver a algunas de las personas que conozco volver a trabajar, antes de preocuparme por la gente de otros países que vienen aquí y hacer una vida mejor para ellos mismos».
Pero acotó que sin embargo Hernández la ha dejado indecisa sobre lo que debería suceder ahora… “Odio usar la palabra rednecks, pero este es el sur de Illinois… Esta es la definición de un buen club de chicos blancos ya de cierta edad, y usted no tiene un montón de gente de diferentes etnias en esta área… pero respecto a Carlos (Hernández Pacheco), usted no va a encontrar a una sola persona que tenga algo malo que decir sobre él”.
Por su parte Tim Grigsby, dueño de una imprenta local y buen amigo de Hernández Pacheco, dijo que seguiría votando por. Trump, aunque admitió que “nunca se sabe bien si se está de acuerdo con todo lo que hace un político… tal vez todo debería ser más caso por caso… Es difícil entender esto como blanco o negro, porque puede haber gente como Carlos»■
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