Dice un dicho pplar mexicano que sobre advertencia no hay engaño y aquí la cultura puede ser buena consejera. Ya sabíamos que desde el primer día de su mandato el presidente Donald Trump buscaría comenzar a cumplir sus amenazas de campaña, por lo menos a echar a andar el papeleo. Y eso hizo hoy firmando varias órdenes ejecutivas. Las dirigidas contra mexicanos, siguen siendo más que ominosas.
Las órdenes ejecutivas que comenzó firmado hoy Trump aumentan la aplicación de la ley en las fronteras, restringen el financiamiento federal a las ciudades santuario y criminalizan aún más a los inmigrantes promoviendo programas precisamente antinmigrantes que por lo general conducen dramáticamente a la deportación.
Trump ordenó además agregar diez mil agentes a la Agencia de Inmigración y Aduanas, ICE, aumentar los agentes de la Patrulla Fronteriza y castigar a los detenidos en la frontera. Y por si fuera poco, busca que el Congreso pague por su controversial muro, mientras los mexicanos le devuelvan a Estados Unidos -dice-, todo ese dinero.
Según dijo a ABC News, los métodos que utilizará para hacer que los mexicanos paguen por el muro podrían ser algo complejos. Pero asegura que él hará que los mexicanos paguen cien por ciento la construcción del muro, aunque tenga que imponerles quizás algún impuesto en el envío de sus remesas a México; una política arancelariaen en una economía de libre mercado y fuerte comercio bilateral, como lo hizo con la industria automotriz, restrictiva, aislacionista.
Particularmente contra los mexicanos Trump reitera su voluntad de seguir sosteniendo una guerra fría de baja intensidad, como dijo Antonio González, del Proyecto de Registro de Votantes del Sur Oeste en una plática con Samuel Orozco en Línea Abierta:
México vende el 80 por ciento de sus productos a Estados Unidos, y el 50% de sus importaciones provienen de este país. La entrada en vigor de algunas disposiciones de dichas órdenes ejecutivas recién firmadas por Trump que no necesitan la aprobación del congreso le causarían a México una recesión profunda. “Tendrían un impacto terrible en México, de una magnitud que no hemos visto en un siglo. ¡Una crisis total!”, advierte Antonio González.
Así las cosas, la ominosa carga que representa ver a Trump firmar hoy dichas órdenes ejecutivas no debe paralizar a la gente, dice en el programa de Línea Abierta José Ángel Gutiérrez, profesor emérito de la Universidad de Texas en Arlington, abogado y politólogo cofundador del Partido de La Raza Unida en Brownsville, Texas a principios de los ‘70.
Todo esto se va a quedar más en el nivel de la retórica, “porque cuesta mucho; no puede hacer todo lo que quiere hacer con el presupuesto que existe. Ahora, simplemente lo del Obamacare, si lo quitan y lo reemplazan con algo más, o quitan al Medicaid y lo reemplazan con algo más, pues ahí se van a ir billones, trillones de dólares”.
Para Víctor Arias, miembro emérito de junta directiva de la Universidad de Stanford, cofundador de Latino Business Action Network y socio de Korn Ferry en Los Ángeles, California, en medio dio de la incertidumbre y el temor que impregna el ambiente por el ascenso de Trump al poder, comparte interesantes datos del comportamiento económico del sector empresarial latino, a fin de cambiar la percepción que se tiene y que tenemos del hispano en Estados Unidos, de nosotros mismos, porque en buena medida dice que se trata de un asunto de percepción. Cómo nos valoran y cómo nos valoramos a nosotros mismos en tanto grupo étnico, como parte específica de una comunidad general.
En el referido programa de Línea Abierta Arias comparte con nosotros que “de más de 25 millones de empresas que existen en Estados Unidos, cuatro millones de ellas son propiedad de latinos. O sea, alrededor de una quinta parte ¡de todos los negocios en el país! Nada mal, eh.
Agrega que estas empresas son además ¡el sector de más rápido crecimiento en la economía nacional! Y se pregunta: ¿Por qué son estos empresarios tan activos? ¿Cuál es su verdadero impacto en la economía?
De manera precisa y amena a pesar de la aridez del tema, Arias explica lo que un grupo de investigadores académicos se propusieron entender de este complejo fenómeno económico, y comparte aquí las conclusiones de sus investigaciones.
En el enlace de abajo nos dice Arias, que esa información, esos datos, difícilmente se abren paso en las discusiones de política migratoria.
Arias sostiene además que durante la recesión de 2008 en adelante el tamaño de los pequeños negocios que no eran propiedad de latinos se contrajo un 2 por ciento, mientras que los negocios latinos crecieron un ¡47 por ciento! Se trata, dice Arias, de negocios por debajo de un millón de dólares en ingresos.
Y aclara que dos terceras partes de los negocios latinos no se hallan en vecindarios latinos. Y algo verdaderamente sorprendente es que todos los años un millón de latinos cumplirá la mayoría de edad, 18 años, durante los próximos 20 años.
Estos datos del estudio resultan dramáticamente importantes si se considera que la referida proyección demográfica, potencial, decididamente electoral para las siguientes dos décadas ha de resultar una pesada losa para la comunidad angloestadunidense.
Debiera ser un signo de fuerza conocer dichos dats para la comunidad inmigrante que busca convertir toda esta información en una herramienta útil al debate sobre la inmigración, que está íntimamente ligado al futuro de Estados Unidos.
«Este es el futuro de este país. Y no sólo del de los latinos. ¡De todo el país!»■